Una de las sorpresas más entrañables que me ha regalado este verano que casi termina es haber podido redescubrir prendas de ropa que “ya no me cabían” antes, y que por haber adelgazado un poco he vuelto a utilizar.
Un ejemplo es esta rebeca de Liz Claiborne, que de tantos años que lleva en mi armario se podría calificar como Vintage: hacía tiempo que no me cerraba y ahora, si bien para el estilismo de la fotografía solo abroché dos botones (pues quería mostrar la camisa de H&M por debajo), puedo abotonarla entera ya.
También en terrenos cosméticos he vuelto a disfrutar de productos casi olvidados: es justo lo que ha sucedido con esta polvera, ya que verano es sinónimo de bases ligerísimas pero los temidos sudores despiertan la necesidad de matizar la tez. ¡Oh paradoja!
Tenía los polvos de arroz de Bourjois como mero adorno en mi tocador, ya que durante el curso no me gusta empolvar mi rostro: cuando se han cumplido los cuarenta resulta peligroso ya...
Pero en el mes de julio se desató una cruel ola de calor y me vi impelida a matizar un poco las dos bases que estaba utilizando, y que han sido y son los maquillajes de mi verano: el protector con color SPF 50 de Isdin y la CCCream de It Cosmetics. Un día se me ocurrió aplicarme una nube de polvos de Bourjois sobre ellos... y mi tez lo agradeció.
En principio fue una edición especial que lanzó la marca para celebrar sus ciento cincuenta años de vida, clonando una de sus míticas polveras, pero el producto alcanzó tal éxito que creo que se ha quedado en el lineal fijo de Bourjois.
Se trata de un polvo finísimo, libre de parafinas y siliconas oclusivas, que contiene en su fórmula vitamina C, vitamina E y ácido láctico y que matifica... ma non troppo, pues su tonalidad es ligeramente rosada y nacarada.
Aquí podéis ver el efecto sobre una capa de Fusion Water Color de Isdin, producto magnífico que protege la piel con un factor solar cincuenta con un acabado muy bonito..., pero que brilla en la oscuridad. El producto estrella de It Cosmetics es también muy jugoso, por lo que agradece también la superposición con este polvo radiante...
La piel se ve fina, suave y aterciopelada, ¡pero sin perder un átomo de su frescura!