Decíamosayer... que iba a reservar la sección "Los terminados de Adaldrida" para aquellos productos que dieran ganas de repetir nada más rebañada la última gota. Es justamente lo que me acaba de suceder, y además con un producto salido de mis manos.
Hace tres semanas decidí aprovechar lo que me quedaba de gel aloe Grisi (ese veinte por ciento difícil de rescatar) añadiéndole un ochenta por ciento de aceite de almendras dulces y dos gotitas de aceite esencial de árbol de té. Lo hice al buen tuntún, por no desperdiciar nada, y me quedé a media botella pensando "vamos a probar"..., porque nunca nunca nunca creí que me fuera a salir un resultado tan requetebueno.
Tras batir mucho, agitando como si de una coctelera se tratara, aparece una loción ligera que hidrata y calma tanto o más que una (buena) crema de farmacia, y su textura es muy muy fluida y fresca, propia de verano pero ya no es gel sino una emulsión rica y líquida a la vez.
Ha sido magia: he encontrado mi crema de cabecera... y me la he "bebido" hasta la última gota, por lo que he decidido repetir.
Y como aquí no se trata de ir a Bodybel, Beautik o la perfumería Muro a por un tarro de La Roche Possay o Nuxe, me he vuelto a manchar las manos con alquimia.
A pesar de lo que amo el gel de Grisi, esta vez quería buscar un aloe vera aún más puro, comprado no en parafarmacia sino en un herbolario o tienda bío, y he tenido la suerte de encontrar una en Haro, especializada precisamente en aloe vera canario. La bodeguita del aloe es una de esas tiendecitas que a mí me gustan, tipo Gea en Sevilla. Está regentada con ilusión por Cristina y hay que jugar al escondite para encontrarla, ya que está en la Plaza del Marqués Francos... detrás de los jardines de La Vega.
Allí encontré gel de aloe vera puro de Fuerteventura, pero estaba disponible en tubo y para mis mejunjes necesitaba un frasco con dispensador, así que me llevé la versión enriquecida con aceite de argán y camomila. EL INCI es propio de una égologa pastoril y el color es casi transparente como corresponde al auténtico aloe vera.
Pensé que a lo mejor no tendría que emulsionar nada porque así me valdría, pero mi piel ahora ya no se conforma con texturas gelificadas...
Por eso lo vertí en el vaso de la batidora (son 250 mililitros) y completé con otros 250 de aceite de almendras dulces Marnys. Esta vez la proporción ha sido mitad y mitad, pero aún así me ha quedado un punto muy suelto y ligerito, como de loción blanquecina, tras sólo un par de minutos con la minipimer.
Subo una foto sin maquillaje, nada más que barra de labios, para que podáis ver lo bonita que deja la piel "mi mejunje":
El aloe me costó 13,80 euros, el aceite, 9,90..., y he conseguido un par de botes hermosos. Así que un por menos de veinticinco euros me veo envuelta en este oasis: la crema de mi vida, o al menos, ¡la crema de mis vacaciones!
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Emulsión facial "By Adaldrida" |
Hace tres semanas decidí aprovechar lo que me quedaba de gel aloe Grisi (ese veinte por ciento difícil de rescatar) añadiéndole un ochenta por ciento de aceite de almendras dulces y dos gotitas de aceite esencial de árbol de té. Lo hice al buen tuntún, por no desperdiciar nada, y me quedé a media botella pensando "vamos a probar"..., porque nunca nunca nunca creí que me fuera a salir un resultado tan requetebueno.
Tras batir mucho, agitando como si de una coctelera se tratara, aparece una loción ligera que hidrata y calma tanto o más que una (buena) crema de farmacia, y su textura es muy muy fluida y fresca, propia de verano pero ya no es gel sino una emulsión rica y líquida a la vez.
Ha sido magia: he encontrado mi crema de cabecera... y me la he "bebido" hasta la última gota, por lo que he decidido repetir.
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Emulsionando... |
Y como aquí no se trata de ir a Bodybel, Beautik o la perfumería Muro a por un tarro de La Roche Possay o Nuxe, me he vuelto a manchar las manos con alquimia.
A pesar de lo que amo el gel de Grisi, esta vez quería buscar un aloe vera aún más puro, comprado no en parafarmacia sino en un herbolario o tienda bío, y he tenido la suerte de encontrar una en Haro, especializada precisamente en aloe vera canario. La bodeguita del aloe es una de esas tiendecitas que a mí me gustan, tipo Gea en Sevilla. Está regentada con ilusión por Cristina y hay que jugar al escondite para encontrarla, ya que está en la Plaza del Marqués Francos... detrás de los jardines de La Vega.
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Mi nueva Emulsión |
Allí encontré gel de aloe vera puro de Fuerteventura, pero estaba disponible en tubo y para mis mejunjes necesitaba un frasco con dispensador, así que me llevé la versión enriquecida con aceite de argán y camomila. EL INCI es propio de una égologa pastoril y el color es casi transparente como corresponde al auténtico aloe vera.
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INCI del gel puro de aloe vera con aceite de argán Fuerteventura |
Pensé que a lo mejor no tendría que emulsionar nada porque así me valdría, pero mi piel ahora ya no se conforma con texturas gelificadas...
Por eso lo vertí en el vaso de la batidora (son 250 mililitros) y completé con otros 250 de aceite de almendras dulces Marnys. Esta vez la proporción ha sido mitad y mitad, pero aún así me ha quedado un punto muy suelto y ligerito, como de loción blanquecina, tras sólo un par de minutos con la minipimer.
Subo una foto sin maquillaje, nada más que barra de labios, para que podáis ver lo bonita que deja la piel "mi mejunje":
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Interior, con flash |
El aloe me costó 13,80 euros, el aceite, 9,90..., y he conseguido un par de botes hermosos. Así que un por menos de veinticinco euros me veo envuelta en este oasis: la crema de mi vida, o al menos, ¡la crema de mis vacaciones!