Wycon es una firma italiana de maquillaje barato pero de gran calidad que me gusta demasiado. Hoy sábado planeo otra visita a su local de Vía del Corso en Roma, pues cuando la descubrí tenía algo de prisa por volver a casa (a trabajar, queridas :) y no pude demorarme todo lo que merecía la marca.
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Por eso escogí para "iniciarme" su fastuosa colección de Halloween, que me hizo entrar en síndrome de Stendhal cosmético nada más verla. Aviso desde ya que el tono de este post va a ser superlativo, maravillado, por si el discurso demasiado "oh delicia, todo a mi alrededor es delicioso" os satura.
Normalmente intento refrenar mi lenguaje, pero en esta ocasión, de veras que no lo pude evitar. Era demasiada motivación y belleza junta: el tema mitológico de las sirenas que siempre me alucinó, el color turquesa profundo de los empaques, el acabado metálico de los mismos y la luz, la luz a raudales para lograr una piel sobrenatural, translúcida, radiante: una piel de agua mágica.
Por si no fuera suficiente lo ya mencionado, los precios eran de lo más razonables, pero antes de reparar en la fiesta de los precios me había dejado seducir por una nueva maravilla. LOS LABIALES. Sí, lo he he escrito en mayúsculas porque sin querer me ha saltado la tecla de bloqueo en el ordenador, pero lo dejo así.
Hay tres: un morado, un azul, y un "teal" que fue el elegido, por supuesto. Dejadme explayar un poco: es que muero de amor. Es un tono eléctrico, magnético, embrujador. Pero es que el acabado es mate, mate mate de verdad y no se hace incómodo en el labio, y para que se vaya debes usar tres discos de algodón empapados en tu mejor bálsamo limpiador.
Por "questa meraviglia" me pidieron ocho euros con noventa céntimos, y os repito que una calidad así no había encontrado ni en Mac, ni en Nars. Ni en Jeffree Star: mi labial Celebrity skin me dura casi lo mismo pero no es ni la mitad de cómodo, y en cambio es el doble de caro.
Pero a pesar de todo mi compra favorita del día en Wycon llegó después, cuando encontré las sombras de ojos "Mermaid tail". Cuento de sirenas: por la literatura ya me tenían presa (literalmente "me tenían con el
hola"), pero es que por nueve euros con noventa tienes una pequeña polvera metalizada con espejo interior y la sombra luz más poderosa y delicada que he encontrado.
Mi tono es el Holo blue (hay otro que vira al fucsia), y en la foto lo tenéis difuminado. Lo vi y pensé: la oscuridad sempiterna de mis lagrimales acabó para siempre jamás... Y no me equivocaba.
No sé si os sucede a vosotras: yo veo a las youtubers con esa zona iluminada de modo casi paranormal (Dirty closet es la reina en esto, aunque ya no me guste tanto), y cuando una lo intenta en su casa, se lleva cada disgusto...
Pues con esta sombra puedes encender el lagrimal tuyo y el de un millón de amigas. Y ya, sin más dilación, os ofreco un maquillaje de Halloween con glamour, porque tengo otro en la recámara que da miedo.
Quería conseguir una piel translúcida, casi transparente, por lo que meclé en la Beauty blender un poco de mi base de maquillaje de LRP, el doble de cantidad de crema hidratante y un alfiler de iluminador Opal de Becca en líquido. Este iluminador para todo mi rostro no es, tiene un tono que solo queda bien en zonas concretas, pero así logré un tono de tez algo extraño bueno para la ocasión: no usé colorete alguno.
El cabello está recién lavado y alborotado sobre la frente para conseguir ese aspecto de sirena, y los labios...
Los labios están maquillados sin perfilador (que no tengo aquí) y con el labial Green de la colección Perfidious mermaid de Wycon. Con una sola capa logras intensidad y acabado opaco. Luego mojé mi pincel tipo lápiz de Mac en la sombrs Holo blue de la misma edición, sellé el arco de Cupido con ella y deposité una buena cantidad en el centro del labio inferior.
Me la jugué maquillando mis pestañas con varias capas de la máscara de Sephora, ultra densa y que hace algún grumo, y para conseguir efecto salida del mar no las peiné luego ni retiré el sobrante: quince minutos largos estuve aguardando con los ojos en un sugestivo entrecerrado para no manchar nada...
Y ahora hablemos de la sombra: la apliqué sola en el párpado móvil, pero sobre todo inundé mis lagrimales con ella. Y encontré luz, luz a raudales que no me abandonó en toda la tarde. Solo ese punto bajo los ojos enciende todo el rostro: había quedado con varias colegas de la universidad a comer y lo único que hice fue cambiar el labial por el Lovelorn de Mac (que estoy amando como nunca).
Varias personas me dijeron que mi piel tenía una especie de halo. ¡El halo de una sirena!
