Vuelve el maquillaje de H&M: no a todos los locales (ojalá), pero sí a algunos elegidos, como el de Gran Vía de Madrid en el que tuve la suerte de estar.
Lo descubrí, cómo no, gracias a un vídeo de Ratolina, y uno de los productos más alabados por ella eran los rubores, algo que nunca pude probar cuando todos los H&M ofrecían colorido, así que me hice con un par.
Para probar, digo. La polvera negra, compacta y hexagonal, el espejo interior y los casi diez euros que piden por unidad nos habla de un lujo relajado y sin estridencias.
Me fascina el envase: no pesa, no ocupa lugar y sin embargo no se ve de plástico baraturrio. Y evoca una belleza simple en dos acabados, mate y refulgente.
Cameo pink es un rosa cálido, neutro, mate pero con un aterciopelado natural. Me recuerda a los dos rubores rosados de Nars que hay ahora mismo en mi lista de deseos: Behave (más malva) e Impassioned.
Por su parte, Peach Sunset es un melocotón tostado y satinado: si tuviera partícula dorada se me parecería al Luster de Nars. Tiene un matiz de mejillas quemaditas por el sol que recuerdan un poco también al Sunbasque de Mac:
Ambos son sutiles en cuanto a pigmentación pero poderosos en cuanto a duración. Por menos de diez euros, son una opción de rubor de gama media preciosa… que me alegra haber encontrado.