Despido el año en este espacio sumida en el éxtasis y en la confusión, con un dilema estético y con una colección de Navidad preciosa, de envases invernales como de palacios rusos o de nieve en Downtown Abbey: es la edición limitada Arctic holiday de Kiko Milano.
En los locales de Kiko que he visitado durante estas vacaciones, (y aún nos queda mucha temporada navideña por disfrutar), están de promoción: te llevas dos artículos Arctic Holiday y te regalan otros dos. Ofertan paletas, coloretes y muchas otras novedades, pero para mi gusto lo que de veras vale la pena de la colección son sus labiales metalizados y su máscara de pestañas.
En realidad yo lo que quería comprar es la barra de labios oscura, la número cuatro, y la máscara de pestañas, pero al pasar por caja me advirtieron de que podía elegir dos productos más, y de golpe me enamoré de este rojo metalizado (número tres), y me llevé dos ejemplares, uno para mí yotro para regalar.
Debo advertiros varias cosas acerca del rouge rojo metalizado de la Arctic Holiday de Kiko: En primer lugar, causa adición. Es un rojo majestuoso y poderoso pero a la vez entrañable por lo navideño. En segundo lugar, se comporta en el labio como un labial de larga duración, incluso lo tiñe, es necesaria el agua micelar para retirarlo. Y en tercer lugar, reseca un poco y marca algunas arrugas, pero no destroza la boca ni avejenta como otras opciones mates o metálicas.
Es un gran labial y con gusto lo usaría esta noche..., podría desempatar mi dilema..., pero llevaré una máscara fucsia y oro y no combinan bien las tonalidades.
Porque mi debate interior estriba entre utilizar el más oscuro de los labiales de la Arctic Holiday, que es un malva plateado con matiz topo y profundo acabado metálico..., o lanzarme directamente a por el negro cremoso que me compré en el local de Kiko en Roma y que he guardado intacto para esta ocasión. Pero al ponerlo sobre mis labios, mi dulce madre casi me deshereda. Dice que me apaga totalmente, que no debo utilizarlo... Y lo peor, creo que tiene razón, como (casi) siempre.
Claro que no es ésa la ropa que llevaré..., ni el pelo, y que voy a añadir una máscara y el elixir de unicornio de Makeup Revolution en párpados y sienes... La otra opción sería esta:
Es decir, el labial número cuatro de la colección con una gota de iluminador Unicorn elixir de Makeup Revolution en el centro del labio inferior.
En ambas opciones el resto del maquillaje es igual: una base de jumbo topo de Puapa en el párpado móvil y el rímel de la edición limitada, que me parece muy a prueba de emociones porque esta mañana he lanzado alguna lagrimita emotiva (es decir, todo un río) en ¡dos! ocasiones y así sigue mi ojera a estas horas de la tarde: a falta de un buen contorno de ojos, pero sin m¡nada más que reprochar.
Y en la piel, tras la base de maquillaje, el iluminador Peach Kiss en las mejillas como colorete y una buena dosis de este iluminador claro cálido de Kiko Milano: el número uno de los Glow Fusion que me enseñara mi amiga Rebeca. De tacto muy sedoso, color blanquecino pero tono bastante dorado, no sé si me acaba de convencer en una piel fría, la verdad. Las dudas existenciales me consumen en este fin de año.
¿Qué opinan ustedes? ¿El iluminador es demasiado amarillento para mi tez? ¿El labial negro cremoso me apaga el brillo? ¿Elijo el labial topo ciruela con elixir de unicornio por encima? ¡Necesito vuestra ayuda!
