La última gota de una crema hidratante suele plantear hondas dudas existenciales: ¿será el momento de cambiar mi rutina? ¿Repongo? ¿Invierto en algo nuevo? ¿De dónde vengo y a dónde voy... en el espinoso terreno cosmético? ¿Vengo de Kiehl's... y voy hacia La Roche Posay?
Pero, si tal cambio vital se produce al principio de una nueva estación..., el paisaje parece despejarse: se impone un poco de originalidad e innovación en nuestros tocadores.
Porque la piel en verano es distinta de la piel de invierno, yo tenía muy claro que no iba a reponer el Skin rescuer de Kiehl's que ya me saturaba un poco. Ante mí veía dos senderos bifurcarse (¡qué borgiana, yo!): Podía volver a la crema que utilicé en otoño, mi adorada Créme fraiche de Nuxe que milagrosamente se adapta a cualquier accidente metereológico, o explorar nuevos terrenos: mi piel pedía frescor y ligereza a gritos.
Y un día que entré en Renascence sólo por saludar a Edurne le confesé mis cavilaciones cosméticas, y ella me aconsejó probar NatAura. Una firma desconocida para mí pero que posee varios sellos que certifican su esencia orgánica, ya que el noventa y cuatro por ciento de sus ingredientes es natural.
Edurne me recomendó la opción más suave y ligera, la crema refrescante que en realidad reza "20+", y yo... eh..., sí, tengo más de veinte años. Correcto.
Lo primero que llamó mi atención fueron los envases, diáfanos y en formato tarro (los tarros desprenden un aura de lujo que me enamora, no lo puedo evitar), pero con la comodidad e higiene propias del "airless", mediante un mecanismo que os enseño en el vídeo adjunto a esta crónica y que asegura una sensación como de estreno en cada nueva aplicación de la hidratante en nuestro rostro pálido.
Los ingredientes son bucólicos al noventa y cuatro por cien. El primero después del agua es la glicerina, y luego hay manteca de karité, Rosa de Damasco y todo un cóctel de hierbas del campo entre las que destaca la equinácea. Un detalle que me cautiva es la posibilidad de utilizar el producto también en el contorno de ojos, algo que yo hago por la mañana y me fascina la sensación elástica y como "despejada" que aporta...
La textura es siliconada sin poseer silicona, debido a su alto contenido en glicerina: resbala por la piel como una prenda de seda y a mí me parece que ejerce cierto poder como prebase. En una semana mi piel se ha regularizado, sintiéndose hidratada pero ligera a la vez.
Y, lo mejor de todo: ¡¡¡borra rojeces!!!
La crema cuesta veinticuatro euros, aunque a mí me hicieron descuento y me salió por unos diecinueve. Y, para mayor caradura, Edurne me "contabilizó" esa compra para entrar en el sorteo mediante bingo que organizó en su fiesta de aniversario..., donde gané un ambientador ecológico en formato mikado.
En mi nuevo vídeo blog de YouTube os lo cuento todo..., ¡incluido el emocionante gol de mi primo Edu Cadarso!
Pero, si tal cambio vital se produce al principio de una nueva estación..., el paisaje parece despejarse: se impone un poco de originalidad e innovación en nuestros tocadores.
Crema de NatAura |
Porque la piel en verano es distinta de la piel de invierno, yo tenía muy claro que no iba a reponer el Skin rescuer de Kiehl's que ya me saturaba un poco. Ante mí veía dos senderos bifurcarse (¡qué borgiana, yo!): Podía volver a la crema que utilicé en otoño, mi adorada Créme fraiche de Nuxe que milagrosamente se adapta a cualquier accidente metereológico, o explorar nuevos terrenos: mi piel pedía frescor y ligereza a gritos.
Y un día que entré en Renascence sólo por saludar a Edurne le confesé mis cavilaciones cosméticas, y ella me aconsejó probar NatAura. Una firma desconocida para mí pero que posee varios sellos que certifican su esencia orgánica, ya que el noventa y cuatro por ciento de sus ingredientes es natural.
Envase airless |
Edurne me recomendó la opción más suave y ligera, la crema refrescante que en realidad reza "20+", y yo... eh..., sí, tengo más de veinte años. Correcto.
Lo primero que llamó mi atención fueron los envases, diáfanos y en formato tarro (los tarros desprenden un aura de lujo que me enamora, no lo puedo evitar), pero con la comodidad e higiene propias del "airless", mediante un mecanismo que os enseño en el vídeo adjunto a esta crónica y que asegura una sensación como de estreno en cada nueva aplicación de la hidratante en nuestro rostro pálido.
INCI |
Los ingredientes son bucólicos al noventa y cuatro por cien. El primero después del agua es la glicerina, y luego hay manteca de karité, Rosa de Damasco y todo un cóctel de hierbas del campo entre las que destaca la equinácea. Un detalle que me cautiva es la posibilidad de utilizar el producto también en el contorno de ojos, algo que yo hago por la mañana y me fascina la sensación elástica y como "despejada" que aporta...
Textura |
La textura es siliconada sin poseer silicona, debido a su alto contenido en glicerina: resbala por la piel como una prenda de seda y a mí me parece que ejerce cierto poder como prebase. En una semana mi piel se ha regularizado, sintiéndose hidratada pero ligera a la vez.
Y, lo mejor de todo: ¡¡¡borra rojeces!!!
La crema cuesta veinticuatro euros, aunque a mí me hicieron descuento y me salió por unos diecinueve. Y, para mayor caradura, Edurne me "contabilizó" esa compra para entrar en el sorteo mediante bingo que organizó en su fiesta de aniversario..., donde gané un ambientador ecológico en formato mikado.
En mi nuevo vídeo blog de YouTube os lo cuento todo..., ¡incluido el emocionante gol de mi primo Edu Cadarso!