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Under the sea: el set de brochas de sirena de You are the princess

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Hace algún tiempo se pusieron muy de moda los pinceles de maquillaje con el mango en forma de cola de sirena. Un atisbo más del revival entre kistch y fantástico que estamos viviendo, que yo aplaudí para empezar acto seguido la busca y captura. Pero no las encontré en ninguna tienda física, y las brochas son algo que hay que catar.


Y Adaldrida quería brochas con la cola de sirena (aunque en el medio quedaran casi obsoletas debido a las brochas de cuerno de unicornio, cómo no), porque todo lo que tiene que ver con el agua y la fantasía le disloca. Y porque de pequeña estaba obsesionada con estos seres marinos que le evocaban una gran piscina azul: ¡el oasis!
Vale, paro ya de hablar en tercera persona, que parezco Julio César.

Filtro vívido cálido de iPhone7, resto de fotos #nofilter

Hace una semana me acerqué a la perfumería Primor para echar un vistazo al trío de coloretes de la colección Keith Haring de Deborah, que aún me estoy pensando si adquirir, y encontré toda una colección basada en sirenas de You are the princess, marca muy barata y famosa por sus esponjas marmoladas libres de látex.

La edición contiene limas, espejos, una manta limpia brochas en forma de cola de sirena que me tienta por su utilidad... y una serie de bolsitos de plástico en forma de concha que en un principio son el horror pero hay uno color azul mar... y en agosto tengo una boda. No digo nada y lo digo todo. Cuestan 9,90 euros, ahí podréis adivinar la calidad. Mi madre, que es colmo de la elegancia, me mata.


Pero lo que sí me llevé a casa, alborozada y gozosa, fue este conjunto de seis pinceles con mangos en forma de cola de sirena, recios aunque no bastos por el relieve en forma de escamas en rosa metalizado, y el remate en el tono agua más bonito del mundo, que sugiere un universo de piscinas azules.

La calidad de las cerdas es sublime. Son sintéticas: ninguna sirena ha sufrido en su elaboración, anuncian, y supongo que tampoco lo hizo ningún animal no fantástico. Y suavísimas: lo más suave que he tenido nunca, Ratolina compararía su caricia con la de las plumas de ángeles. Los seis pinceles cuestan doce euros con noventa y cinco.


Hay una brocha grande de polvos que no he probado,  un par de brochas biseladas para colorete que son precisas cual bisturí de cirujano pero mucho más bonitas (cuidado con mojar excesivamente en la pastilla del rubor, aunque parece que no toma pigmento, lo hace y de modo generoso), y una brocha de corte plato que me vuelve loca:


Porque al ser tan suave pero presentar algo de resistencia resulta ideal para la base de maquillaje. La he utilizado con mi polvera solar de Be+ y deja un acabado precioso añadiendo un poco más de cobertura que si lo aplicas con esponja, y algo menos que si utilizas tus dedos limpios.


Y, por último, debo cantar una oda a los dos pinceles de ojos que incorpora el set: uno para delinear absolutamente adorable, también suave pero firme, y lo que para mí ha sido la joya del cofre: el pincel en forma de lápiz que muestro en la primera imagen.
Compite en acabado y calidad con el famoso pincel homólogo de Mac, no digo menos. Concentra el pigmento pero lo extiende con dulzura, posándose con la suavidad de las nubes. Un frufrú angelical en mi tocador... vestido con un empaque de sirena.

Súper chollo: productos de Bourjois a cinco euros en Supermercados BM

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Anoche comenzaron oficialmente las rebajas, aunque llevamos ya varias semanas con grandes carteles de saldos en las tiendas. Los españoles y españolas somos dados a los chollos, nos produce un placer incluso estético descubrirlos..., así que os vengo a comunicar uno, y muy jugoso.

#nofilter

Ya he comentado alguna vez en este espacio lo mucho que me gusta comprar en los Supermercados BM.
Se trata de una cadena navarra que cuida mucho su sección de frutería y verdura, trayendo el producto de huertas navarras (y en el caso de Logroño, también riojanas, que tenemos unas hortalizas sensacionales). También me atrae su sección de panadería integral y su pescadería.
Por la perfumería en cambio paso lo justo, pero sí me había fijado en que tenían un mueble expositor de Bourjois..., que ahora han cambiado por uno de su propia marca blanca.

