El último lanzamiento de Pórpora Porpita para Pinduck London ha sido la sensación del momento y, a la vez, la incredulidad del momento, sobre todo para una amante del lujo y de firmas de alta gama (véase Nars) como yo: ¿Coloretes de buena calidad a tres euros con noventa y nueve?
¡Pues sí! Dejemos claro que no todo el maquillaje low cost de Pinduck me agrada y que las barras de labios que lanzó María Calvo con esta firma no alcanzaban para mí ese nivel que me hace repetir una y otra vez con un producto, porque el resto del post va a ser claramente elogioso.
Y es que estos coloretes de Pórpora Porpita están muy bien hechos, además de ser realmente bonitos...
Empezamos por el envase, muy sencillo para abaratar precios pero funcional y hasta coqueto por su tamaño. No, no es formato paellera ni tiene espejo ni doble tapa que se pueda romper al llevar en el bolso, pero es que para mí todo esto son ventajas, habiendo pagado por cada unidad, hay que recordarlo, menos de cuatro euros.
Estos rubores se abren a rosca y cierran muy bien. En el frontal vemos el logo de la youtuber, y yo hago votos porque no desaparezca tan rápido como ocurre en sus labiales, porque me fascina esta estética dorada y estrellada.
Yo pedí cuatro coloretes: en primer lugar, Afrodita, que no aparece en la imagen porque es tan claro que voy a regalarlo a otra Blancanieves aún más pálida que yo; y Artemisa, que me provocaba dudas por su color subido...
Y los dos que sí o sí pensaba quedarme: Hera, un tono piel con fulgor dorado, uno de esos rubores que en envase no dicen nada y luego cobran vida propia y aportan la luz de cien soles; y Hestia, un rosa pálido frío y metalizado, un precioso color batido de fresa luminoso.
Porque ésta es la cualidad que más me enamora de los coloretes de Pórpora Porpita, que la misma autora quería bautizar como Polvos Faciales Luminosos: su extraordinaria luminosidad, la luz que me inunda nada más rozar con la brocha mis mejillas.
Empecemos con Hera, la fiel y airada diosa Juno. Este rubor no arrebola las mejillas pero las sublima, intensifica su propia tonalidad arrancando destellos melocotón.
En cuando lo vi en mi piel pensé que si los coloretes Madly y Luster de Nars yacieran en carnal coyunda, éste sería el hijo resultante, aunque lejos de mí comparar coloretes que cuestan treinta euros con otros por los que apenas nos piden tres.
Sigamos con Hestia: por fin un rosa frío queda rosa y frío en mi piel. No sé qué me ocurre, pero incluso Angelika o Adoration de Nars acaban ensuciándose al tocar mis pómulos. Pero Hestia regala ese brillo helado, ese escalofrío fresa tan saludable que lo hará brillar también en otoño e invierno.
Y acabemos donde comenzamos, con la gran sorpresa de este pedido.
Artemisa es un colorete de una belleza y un poder descomunal, pero al mismo tiempo de una ligereza en su aplicación capa sobre capa que desarma. Un tono caldera centelleante, un cobrizo que funciona a la perfección como sombra en los párpados, como podéis ver en la imagen.
Estos coloretes se compran en Primor, algo que no me vuelve loca de alegría. Hice un pedido online que fue una auténtica odisea, pero comprendo que en verano vivo alejada de la civilización y no quiero amargar una crónica tan luminosa: llegaron al fin los coloretes a mis manos, y el final de la historia para no dormir fue dulce y feliz.