No se puede decir que me tome este producto a la ligera: disparé las fotografías del (ya no tan) nuevo corrector de Nyx en la mítica terraza de La tahona en Sevilla, es decir ¡a principios de febrero!
Bueno, o sí la tengo, mitad y mitad.
El nuevo corrector serum de la línea Bare with me de NYX me gusta tanto como sus brillos de labios This is milky gloss, o sea, muchísimo..., si lo utilizo solamente para cubrir mis ojeras.
Que me diréis, "claro, Rocío, de eso se trata...", y ahí está el pero.
En diversas publicaciones de Instagram me hicieron creer que este producto funcionaba también en imperfecciones cutáneas, y me hice la ilusión de utilizarlo como base de maquillaje en un botiquín cosmético de emergencia.
Así que compré el tono Light en vez de el Fair, y lo utilicé de esa manera, en toda la cara, con un acabado precioso...
Y con un primer hidratante por debajo (el que aparece en imágenes, de textura mousse, olor dulce y que es too much para mí...)
Estrené ambas novedades de la firma el día en que me hice esta foto, y no, no me veréis de cara porque ya en ese momento lucia dos preciosos granitos en mi mejilla derecha.
Mis pómulos son como un radar: cuando localizan una textura o mezcla de texturas demasiado pesada reaccionan ipso facto. Pero no puedo echar la culpa al corrector, que ya de por sí es muy hidratante, sino a la suma con la prebase de marshmellow y la mascarilla FFP2 all day: cóctel mortal.
Tras este incómodo momento he vuelto a aplicar el corrector serum Bare with me de Nyx en todo el rostro, sin nada debajo y sin mascarilla encima, y se comportó de forma decente..., dejando un acabado de piel de porcelana.
Y al ser tan hidratante resulta muy cómodo en el contorno de mis ojos, y cancela sin hacer pliegues mis incipientes ojeras que en los últimos tiempos han rampado un poquito más de lo normal por culpa del estrés: ¡necesito vacaciones!
... Para aplicar en todo el rostro, sin miedo, ya tengo la base de maquillaje Kind & Free de Rimmel London.