Recién comprado, luz artificial, fr¡iltro Icarus de Window

Así que fue llegar a la caja, y en vez de encontrar un infierno de tentaciones dulces, hallé un buen montón de productos que están "de retirada", y por esa bendita (para nosotras) razón los venden a cinco euros.
Hace una semana estaban a cinco con noventa y nueve, que es cuando piqué yo, y entonces había delineadores en formato tintero, (compré uno para regalar), y brillos de labios y rubores, que es lo que queda ahora y aún más rebajado.

#nofilter

Para aquellos lectores que no tengan BM en su ciudad pero les apetezca un poco de makimarujeo, ofrezco además del aviso este mini haul con reseña de los dos productos que adquirí para mí, una novedad y un viejo amor.
El amor nuevo es este gloss para el verano, tono 23 Framboise magnetique. En realidad todos los labiales de la marca son estupendos: yo me aficioné al "pintalabios" en mi adolescencia gracias a Bourjois.
Estos brillos tiene efecto bálsamo, son muy hidratantes y transparentes, se aplican por medio de un pincel fino y dejan en el labio un velo de color con burbujas plateadas, diminutas y discretas.

#nofilter

El viejo conocido es este colorete en la mítica cajita redonda, actualizada con espejo y brocha: tono Rose coupe de foudre. La pastilla es algo más seca de lo que yo recordaba y desprende un cierto aroma vintage. Respecto al color, de rosa no tiene nada, es melocotón perlado con un punto hasta rojizo y me recuerdo a mis veinte años tiñéndome hasta el alma con este colorete. Lo usaba sin moderación, espero haber aprendido algo de mesura en estas dos décadas:

Viernes tarde, dándolo todo... #nofilter of course

Y ahora llega la pregunta definitiva: ¿pagaría por estos dos productos su precio de venta normal, por ejemplo, en El Corte Inglés? Por el gloss va un rotundo sí: no abundan los brillos labiales tan bien hechos en las perfumerías, a precio barato ni aún caro.
A pesar de toda mi nostalgia (o sistalgia, si bien se mira) por el colorete, no pagaría más de los seis euros que me pidieron en BM. Me gusta, es bonito y pigmenta de miedo, pero hay en cambio mucha oferta de rubores en el mercado, y Bourjois se ha subido alegremente a la gama media en cuanto a precios se refiere sin acabar de actualizar sus rubores, cuyo encanto es, precisamente, ese aire vintage.

Keith Haring Blush Trio de Deborah Milano: algo para regalar

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Keith Haring fue un pintor urbano del siglo XX, influenciado por las (entonces) novedosas técnicas del grafiti. Deborah Milano, mi firma italiana favorita sin dudar (sí, por encima de Nabla y Kiko), ha querido rendirle homenaje.


He visto en muchos blogs productos de la colección enviados por la marca: la icónica máscara de pestañas o el clásico labial vestidos con el colorista envase que da nombre a todo el conjunto, ese estampado grafitero por fuera y por dentro (en el relieve de las barras de labios...), pero me apetecía probar algo distinto, algo creado exclusivamente para la ocasión, aunque sabía que iba a ser un "not for me": desde el primer momento pensé en probarlo, reseñarlo y regalarlo.
Precioso pero no para mí..., por intensidad, por pigmentación y por acabado.


¿No habéis pensado alguna vez "es demasiado para mí?" Demasiado bonito como para romperlo, demasiado poderoso como para lucirlo, demasiada... pigmentación. Que un rubor pigmente es algo muy bueno, su función es ésa. Y el colorete de la colección Keith Haring de Deborah es un rubor de primera: posee una franja en un potente color teja, otra en un alegre pero llamativo tono coral y mi zona favorita: el rubor rosa asalmonado.
El problema llega cuando sé que hay una banda del trío que no utilizaré. Y, como veis en la primera imagen con muestras en el dorso de mi mano, la textura es mate. Y los coloretes mates y yo no somos uno.


