¿Pensabais que iba a dejar que terminase el frío y cruel mes de enero sin pronunciarme sobre mis productos favoritos de 2017? ¿Un año tan importante en mi vida, el año de mi sexenio, de mi estancia en Roma, de mi renacer poético en primavera..? ¡Que los hados no permitan tal cosa!
Y, además, serán unos favoritos un poco random, porque si no, no habría diversión... Así que voy a incluir en esta reseña ese otro término tan de moda, el
Lifestyle o estilo de vida. Así, porque soy blogger.
1.
Una ciudad: Roma. Es la ciudad de mi vida, el viaje de mi vida. Estuve allí durante los meses de septiembre y octubre de 2017 y todavía me pregunto cómo pudo ser tan inolvidable, pura magia, y sí, ahora me muero de nostalgia lentamente. Cada día fue maravilloso, cada calle guarda un recuerdo. Ahora sé que siempre regresaré.
2.
Unajoya. En 2017 no sucumbí ante el famoso colgante de luna de María Pascual, así que no soy una verdadera blogger. Tampoco me hice con ninguna pieza de Aristocrazy o de Dime que me quieres. Pude redimirme, sin embargo, con este reloj Classic Petite de Daniel Wellington que me regalé por mi cuarenta cumpleaños.
Pero la joya del 2017, y del lustro y la década si me apuras, no la firma ningún diseñador de moda dentro de nuestra cultura pop: es este anillo de bronce, de sello en forma de cerradura, un objeto absolutamente mágico que compré en Roma, cerca del campo de las flores. Desde que lo compré no ha dejado de adornar mi mano derecha.
3.
Un outfit de invierno, de verano, de entretiempo, de diario y de fiesta. Sí, hablo de la mezcla de
leggins de Zara o pantalón de terciopelo de Zendra con ese top brillante de Amitié que he utilizado todo el año, con más o menos ropa, con pañuelo casual de mercadillo o con americana de lentejuelas negras en Nochevieja.
4.
Un libro: el
Persiles de Cervantes, que descubrí mientras investigaba en mi mesa de la quinta planta de la isla de silencio en Unir, luego me lo llevé a Roma y me hizo disfrutar lo indecible..., siendo material de trabajo. El binomio feliz, la combinación ideal.
5.
Un amor imprevisto: ¡Y correspondido! La perra de mi mejor amiga en Logroño, Luca. La conocí hace justo un año , quedó inmortalizado el momento en este vlog que por cierto es mi vídeo favorito del canal en 2017. He descubierto la mirada de esperanza y amor incondicional que puede regalarte un perro. Aún prefiero a los seres humanos, no he renunciado a mis creencias antropológicas, pero Luca me ha desarmado.
6.
Un tratamiento cosmético facial: el suero para pieles sensibles Life Plankton de Biotherm. En verano lo uso incluso como crema ligera, es un cóctel de ingredientes salvavidas que calman la piel, con plancton termal, manteca de karité y Niacimida. También debo destacar, como producto multiuso, el aceite milagroso de la Chinata que salvó mi pelo de morir deshidratado.
7.
Una crema corporal que también es perfume: la Loción hidratante al aroma de lavanda de Aveeno. Es la crema de Jennifer Aniston, la compré en Roma, posee avena coloidal en su formulación... Pero si ninguna de estas tres poderosas razones fueran suficientes, su aroma me tiene atrapada. Hay día que no uso más fragancia que este delicioso olor a lavanda relajante con un punto de colonia de bebé. Tiemblo pensando en el final y sé que cuando se acabe saquearé internet en su búsqueda.
8.
Una base de maquillaje: Extra mat Perfection de Deborah Milano. Otro descubrimiento romano que a día de hoy es mi fondo líquido de cabecera: cubre lo justo, no irrita la piel y aplicado con esponja sin látex deja un acabado precioso en la piel.
9.
Una barra de labios: Lovelorn de Mac. El rosa definitivo, el labial de diario perfecto. Si no me ves con un color melocotón o con una reciente adquisición que quiera probar y reseñar me verás luciendo este color batido de fresa, dulce y cremoso pero no excesivamente blando, que además compré en Roma durante esa mítica estancia y encima el 19 de octubre en el día contra el cáncer de ¡mama, en el que lo tradicional es vestir de rosa los labios. Lo tiene todo, va en mi neceser de bolso. No hace falta decir nada más.
10.
Un básico low cost y un básico de lujo:
2017 ha sido el año en el que descubrí la tienda de Nyx de la calle Goya de Madrid, y tanto con mis amigas “bloggers” como con lectoras de este espacio me he dejado caer en numerosas ocasiones. Una vez llevé a mi madre que suele ser incorruptible y se quedó impresionada por la fabulosa relación calida precio. Si tengo que quedarme con un producto, elijo sus paletas Warm neutrals y Cosmic metals: el precio de ninguna de las dos supera los diez euros, y podría vivir sólo con ellas en mi tocador.
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Como producto de lujo siempre elegiré los coloretes de Nars, pero no son ningún descubrimiento del 2017. Así que mi favorito es este jumbo o sombra de ojos en lápiz de Sisley, Phyto Eyes Twist en el tono dos, que consigue una mirada misteriosa y muy fácil de construir. Lo compré cuando me anunciaron que había conseguido mi primer sexenio de investigación. Lo adquirí en el mes de junio en Sephora Logroño, que es, por si cabía alguna duda, mi perfumería preferida y la indiscutible protagonista del año, y lo llevo en mi neceser de bolso desde entonces.