Hoy, un Post estilo “Blogger me hizo comprarlo", pues fue en el espacio de Mareas donde me encapriché de estos labiales. En concreto, la visión del tono Lavender and Lace me hizo correr, virtual pero frenéticamente, a Maquillalia...
Al no conseguir el tono deseado, que está agotadísimo, caí en un episodio de compra compulsiva del que ahora me arrepiento, pues por pura rabia lancé al carrito de compra tres colores distintos al que yo quería y que no encontré. ¿Los necesito?, no. ¿Me voy a quedar con todos ellos?, tampoco.
Comenzamos por lo que me gusta: el envase. Y es que posee el equilibrio ideal entre lo neutro y lo "mono", el punto justo de azúcar en ese corazón que nuestra la tonalidad del labial y permite cerrarlo en un limpio "clic".
La textura ya sabía que iba a ser mate, por lo que no me puedo quejar: es aterciopelada y muy cómoda, y pigmenta de una sola pasada. Pero el acabado se me hace muy... mate.
Sí, lo sé: soy pura lógica. Pero es que hay maticidades que parecen apagar el color en la piel y lo siento, pero en este caso a mí me sucede.
Elegí el tono Violet Smoke por pensar que se parecía al Lavender and lace, y se me hace demasiado... morado. Vuelta a empezar. Parece que no sé lo que quiero...
Pero hay matices y matices en el concepto lila, malva o lavanda pastel que hacen que el tono favorezca o al menos quede interesante en el labio... o plano y chabacano, como es el caso. No digo que este labial sea hortera en sí mismo, pero en mi boca sí lo es.
Llegamos al tono Peach don´t kill my vibe. Nombre magnífico y concepto fabuloso, yo adoro las barras de labios melocotón. Oh, wait. Hay dos tipos de labiales melocotón: los dulces que tienen un tono naranja rosado y los que viran a amarillo. Una base demasiado amarilla puede arruinar un buen melocotón, ya me ocurrió con un labial de Lime Crime...
Técnicamente este labial no es feo, y no me queda mal, pero es demasiado neón o subido y es demasiado amarillo para ser tan mate. Por no hablar de que ambos amarillean mis dientes, que justo ahora están más limpios que nunca debido a una nueva rutina de higiene dental.
Estas razones me llevan a pasar un cuchillo afilado por la zona ya utilizada, y a regalar los dos labiales a la primera lectora que me los pida: sólo tienes que escribir un comentario diciendo por qué te podrían ir bien y tu mail o perfil de IG para contactar por privado.
Llegamos al único labial que voy a quedarme, porque me encanta, aunque sigo pensando que apaga un poco mi piel: este color en satinado sería absolutamente perfecto. Es el Brunch me, un tono labio terracota con aires melocotón y mucho más equilibrio entre sus matices.
Me encanta, y es cierto que vivimos en épocas en las que se necesitan labiales mates. En casa lo uso en todo su esplendor, y cuando voy a salir aplico un tissue, me pongo la mascarilla y no la mancho, pero al llegar a casa, en mis labios sigue habiendo color.
En definitiva: la próxima vez que no encuentre lo que quiero me tragaré mi insatisfacción y cerraré la aplicación sin más..., y sí, seguiré buscando el maravilloso labial Lavender and Lace.