En la foto he aplicado una mezcla de las franjas coral y rosa claro con mano ligerísima, y aún así he tenido que difuminar durante casi veinte minutos. Épico, por utilizar un adjetivo de moda y a la vez con solera.
De momento este ejemplar bellísimo y único en su especie está viajando a casa de una mujer única también, que se quedó con las ganas de catarlo, que ha celebrado hace poco su cumpleaños y que comparte mi pasión, por lo que no verá con malos ojos el recibir un regalo con un solo uso.
Supongo que con estas tres pistas... ¡ya sabes que eres tú!

La vie en Glow: paleta de iluminadores de L´Oreal (Rebajas 2018)

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Hacía mucho tiempo que no conseguía tanta luz en el rostro: luz plural, multiforme, prismática... y única, armonía multiplicada. Eso, ahora lo descubro, solo se consigue con una paleta de iluminadores, una cascada de tonalidades radiantes.

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Porque yo podía pensar (y pienso aún) que no hay nada como el Hot sand de Nars en polvo para resaltar mis mejillas, o que el iluminador de la paleta renacentista de Makeup Revolution es el más adecuado para sublimar mi nariz..., pero en el día a día nunca tienes tiempo para utilizar varios productos a la vez, y hasta ahora zonas de mi rostro como lagrimal y arco de cupido quedaban huérfanas de luz. Dramas del Primer Mundo...


Ahora tengo todo junto y a mano, en una paleta que, si me lo propongo, hace las veces también de sombras para el párpado y de rubor. Me estoy refiriendo a la paleta Warm Glow o Eclat Doré, dentro de la preciosa mini colección i>La vie en glow que forma parte de la edición especial veraniega de L´Oreal para esta temporada.
Se trata de dos iluminadores color oro pálido (uno más claro que el otro), y dos sombras más que interesantes:


i>Sundust i> y i>Blazing gold i> son los dos primeros tonos, que L’Oreal propone para resaltar zonas altas del pómulo y lagrimal, el primero; y nariz y arco de Cupido, el segundo. Son seda pura, incluso crema (están tratados con aceite de coco), y carecen de tropezones de glitter.
After love es un título especial para un iluminador muy especial, color arena rosada irisidiscente: me recuerda a la sombra Kitten de Stila, es de una belleza que corta la respiración y lo he utilizado como colorete:


El último iluminador de la paleta es de una tonalidad dorada cobriza, y es el única que no utilizaré nunca para su fin, dada mi piel de Blancanieves. Pero no hay que llorar, no hay dolor, todo lo contrario: me parece perfecta como sombra de ojos para el verano, pues ya conocéis mi amor por este tono en párpados veraniegos.
Es el único color que no usé en este look, pues cuando empecé a trabajar la piel ya había aplicado sombras mates (de la Naked Petite Heat, claro), en los ojos. Por otro lado me parece una buena combinación, un buen contraste: párpados y labios mates, piel resplandeciente.


Por lo demás, apliqué los dos iluminadores claros como la marca lo indica. Y sobre un lienzo bastante limpio, con solo unos brochazos de la polvera azul piscina de Shiseido y un punto de corrector Closeup de Nabla, que por cierto me está encandilando. No siempre la primera impresión es la que cuenta.
Y ¡a brillar! Por mucho menos de lo esperado, pues conseguí esta paletita a mitad de precio en Douglas al comprar el colorete Life is a peach. To be continued...

Peach versus Life’s a Peach 🍑: rubores color melocotón de L´Oreal

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Érase una vez una firma de maquillaje que sabía fabricar con maestría y magia los mejores coloretes de tonalidad melocotón.
No era mi marca favorita: demasiada silicona en bases y correctores, y demasiados envíos masivos que bloquean de vez en cuando las redes sociales con un mismo post múltiple.


Pero L´Oreal, que así se llamaba la protagonista del cuento, tenía un super poder: diseñaba los coloretes melocotones más bonitos del mercado.
Primero fue el 157 Apricot rose (aún recuerdo el número de lo mucho que me chiflaba este rubor), de los deliciosos y desaparecidos Blush Delicieux que publicitaba Laetitia Casta.
Luego, simplemente "Peach", un rubor mate de la gama Le Blush. En cuanto lo descubrí, verano del 2016, supe que era MI colorete melocotón, y lo compré para que en la presentación de mi último poemario, La noche que no existe, me regalara ese maravilloso efecto de mejillas soleadas.


