Para qué intentar engañarnos: en este 2022 el final de verano me ha pillado a contrapié, y el.comienzo del otoño ha dolido. Pero amigas, tempusfugit y el cambio de estación se hace inevitable...
Y es mejor regresar con ilusión, volver al viejo lema: lo cotidiano deslumbra, una cotidianeidad que en mi vida nómada nunca será rutinaria...
Y motivarse con los nuevos colores de la temporada, como el marrón en todo su apogeo y en su tríada dulce: chocolate, caramelo, puré de castaña.
No solo tengo nueva manicura gracias a las geniales chicas de Mishea peluqueros en Logroño, en el tono Wooded Bliss de CND Shellac...
También los párpados se visten de este color, y he conseguido por menos de seis euros la paletita Cocoa de Catrice que es pura cremosidad mate y golosa.
Pero también he comenzado a disfrutar de ropa, cosmética y maquillaje que adquirí en las rebajas de verano, y que en realidad estaban destinados a esta rojiza y poética época del año.
Como la preciosa paleta Lady de la misma firma, Catrice, que aún podéis encontrar en algunas tiendas Druni.
La reseñé pero dejé los looks para más adelante, y ha llegado su turno.
También es buen momento para utilizar, gozar y hablar del set Sleep de The Body Shop, que conseguí con un veinte por ciento de descuento en Madrid en junio y me está dando la vida, así que le daré también vida en este blog.
Y un último rescate de mis rebajas veraniegas que estoy aprovechando precisamente ahora son estas carmelas, estaa sneakers con cuña y falsos cordones en tonos camel y blanco roto que me compré en Julio un día antes de caer enferma de covid..., y que he rescatado y ya no me quitó de los pies.