Agosto comienza envuelto en su halo de vacaciones y va a ser, en este espacio, el mes del labial: duradero, mate, apto para mascarilla... o no. En el campo, donde ando todo el día por el jardín o por la finca, los labios se pueden llevar al aire. Y pueden ser lujosos, el último grito, "costar un riñón"... o no.
De hecho, el reto de este post consiste en presentar una barra de labios que no cuesta ni cinco euros y un gloss por el que no he pagado siquiera tres, con un atrezzo tal que pudieran parecer objetos de lujo, porque en su interior lo son.
Aquí pegaría cantar aquello tan Disney de "La belleza está en el interior"... y en el exterior, pues los envases son también bonitos y funcionales, y con una pátina cromada que evoca algo parecido a la voluptuosidad:
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#Nofilter en esta imagen ni en las siguientes |
Os hablo de la barra de labios Power Plumping gel de Catrice en el tono 30, que recomendó Mareas y que por 4,59 se presenta como clon del famosísimo Pillow Talk de Charlotte Tilbury, aunque yo lo veo más tono labio y me recuerda mucho más al Dolce vita de Nars que es mi labial favorito.
Aunque, cuando llegó a mis manos y a mis labios, lo catalogué como clon de nada, porque posee méritos en sí mismo.
Y del gloss Shine shine shine! de Essence en el tono Peaches and Cream de Essence, que por sólo 2,49 ofrece una luz afrutada y vinílica al labio, un melocotón soleado pero sin matices excesivamente amarillos. Éste es el tono que más he usado en este mes de julio y aquél, mi último hallazgo, una joya firmada por Catrice que contiene ácido hialurónico para un efecto voluminizador.
El volumen es real, pero lo que prima es el confort en el labio. Una fina capa resbala sobre él cómo la capa invisible de Harry Potter, como agua entre los dedos, pero curiosamente posee una adherencia bastante elevada.
El tono 30, ya lo he dicho, es un rojo labio con base castaña, a caballo entre el efecto piruleta y el acabado marron glacé: dulce y cálido, sin duda, y muy jugoso.
A pesar de su apariencia cremosa y su poder hidratante no se desmorona como otros, y por menos de cinco euros parece un labial de alta gama, y su tamaño reducido se hace ideal para llevar en el neceser.
El gloss de Essence es puro charol melocotón en un acabado sólido, liso, lácteo y muy duradero para ser un brillo de labios. Afortunadamente no huele a chuchería sintética como otros ejemplares de esta firma, aunque sí deja un rastro dulce pero no invasivo. Y brilla con la fuerza de los mares (o las cascadas rurales) en mi color favorito, por menos de tres euros.