Como cada año, vuelvo a explicar en este mi blog que el domingo de Pentecostés fue mi santo, pero como sacan a pasear a la Virgen del Rocío la madrugada del lunes muchas personas me felicitan ese día y, como ya es tradición, celebro mi santo en dos días seguidos. Hala.
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Photo by Mum |
También es un rito ya en este espacio mostrar los regalos recibidos con tanta generosidad: este año por el momento que vivimos no hubo grandes celebraciones y mi gran regalo fue pasear con mi madre por el Parque de María Luisa, aquí en Sevilla, o compartir una puesta de sol en el río con mi amiga Merl:
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Photo by Merl |
Es cierto que solemos aprovechar la ocasión para renovar el armario, para comprar prendas interesantes de cara al verano que comienza. Este año he reciclado mucha ropa vintage, vestidos en los que no cabía y ahora quepo..., como este vestido granate de hilo al que mi madre sólo ha tenido que arreglar las mangas.
De él me gusta el color, la frescura del tejido y que no se arruga demasiado, pero sobre todo me gusta que es largo hasta el suelo por lo que puedo llevarlo con sneakers a pasear: puesto que no me favorece la minifalda y el largo a media pantorrilla me resulta monjil, lo he adoptado en mis compras de verano 2020:
Aquí comienza el haul propiamente dicho, y es que os recomiendo vivamente los vestidos fluidos que tienen en esta temporada en Pull & Bear. Devolví a mi madre el que me había prestado para el confinamiento, de mangas largas, y a su vez por diecinueve euros me compró este modelo y este otro:
Son bastante escotados, pero ayer, paseando por la calle Sierpes, encontré este básico lila en un comercio local. Es de algodón, sin mangas y fresquito, y me lo llevé también en negro para el vestido naranja.
Entre la primera y la segunda imagen hay un par de semanas de cuidado en el comer y el ejercicio, y sobre todo la compra de uno de esos sujetadores color carne sin ningún glamour pero que en verano hacen que todo encaje, nos salvan la vida.
La ropa interior me la merqué yo, pero mi madre quiso regalarme como un atisbo de esperanza para tiempos mejores un traje de baño, que me hacía falta. No tiene misterio: deportivo, del Corte Inglés, marca Arena como todos los que he tenido pero este año me chifla la tonalidad, azul noche con estilosas franjas azul piscina.
He aquí la razón por la que me he atrevido, por primera vez en la historia, a pintar las uñas de mis pies: las sandalias de este verano, en cuero realmente suave, con cuña, con planta de gel muy cómoda y made in spain. La marca es Ana María y fueron compradas por veintinueve euros en una tienda de barrio, pura ganga.
Mis pies no me gustan, pero como decía Garfield si no puedes esconderlo, decóralo, así que me planté el dorado Sandstorm de Loa Make Up.
Y cuando yo pensaba que no habría más, porque todo me lo habían regalado por el camino, el día señalado mis padres me sorprendieron con este precioso bolso de bandolera de la firma Gotaskkaen, artesana cien por cien y concienciada con el medio ambiente: su diseñadora compra piel noble pero siempre reciclada y la pinta a mano, por lo que la marca es pionera en el upcycling en España y no vende dos bolsos iguales.