La perfumería de Primark merece que por una vez en mi vida formule algo parecido a un silogismo matemático: mi atracción por ella es proporcionalmente inversa a la pereza que me causa la perfumería de Mercadona.
Si en aquélla todos son frustraciones con algún rompimiento de gloria, en Primark los pocos chascos que sufro se compensan con la infinidad de alegrías que suele brindarme.
Y no hablo solo de alegrías materiales sino más bien de las espirituales, de las que perduran porque no se agotan en un producto sino que las causa un ser humano: hablo de la inmensa alegría de disfrutar al máximo junto a una gran lectora y amiga.
Porque a Primark puedes ir solita, claro que sí..., pero no tiene tanta gracia. Lo mejor es ir acompañada, y si es con
La Rebe, antaño lectora de mi blog y hoy amiga y bloguera, plato de natillas. El último vídeo que subí a mi canal recrea en seis minutos una tarde de maquillaje y risas
ad infinitum...
Como podéis ver en él, caí con unos pañitos de micro fibra que estoy probando para retirar el maquillaje, pues quiero saber si son mejores que las toallas de rizo y que los discos de algodón para ese fin..., y con dos coloretes iluminadores llamados Double Dimension en clara emulación a Mac (al igual que el envase), que por tres euros y medio cada uno y que pigmentan muchísimo y con gran belleza.
Comencemos por mi favorito, oh, ah, ¿de qué tono será? Se llama Bali y como afirma La Rebe, que se ha revelado como una gran descriptora de maquillaje, "es muy peach, es muy tú".
Un iluminador melocotón puro, claro pero tan tornasolado y reflectante que parece bronce, ¿a qué me recuerda?
Sí, aquí lo tenéis: es un punto más pálido pero muy, muy, muy similar al iluminador Peach Kiss de los Skin Kiss de Make Up Revolution, solo que por la mitad de precio y con el doble de suavidad.
- Adaldrida, pero tú "ya" tenías los Peach kiss...
Error: en el momento de mi visita a Primark creí haberlos perdido irremisiblemente. Hoy mismo los he encontrado escondidos en una cartera de ordenador portátil, donde nunca recordaré haberlos colocado antes...
¿Es un tipo de karma surrealista, o es Dios que juega al escondite conmigo? Sea como sea, el tono Bali de Primark me ha encandilado:
Ésta soy yo cansada, a falta de sueño y con la piel bastante machacada, pues una luz serena y melocotón lo inunda todo. He intentado incluso iluminar lagrimal y arco de Cupido, algo que nunca hago porque me sale fatal: no tengo labio y me desbordo (como se puede ver en la imagen), y la zona interna del ojo es la única que tengo con textura y líneas de expresión...
Y llegamos al otro colorete iluminador, Tahiti, que la incomparable Rebe denomina como un rubor "de Barbie borracha". Definición muy certera: se trata de un color rosa pálido con matiz plata. Supongo que Ratolina vería en él un festival de glitter, pero a mí (que no soy tan elegante ni tan sibarita como ella) no me parece nada basto aunque brillar, ¡brilla!
Pórpora Porpita dijo que para su piel era demasiado claro y deslumbrante, pero algo bueno debía tener ser Blanca Nieves...
Mirad lo bien que casa con el labial Lovelorn de Mac, y con sombras vino y cobre de la paleta Warm Neutrals de Nyx. Además en esta fotografía ya le he pillado un poco más el truco a esto de iluminar labio y lagrimal...
Me entusiasma. Llevo años, muchos años, buscando un colorete rosa que le siente bien a mi piel, y creo que lo acabo de encontrar... por menos de cuatro euros.