Hoy, un post de Makimarujeo, que no sé si sigue interesando, pero a mí siempre me gusta leer este tipo de crónicas: así que, fiel a mi cita anual, os cuento lo que me ha regalado mi familia en el día de mi santo.
Este año yo quería conseguir un buen calzado, cómodo, bonito y de tendencia, de cara al verano: con un dinerito que me dio mi abuela he comprado mis primeras Skechers:
Las conseguí en Deichmann por 49,99 euros, aunque me cobraron 3,99 más por pulverizarlas con spray impermeable, que no sé si hará algo...
Para una lluvia moderada me ha regalado mi querida madre estas zapatillas deportivas blancas de Xtí, con este caladito tan mono y de tejido sintético (de ahí el que "no se mojen"), pero forradas de tela de algodón en su interior.
Me fascinan las sneakers blancas, me llevan de la mano a los veranos de mi niñez y adolescencia, con mis primas siempre calzadas con Adidas Stan Smith o Super Star..., pero me gustan más aún mis nuevas Skechers.
Me cautiva su tono azul noche estrellado, y las puedo llevar con vestido como veis en la entradilla o con mi querida vaquera customizada de Nona Papallona, comercio local de Logroño, que también es pura tendencia aunque la comprara hace tres añitos ya.
Juntas forman el perfecto look casual para ir a la oficina un lunes cualquiera...
Pasando a un regalo mucho más delicado y artístico, mucho más propio de mi padre, os enseño este fabuloso joyerito de cobre con incrustaciones art nouveau, que consiguió según él a un muy buen precio en una de sus subastas.
Como podéis imaginar, me enamoré de él en cuanto abrí el regalo.
Y por último, mis tías me regalaron esta botella de aceite de oliva virgen extra artesanal, que está alegrando nuestros desayunos...
¿Que os parecen mis regalitos de santo? ¡Regalazos, más bien!