Ha sido graduarme de nuevo la vista, comprarme gafas nuevas..., y entrever mil posibilidades a mis maquillajes de párpados y ojos, que será lo que de veras destaque en nuestros looks de la Nueva Normalidad.
Las gafas son de Visionlab, mi óptica de confianza en Sevilla, y ademas de no pesar ni agobiar, ¡no esconden el maquillaje! Y las estrené ayer con mis nuevas paletas de XX Revolution.
Hoy quizás no me compraría ninguna de sus apetecibles paletas de rostro, pues sé por propia experiencia que son algo difíciles, al estar surcados de purpurina y poseer tonalidades extrañas...
Pero ya que poseo esta exótica joya, y que su belleza difícil pero evidente se nos impone, voy a utilizarla hasta el infinito y a ofrecer unas pautas para su uso y disfrute:
La más lógica consiste en convertirla en paleta de todo el rostro, no solo de mejillas. La pastilla dorada que veis en el centro ni siquiera para pieles morenas funcionaría como iluminador...
Así que, ¿por qué no transformarlo en sombra de ojos renacentista? Incluso el polvo de sol sirve de maravilla para marcar la cuenca del párpado, y luego bañar su interior en pan de oro como de la Anunciación de Fra Angelico, para culminar con un delineador en tonos chocolate.
En la anterior imagen, podéis ver en mis pómulos el colorete de la paleta, un melocotón surcado del mismo pan de oro algo más pálido, afortunadamente, pero igual de centelleante. A mí me gusta, pero es cierto que el nivel de fulgor resulta muy alto, por lo que me gusta combinarlo con el tono bronce mate:
Cremoso, sedoso y muy fino, el primer tercio de la paleta me gusta sin condiciones, me cautiva y me hace pensar que los coloretes individuales de la marca, a los que no les han dado bombo alguno en redes sociales, deben valer la pena:
Difuminado por encima del rubor (caballero de brillante armadura), lo matiza le aporta suavidad, calidez y un exótico aire de playa, en estos tiempos de mascarillas, pómulos bronceados y miradas intensas... ¡y enmarcadas!