Citrine de Jouer es una caja dorada que contiene un tornasol dorado también. Es puro lujo por fuera y pura luz por dentro.
Y fue el claro protagonista de mis maquillajes de Nochebuena y Navidad. Es, por último, un claro caso de "
Youtube me hizo comprarlo", ya que me fui enamorando poco a poco de él tras verlo en varios vídeos de mis canales favoritos, Ratolina y My
crazymakeup.
Al verlo por fin "en persona" sufrí un síndrome de Stendhal, sí, esa saturación de belleza que te hace perder pie. Y eso que no soy ninguna colegiala inexperta en este capítulo: en cuanto a iluminadores considerados ya "de lujo" poseo el
HotSand de Nars en polvo, que no solo es sublime sino que por desgracia se ha convertido en una pieza de colección, pero al ser de color arena tostada solo lo puedo utilizar en verano.
En cambio, Citrine de Jouer...
Lo ves y te deslumbra. Tocas la superficie y es mantequilla para la piel. La luz te envuelve a raudales, uniforme, tranquila, clara y dorada al mismo tiempo. Es un color sobrenatural, de ángeles como diría Ratolina. Te das cuenta de que has entrado en otra dimensión, la de los iluminadores
de luxe.
Lo aplicas en el rostro y sí, es un faro poderoso, el acabado es metálico, pero no se descompone en partículas ni destaca poros abiertos o se introduce en ellos provocando la jornada de puertas abiertas.
Ésta es "la foto de la vergüenza”: me maquillé para la cena de Nochebuena cuando ya no había luz natural y me hice un selfie en el cuarto de baño de mi abuela. Cuánto glamour. Pero incluso bajo luz artificial y muy poco favorecedora se nota muchísimo el halo cálido y potente de Citrine.
Lo acompañé con el colorete Morning Star Biscuit de la colección de Navidad de Kiko y lápiz Faux Blacks de Nyx enmarcando los ojos...
Si queréis verlo a la luz natural, éste ha sido mi look de Navidad: en el vestir mucho más sencilla, y en cambio en el maquillaje he empeñado kilates de luz para el rostro. Animada por la buena experiencia, cargué un poco más la mano y lo combiné con productos de Nars: incluso estrené también el Dragon girl pero muy rebajado con bálsamo labial.
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Bodegón de productos usados en el look de Navidad |
Incluso me atreví con el lagrimal, esa zona complicada y maldita para mí... Todavía tengo que solucionar la transición del color humo a la luz a ras de pestañas inferiores, pero al menos Citrine empasta mejor y no se pierde entre las oscuridades de mis pliegues.
En Maquillalia ronda los veintidós euros pero aprovechando una oferta de 3X2, algo habitual en esta perfumería en red, lo acompañé con dos regalos que quería hacer en Navidad. Youtube me hizo comprarlo, y valió la pena.