En 2021 el retinol entró en mi vida.
Fue Amparo quien me alertó de que pese a mí buena genética y mi piel "de melocotón", dicen los que me quieren bien, los cuarenta pasan factura...
Y así comenzó mi periplo para conseguir un retinol que se llevase medianamente bien con mi piel ultra sensible.
Según Amparo, y según la mayoría de cosmetólogos, todo es cuestión de proporciones y formulaciones.
En pleno otoño salió al mercado el famoso suero de retinol de Kiehl's, una de las novedades de la firma que han sonado más en 2021.
En el rincón de la marca del Corte Inglés Goya me dieron una generosa muestra que me duró una semana entera..., y me encantó.
Ninguna reacción en la piel, sentí el rostro iluminado y terso..., y no me compré el producto. ¿Por qué?
Pues porque me detuve a mirar proporciones y formulaciones, como me habían recomendado.
Y el sérum de retinol de Gema Herrerías, además de ser más accesible para mí al venderse en farmacias cercanas tanto en Sevilla como en Logroño, era mucho más barato: veintinueve euros frente a los cincuenta que pide Kiehl's por los mismos treinta mililitros...
Pero, sobre todo, sus ingredientes y su concentración es mucho más adecuada a un cutis como el mío: glicerina y niacinamida en primer lugar, extractos de plantas junto al retinol y...
¡Camomila! Me enamoré, lo vi solito y lo compré, lol.
Llevo dos semanas utilizando el retinol de Gema Herrerías y estoy loca de amor.
Bendigo el examen con microcaya que me hicieron en la farmacia Terol, donde me dijeron que la elasticidad de mi piel empezaba a fallar.
Ésta soy yo ahora mismo, al natural, sin gota de maquillaje ni filtro alguno y desayunando en la cama, eso sí, dejándome querer.
Un poco más de cerca, dando clases online con delineador y Lipstick, pero pudiéndome permitir una piel sin maquillaje.
Y aquí, con pecas falsas, ahumado potente y rubor pero con una cantidad ínfima de base, no necesito más...
Mi rostro está iluminado, terso y lleno como hace unos diez años. ¡La máquina del tiempo, señoras!