Tradicionalmente, los católicos no comen carne durante los viernes de Cuaresma.
Esto, hoy en día, no es más que un símbolo, porque ahora este tipo de abstinencia no cuesta nada e incluso está de moda. Por otro lado, cada uno tiene su propia cadena de la que se deba y quiera librar para estar más "ligero de equipaje", como diría Machado: conozco gente que no fuma o fuma menos, los adictos al maquillaje como yo entramos en poti dieta, y he oído muchas veces a un sacerdote decir que el mejor sacrificio es una buena sonrisa cuando estamos cansados y no nos sale sola... el ayuno debe hacernos mejores personas, no machacarnos.
Este "Sushi bar" pertenece a una cadena que abrió un emprendedor riojano y que tenía locales en Segovia, Valladolid y desde hace unos meses en la propia capital riojana. En su Twitter anuncia próximas aperturas en tantas otras ciudades. Se supone que está hecho para tomar comida japonesa a domicilio, pidiendo en su web, pero a mí lo que me gusta es visitar su restaurante en la calle Víctor Pradera de Logroño, porque adoro comer fuera de casa y estoy siempre buscando alternativas saludables.
Sin embargo normalmente suelo atenerme a la combinación de california roll más sashimi. El rollo californiano es lo contrario al maki: un corazón crudo consistente en pescado o verdura (o ambos), envuelto en alga nori y rodeado por una cobertura de arroz blanco con semillas de sésamo y alguna especia verde. La ración incluye seis unidades más dos de regalo, y mi variedad favorita es la de aguacate, salmón y eneldo: la mezcla resulta deliciosa.
Esto, hoy en día, no es más que un símbolo, porque ahora este tipo de abstinencia no cuesta nada e incluso está de moda. Por otro lado, cada uno tiene su propia cadena de la que se deba y quiera librar para estar más "ligero de equipaje", como diría Machado: conozco gente que no fuma o fuma menos, los adictos al maquillaje como yo entramos en poti dieta, y he oído muchas veces a un sacerdote decir que el mejor sacrificio es una buena sonrisa cuando estamos cansados y no nos sale sola... el ayuno debe hacernos mejores personas, no machacarnos.
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Comida japonesa en Logroño |
...Pero, al hilo de "los viernes sin carne", os voy a hablar de uno de mis últimos hallazgos que ha derivado ya en auténtica pasión: la comida japonesa. Por supuesto, yo conocía los restaurantes nipones antes de trasladarme a Logroño, pero siempre pensé que eran para una ocasión especial, para "comer con mantel" y celebrar algo... Sin embargo, desde que Sushicatessen aterrizó en Logroño he descubierto el placer de comer japonés porque sí, porque es sano, pura proteína y puro hidrato de absorción lenta, del que te llena de energía por un gasto razonable.
Este "Sushi bar" pertenece a una cadena que abrió un emprendedor riojano y que tenía locales en Segovia, Valladolid y desde hace unos meses en la propia capital riojana. En su Twitter anuncia próximas aperturas en tantas otras ciudades. Se supone que está hecho para tomar comida japonesa a domicilio, pidiendo en su web, pero a mí lo que me gusta es visitar su restaurante en la calle Víctor Pradera de Logroño, porque adoro comer fuera de casa y estoy siempre buscando alternativas saludables.
Uno de los más claros atractivos de esta cadena es el desenfado juvenil, el estudiado descuido que desprenden tanto su web y su carta como sus locales, decorados de forma minimal con dibujos semejando tiza en pizarra y reinventando proverbios tradicionales en clave japo: "Crucemos los palillos", "¿Qué le dice un california roll a otro? ¿Quieres rollo?" y mi favorito "Arroz somos y en makis nos convertiremos". También hay una maceta con una planta en cada mesita.
Hablemos ahora de la comida... y de sus precios. Ya sabéis que los japoneses suelen ser caros, pero en Sushicatessen tienen ofertas muy razonables: un menú mediodía por 9,95 euros, un Sushi mix por 10,95, un menú vegano que contiene makis de aguacate, zanahoria, sésamo... y vainas japonesas (nada de pescado) por 12,95. Y siempre tienen promociones, packs de tres por dos y detalles como la "love box" por San valentín, para dos y con las piezas dispuestas en forma de corazón.
Hablemos ahora de la comida... y de sus precios. Ya sabéis que los japoneses suelen ser caros, pero en Sushicatessen tienen ofertas muy razonables: un menú mediodía por 9,95 euros, un Sushi mix por 10,95, un menú vegano que contiene makis de aguacate, zanahoria, sésamo... y vainas japonesas (nada de pescado) por 12,95. Y siempre tienen promociones, packs de tres por dos y detalles como la "love box" por San valentín, para dos y con las piezas dispuestas en forma de corazón.
Que yo siempre acabe gastando unos veinte euros (lo equivalente a las dietas diarias que me conceden en la UNIR por asistencia a tribunales de exámenes o de defensas de trabajos de fin de Máster, que suele ser cuando me permito semejante capricho gourmet), es solo culpa mía: soy entre caprichosa y creativa y no me gusta pedir un menú sino apañármelo yo por mi cuenta.
Suelo pedir una ración de sashimi y otra de California rolls, pero un día de verdadera hambre añadí un cuenco de noddles con verdura: auténtica verdura oriental, con profusión de esas vainas verdes japonesas que me chiflan... y en lenguaje coloquial diré que "me quedé sentada", pero a la vez hice aún una digestión ligera.
Suelo pedir una ración de sashimi y otra de California rolls, pero un día de verdadera hambre añadí un cuenco de noddles con verdura: auténtica verdura oriental, con profusión de esas vainas verdes japonesas que me chiflan... y en lenguaje coloquial diré que "me quedé sentada", pero a la vez hice aún una digestión ligera.
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California de aguacate, salmón y eneldo |
Sin embargo normalmente suelo atenerme a la combinación de california roll más sashimi. El rollo californiano es lo contrario al maki: un corazón crudo consistente en pescado o verdura (o ambos), envuelto en alga nori y rodeado por una cobertura de arroz blanco con semillas de sésamo y alguna especia verde. La ración incluye seis unidades más dos de regalo, y mi variedad favorita es la de aguacate, salmón y eneldo: la mezcla resulta deliciosa.
El sashimi es pura proteína porque son simples cortes de pescado crudo y macerado. Mi preferido es el de salmón cítrico: es curioso lo poquísimo que me gusta este pescado cocido y lo que me enamora marinado. El toque a limón es absolutamente embriagador.
Como es lógico, no suelo pedir postre, pero para que esta reseña fuera completa (todo sea por el método científico), en mi última visita pedí tres "mochis", aunque al final sólo comí dos:
Los mochis son unas pequeñas bolitas de helado cubiertas de una pasta de arroz parecida a la de las empanadillas chinas al vapor que tanto me gustan, pero dulces. En la imagen veis dos bolitas aún intactas, perfectas, y el bocado de la tercera, que muestra su interior. Pedí un ejemplar de chocolate que estaba demasiado bueno, parecía una trufa de Goya helada; uno de coco algo insípido pero interesante gracias al envoltorio, y un último de té verde que no pude comer: ¡poseía un intenso sabor herbal y amargo! Al primer bocado pensé en Miss Potingues: es el postre perfecto para ti si no eres muy dulce y te apasiona el té.
En definitiva, toda una experiencia para disfrutar... solo o acompañado, en casa o fuera de ella.
En definitiva, toda una experiencia para disfrutar... solo o acompañado, en casa o fuera de ella.