Venga, una ronda de deseos para este 2020, pero de sueños caros, locos, de cosas que no necesite sino que las quiera, como decía la tigresa de la película Love Actually. Soñar es gratis. Intentar cumplir lo que una sueña..., ya no tanto.
Al fin y a cabo en 2018 deseé fuertemente poseer el corrector Shape Tape de Tarte, y creí que en quimera se iba a quedar, como los labiales líquidos de Dose of Color..., cuando de repente la firma aterrizó en España.
Y justo mi deseo más accesible para este año es seguir ahondando en esta genial marca, y descubrirlo todo sobre sus coloretes.
Cuando fui a verlos a Sephora Sol en Madrid me parecieron demasiado mates, incluso el famoso Dazzle (diz que el secreto peor guardado de Meghan Markle, la que ya no será princesa), pero ahondando en internet he descubierto un par de tonos que me fascinan:
Peaceful, un melocotón bronce con ligera chispa que en Temptalia comparan con mi amado y llorado Papa Don´t Peach de Too Faced...
..Y True Love, que tiene un nombre increíble, (me pierde la literatura), una polvera fresca y adorable como todos los coloretes de Tarte, y un hermoso color rojo rosado, "el rubor de Blancanieves". Y llamadlo obsesión, pero le veo también cierto matiz amelocotonado. Es tan bonito que le perdono que sea mate.
Aquí entramos en el terreno de lo hipotético, de los deseos disparatados, pero este año me gustaría probar otra de las marcas altas de Sephora: Hourglass. En concreto, daría la mitad de mi reino por uno de esos polvos de sol surcados de vetas de iluminador. Viva el lujo y quien lo trujo.
De bases de maquillaje estoy surtida para dos vidas terrestres y una celeste, porque en 2019 adquirí la CC Cream de It Cosmetics y como capricho de lujo volví a comprar la base Sheer Glow de Nars...
Pero llevo tiempo deseando en secreto esta joya, L´Essentiel de Guerlain. Joya desde el envase, como nos tiene acostumbradas la casa, hasta el acabado y la formulación, con glicerina y manteca de cacao, y sin parafinas, alcoholes ni siliconas oclusivas.
Un deleite que no se me quita de las ganas, diría Silvio Rodríguez.
Paletas de sombras de ojos dije que no iba a comprar más, pero sé que en verano volveré a buscar la de tonos azules perfectos, y así en general deseo fuertemente la sensación del momento: la paleta de Neutros de Tati Beauty. ¡Ay, esas armonías de color y esas magníficas sombras de glitter prensado!
Pero la tontería me dura muy poco porque la web es americana y Leti avisa de que la suelen detener en aduanas y veinte lereles más que te piden además de los casi cincuenta que cuesta ya per se. No estoy tan loca yo: esto para mí es un hobby y hay gente pasando hambre en el mundo.
Una alternativa que tiene purpurinas muy bonitas y se consigue en España: la paleta Inferno de Nars, que también tiene nombre poético y con reminiscencias a Dante, ay amor ven a mí. Y sin embargo, tampoco creo que la compre: ya tengo la Skin deep.
Y por último, si he de ser sincera y volcar aquí los anhelos más oscuros de mi corazón: me cautiva la elegancia del nuevo reloj de Daniel Wellington, el Iconic Link en plateado con esfera blanca. Y será mío al final. Yo, como los Beatles: I´ll get you in the end.
Estoy enferma, lo sé: relojes, rubores y neceseres tengo a montones, pero nunca tengo los suficientes.
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| Vía Tarte (página web de la firma) |
Al fin y a cabo en 2018 deseé fuertemente poseer el corrector Shape Tape de Tarte, y creí que en quimera se iba a quedar, como los labiales líquidos de Dose of Color..., cuando de repente la firma aterrizó en España.
Y justo mi deseo más accesible para este año es seguir ahondando en esta genial marca, y descubrirlo todo sobre sus coloretes.
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Vía Temptalia |
Cuando fui a verlos a Sephora Sol en Madrid me parecieron demasiado mates, incluso el famoso Dazzle (diz que el secreto peor guardado de Meghan Markle, la que ya no será princesa), pero ahondando en internet he descubierto un par de tonos que me fascinan:
Peaceful, un melocotón bronce con ligera chispa que en Temptalia comparan con mi amado y llorado Papa Don´t Peach de Too Faced...
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| Vía Temptalia |
..Y True Love, que tiene un nombre increíble, (me pierde la literatura), una polvera fresca y adorable como todos los coloretes de Tarte, y un hermoso color rojo rosado, "el rubor de Blancanieves". Y llamadlo obsesión, pero le veo también cierto matiz amelocotonado. Es tan bonito que le perdono que sea mate.
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| Vía Temptalia |
Aquí entramos en el terreno de lo hipotético, de los deseos disparatados, pero este año me gustaría probar otra de las marcas altas de Sephora: Hourglass. En concreto, daría la mitad de mi reino por uno de esos polvos de sol surcados de vetas de iluminador. Viva el lujo y quien lo trujo.
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| Fotografía cedida por Marisa Álvarez, Naoko |
De bases de maquillaje estoy surtida para dos vidas terrestres y una celeste, porque en 2019 adquirí la CC Cream de It Cosmetics y como capricho de lujo volví a comprar la base Sheer Glow de Nars...
Pero llevo tiempo deseando en secreto esta joya, L´Essentiel de Guerlain. Joya desde el envase, como nos tiene acostumbradas la casa, hasta el acabado y la formulación, con glicerina y manteca de cacao, y sin parafinas, alcoholes ni siliconas oclusivas.
Un deleite que no se me quita de las ganas, diría Silvio Rodríguez.
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| Montaje mío a partir de las webs de Nars y Tati Beauty |
Paletas de sombras de ojos dije que no iba a comprar más, pero sé que en verano volveré a buscar la de tonos azules perfectos, y así en general deseo fuertemente la sensación del momento: la paleta de Neutros de Tati Beauty. ¡Ay, esas armonías de color y esas magníficas sombras de glitter prensado!
Pero la tontería me dura muy poco porque la web es americana y Leti avisa de que la suelen detener en aduanas y veinte lereles más que te piden además de los casi cincuenta que cuesta ya per se. No estoy tan loca yo: esto para mí es un hobby y hay gente pasando hambre en el mundo.
Una alternativa que tiene purpurinas muy bonitas y se consigue en España: la paleta Inferno de Nars, que también tiene nombre poético y con reminiscencias a Dante, ay amor ven a mí. Y sin embargo, tampoco creo que la compre: ya tengo la Skin deep.
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Estoy enferma, lo sé: relojes, rubores y neceseres tengo a montones, pero nunca tengo los suficientes.