First of May, una canción de los Bee Gees que adoro, que me recuerda a casa, a infancia, a noches tranquilas escuchando música con mi padre. Y un día que he podido disfrutar en la compañía de los míos..., y estrenar cuatro caprichos cosméticos que compré el viernes, recién cobrada la nómina y con el sabor de las vacaciones en mis labios:
He preguntado en Instagram si queríais que desgranara este look en el blog y la respuesta ha sido unánime: sin embargo, aunque me veais radiante no hagáis clic en la imagen para hacerla más grande porque descubriréis algo que no me gusta: la base de maquillaje, que es la de siempre y como siempre me enamora, no se adapta bien a mi contorno de ojos. Eso es así porque la zona está seca y necesito un tratamiento alternativo pero YA, y porque las mini esponjitas de Primark me resultan, aún húmedas, duras y poco manejables: no regalan esa transparencia casi sobrenatural que aportaba la esponja pro de la misma marca 😭.
Tenía verdadero deseo de comprar un Múltiple de Nars y decidí aprovechar el descuento del veinte por ciento en Sephora por el día de la madre, pero en el local de Logroño no tienen el South beach que es el que me interesa, sino el Orgasm. Precisamente se me había terminado la parte del Orgasm de la miniatura que compré el año pasado en el Black friday, y pensaba reponerlo..., así que me lo llevé. ¡Y estoy encantada!
Me enciende la piel con delicadeza y alegría, el fulgor dura toda una jornada y sí, cuesta cuatro veces más que otras opciones pero es la mejor opción del mercado en cuanto a múltiples, además de haber sido pionera. La otra compra del viernes en Sephora, el nuevo gloss en forma de huevo "Kiss me" en el tono Candy desire que viste mis labios, me resulta... extraño, aún tenemos que trabar amistad así que no me pronuncio todavía.
En los párpados vuelvo a los ahumados intensos por petición expresa de mi madre ("los grises oscuros te hacían los ojos más grandes, Rocío...) Y cuánta razón tenía: no llevo más que el longlasting número 33 de Kiko, un humo mate, más una capa de rímel Roller lash de Benefit, pero se me ven los ojos abiertos y fulgurantes. Por último, la compra del sábado en Haro: hacía meses que deseaba probar el nuevo gel fijador de cejas de Deborah Milano. La adquirí en la portentosa perfumería Nan'belle, en el tono más claro y me entusiasma la naturalidad ordenada que aporta a esta parte tan vital de nuestro rostro. El tono ceniza es muy bonito, y resulta fácil manejar su cepillo, pequeño y preciso.
Cuatro pasos para un look de fiesta... ¡porque nosotras, mujeres trabajadoras, lo valemos!
Me enciende la piel con delicadeza y alegría, el fulgor dura toda una jornada y sí, cuesta cuatro veces más que otras opciones pero es la mejor opción del mercado en cuanto a múltiples, además de haber sido pionera. La otra compra del viernes en Sephora, el nuevo gloss en forma de huevo "Kiss me" en el tono Candy desire que viste mis labios, me resulta... extraño, aún tenemos que trabar amistad así que no me pronuncio todavía.
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En los párpados vuelvo a los ahumados intensos por petición expresa de mi madre ("los grises oscuros te hacían los ojos más grandes, Rocío...) Y cuánta razón tenía: no llevo más que el longlasting número 33 de Kiko, un humo mate, más una capa de rímel Roller lash de Benefit, pero se me ven los ojos abiertos y fulgurantes. Por último, la compra del sábado en Haro: hacía meses que deseaba probar el nuevo gel fijador de cejas de Deborah Milano. La adquirí en la portentosa perfumería Nan'belle, en el tono más claro y me entusiasma la naturalidad ordenada que aporta a esta parte tan vital de nuestro rostro. El tono ceniza es muy bonito, y resulta fácil manejar su cepillo, pequeño y preciso.
Cuatro pasos para un look de fiesta... ¡porque nosotras, mujeres trabajadoras, lo valemos!