Desde el principio del otoño no traía a este espacio unas Reflexiones en la bañera, y para hacerme perdonar el retraso, hoy llegan cargadas de novedades.
¡Sí! Acabo de estrenar mi "mueble mar": la fabulosa bandeja de baño que me regaló mi amiga Ana en mi pasado cumpleaños. Es de bambú ecológico y tratado para que el agua no la dañe, la puedes comprar en
Amazon a un precio muy razonable, y te hace sentir cual estrella de Hollywood o cual Ana Torroja en sus tiempos mozos: Hawai, Bombay, son dos paraísos...
No necesita instalación, es extensible y posee un atril (que a mí me parece jugársela un poco y retiré), un espacio para el móvil, otro para usos varios y un lugar para la copa. Para disfrutar como una reina. Y, para acentuar aún más esa sensación, la he combinado con una de esas bombas de Lush que tiñen el agua. Holy night es una edición navidaña que compré para regalar... Pero se me extravió, acabé regalando otra cosa a su destinataria y de repente, al fondo de una maleta, encontré esta joya envuelta en pañuelo solidario hace unas semanas.
Tanto la bomba como su envoltorio son de color turquesa, mi favorito, y pensé que el producto teñiría el agua de azul..., pero va mucho más allá. Es una explosión sensorial que comienza en tonalidad agua, se salpica con unas gotas de color mimosa, para terminar en un estallido color batido de fresa: un caleidoscopio pastel con un suave aroma almizclado.
Paso a detallar ahora las reflexiones que tal cúmulo de lujos me inspiró.
1. En el posa vasos, si yo fuera
influencer con glamour, debería haber una copa de champán al menos, pero lo que hay es una jarrita de agua, y encima del grifo. Y es que no bebo alcohol y me he desenganchado de la Cocacola Zero, que como bien pronosticó Bea y ratificó mi endocrina es puro veneno y, además, veneno mentiroso...
2. Sumergida en el agua, sentí por vez primera un mono intenso. Y es que si alguna vez denuncié la campaña de acoso que en mi opinión recibe la marca registrada, ahora pienso que lo compensa con creces la brutal campaña de marketing que hacen. Anuncios de Cocacola invaden la televisión, nublan nuestros recuerdos, juegan con una falsa idea de felicidad (¡la chispa de la vida!), y ahora también nos inundan de imágenes refrescantes en Youtube.
3. Un poquito de por favor.... como dijo San Juan De la Cruz 🤣
4. Ya veis que no me supe explicar con el tema de mi régimen y las calorías: no todo es contar hasta mil porque mi endocrina me ha propuesto como alternativa al vermú de sábados y domingos pedir un zumo de naranja natural. En principio, una Zero posee una sola caloría, y un zumo de dos naranjas, ciento cincuenta. Pero son ciento cincuenta calorías repletas de vitaminas y nutrientes, frente al puro vacío edulcorado.
5. Al final va a tener razón el poeta Miguel D´Ors: una persona es en realidad muchas personas. Él lo decía como metáfora, pero es que nuestro cuerpo no es el mismo por la mañana, al mediodía o por la noche. Lo mismo que en ayunas o antes de dormir se desaconseja porque sube el azúcar, a la hora del aperitivo y después de haber realizado ejercicio, se recomienda. Y es que la vida es algo emocionante...
6. Estoy educando mi paladar para no caer en lo puramente dulce, ni tampoco reconvertirme a lo amargo: por ejemplo, he descubierto lo mucho que me gustan los sabores ácidos, el puntito fresco de ciertas frutas o la cremosidad picante del yogur natural sin aditivos. Me gustan las infusiones de jengibre..., y he aprendido a amar la coliflor, la berza y el brócoli, aderezados con Festa lime, un sazonador cítrico sin sal y con mezcla de comino, paprika, ajo y corteza de limón verde. Ahora que iHerb vuelve a vender a España, lo repondré.
7. Y en ese nuevo equilibrio de mi vida, renuncio a Mr Wonderful por demasiado azucarado, pero también a Mr Puterful que se pasa de hiel para mi gusto. Y es que el cinismo escéptico tiene el mismo grado de pose y de artificio que el vomitar arcoíris sin ton ni son, sólo que en el otro extremo.
