El iluminador en formato gelatina es la sensación del momento, y yo me dejé llevar por esa sensación. No me avergüenza admitirlo: si intento no entrar en el esclavo discurso del ansia viva, tampoco comparto aquello, que a veces tiene mucho de pose, de "tanto boom me empalaga"... ¡Como blogger de belleza tengo una curiosidad cosmética que saciar!
Así que en mi último pedido a Maquillalia lo incluí, y no me arrepiento. Esto es luz hecha gelatina, magia de Galadriel encapsulada en un tarro cuadrado.
Lo comercializa Revolution Beauty, y en principio forma parte de su colección de navidad, pero espero de corazón que los directivos tengan cabeza lo dejen en el linea fijo. Lo hay en plateado, para mi gusto demasiado frío, y en dorado, demasiado cálido para mi piel.
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Prestigious |
Así que opté por el tono oro rosa, muy a la moda y en el que han conseguido una luminosidad potente pero afín a una tez rosada.
Nada más abrir el tarro e intentar tomar producto con los dedos, te empapas de esa sensación gelatinosa, percibes un sorprendente frescor, te parece la textura más extraña que hayas palpado nunca y piensas: raro.
Sin embargo cambias de pensamiento al contemplar el acabado, que es de pura luz etérea, de "piel sobrenatural": ese sintagma tan manido, pero en esta ocasión tan cierto.
Porque regala un halo élfico, sin purpurinas pero muy poderoso y muy capaz de empoderar a cualquier mujer. Es como agua luminosa que se tatúa en tus pómulos, pues una vez la trabajas permanece imborrable durante horas.
Estas fotografías fueron realizadas a primera hora de la mañana pero a plena luz de un sol tímido: creo que exageré un poco en la nariz (¡de nuevo las modas parecen gobernarnos!), pero quedé maravillada del fulgor que emanaban mis mejillas.
Como si el tarro dorado fuera un regalo de la misma Galadriel.