La mascarilla se ha convertido en el complemento de moda, por necesidad y salud.
![]()
![]()
![]()
![]()
![]()
![]()
![]()
![]()
Y puede parecer una frivolidad el buscar opciones bonitas, el no contentarse con las anodinas (y eficaces) ofertas de farmacia..., pero también es cierto que verse guapas y cultivar nuestra niña interior nos ayuda en estos tiempos oscuros.
![]()
Por eso, y por una razón más profunda (mi padre y yo somos poseedores de una fantástica piel sensible y las mascarillas desechables nos suelen producir eccema), desde que llegué a La Rioja no he parado hasta encontrar mascarillas que protejan nuestros pulmones pero también nuestra estética y nuestra piel.
Mi opción favorita son las de La Frikilería, firmadas por la española marca Migueleto, artesanales y fabricadas en material deportivo transpirable con doble capa de filtro incorporado, un filtro que además cumple la normativa UNE0065:20 .
El modelo más buscado, que también es mi preferido por friki y neutro a la vez, es este negro de rayitos blancos que se llama Protego Totalum.
El primero que conseguí fue éste azul de estrellas blancas, estilo Capitán América. Adoro el color azul pero me va mejor con mis ropas veraniegas el modelo en rojo:
Estas mascarillas tienen una vida útil de 30 lavados, y se deben limpiar con jabón tipo Fairy, aunque por el día entre salida y salida a la calle las rocío con alcohol y las dejo al aire libre.
Otra tienda donde hay mascarillas preciosas, de algodón puro y doble capa con posibilidad de introducir un filtro, es Top Queens Logroño, el local donde trabaja mi prima Claudia:
Su jefa es muy creativa y trae género muy versátil, y por supuesto el último grito son estas preciosas mascarillas veraniegas. Me chifla este modelo blanco y calado, que suelo combinar con mi vestido coral al que incorporé una combinación de Zara Home con puntilla blanca:
Estas mascarillas no tienen filtro, pero sí dos capas de tela entre los cuales puedes introducir uno homologado. También tienen opciones neutras, con ésta de tela vaquera con el interior de suave algodón que tentó a mi padre, por lo que le regalé una y ahora compartimos modelo:
También trajeron mascarillas con filtro incorporado, pero no sé si éste sigue alguna normativa y, sobre todo, resulta grande y me tapa hasta los ojos. Una pena, pues el color verde agua y los motivos marineros lo hacían muy apetecible:
Y, por último, os muestro el que ha sido mi gran capricho, una coquetería y la mascarilla más cara que tengo: las de la Frikilería cuestan cinco euros y medio la unidad (nueve con noventa si te llevas dos); en Top Queens me pidieron cuatro con noventa y cinco por las simples y cinco euros noventa por la verde agua...
... Mientras que ésta, que es sencillamente higiénica y no lleva protección ni posibilidad de incorporarla, cuesta ocho euros en la Farmacia Fernández de Haro.
La compré por hacer un gasto en mi patria chica, la ciudad donde fui bautizada, y porque es un recuerdo de una entrañable fiesta que, como sucede en el resto de rincones españoles, este año no pudo ser celebrada.
¿Os gusta mi colección?