A veces creo que me gusta aún más que mis amados coloretes de Nars, firma que diseña los mejores coloretes del mercado en mi opinión pero no ha sabido dar con este color perfecto.
Es el primer colorete que terminé: no es que se cayera al suelo y rompiera en mil pedacitos, no: es que tocó pan y el pequeño agujero de la pastilla fue creciendo e invadiéndolo todo.
El ejemplar que veis tiene la tapa rayada pero es muy especial para mí: lo compré en el Duty Free del aeropuerto de Roma cuando regresaba del viaje de mi vida.
Con estos dos datos creo haber demostrado mi pasión: creí que era el melocotón definitivo pero...

Hace algo más de un mes, Rebeca del blog "¿Qué vida morrete?"  me tentó por redes sociales con esta novedad veraniega de L´Oreal, el colorete Life´s a Peach tratado con aceite de melocotón. Concretamente me envió por Stories la imagen comentando: pensé en ti al verlo. Yo lo que pensé era que sería igual al antiguo, con otro formato y un ingrediente exótico, y me vino a la mente la cita bíblica, "no acumuléis donde el polvo y la polilla...".


Donde está tu tesoro, allí está tu corazón. Un mes más tarde debo confesar que mi corazón tiene el color de los melocotones. Así que hace unos días, aprovechando las rebajas de Douglas en las que la segunda unidad te sale a mitad de precio, pequé al fin con esta maravilla.
Gracias a Dios, no se parecen en nada, solo en la armonía del color. Es como si fueran dos melodías superpuestas que dicen lo mismo pero con instrumentos muy diferentes.


Peach es mate, aunque luminoso en la piel. Life´s a Peach es satinado con un tenue brillo, y al igual aporta mucha luz. Peach es más oscuro y algo más rosado aunque en perfecto equilibrio, recreando el tono de un melocotón clásico. Life´s a Peach es mucho más claro y algo más amarillo aunque sin artificios, también se enmarca en la gama clásica de esta sublime tonalidad.

Life´s a peach
Life´s a Peach queda más suave, se puede aplicar con mano más generosa. Y huele a melocotón, algo que muchas mujeres puede incomodar; a mí me entusiasma.
Este colorete veraniego regala un tornasol muy bonito a la piel, pero debo confesar que Peach nunca parece mate en mis mejillas, sino más bien infundido por un toque  mágico, discreto pero radiante.

Peach

Ambos productos cuestan entre trece y dieciocho euros, dependiendo del lugar donde los compres. Peach me costó doce a mí, en el Duty free de Roma y, gracias a las rebajas, por la suma del rubor Life´s a peach y la paleta de iluminadores La Vie en glow me pidieron no más de veinte euros.
Y sí, me alegro infinito de tener ambos: uno en mi neceser y el otro en mi tocador.

¡Sorteo! Eau de toilette Escapade tropicale de Rochas (Review & Storytime)

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En el año 2017, la mítica colonia Eau de Rochas que a mí me fascinó siempre por su frasco y su porte chic, aunque no por su pirámide olfativa, se reinventó en dos versiones actuales, frescas, modernas... y muy interesantes.


Escapade estivale es cítrica pero con el dulzor de la naranja, y fresca gracias a las notas acuáticas y a la menta.  Después de un mes y medio probando perfumes para no fallar en la elección de mi fragancia de verano, descubrí esta colonia y me enamoré a primera ráfaga: me pareció una delicia, como estar sumergida en la piscina, pero una piscina de un jardín exótico, con limoneros y naranjos alrededor...
Con el tiempo he llegado a pensar que la elección de perfume es algo muy instintivo, y el que no te hace perder pie al primer contacto, lo mires por donde lo mires nunca será tuyo de verdad.
Es un deslumbramiento difícil, que no ocurre todos los días: a mí me sucedió con Acqua Allegoria Mandarin basilic de Guerlain, con Summer by Kenzo..., y con Escapade estival de Rochas llegué a rozar esa sublime sensación.


Y aquí llega la parte de storytime, un concepto muy de moda últimamente en redes , aunque más bien es un golpear en mi propio pecho entonando el meaculpa:
Ayer acudí a la perfumería Douglas a por mi botín olfativo de verano, pedí la versión que a mí meapetecía..., y la dependienta me entregó esta. Yo cogí la bolsa muy ilusionada, tomé un autobús que estaba casi a punto  de perder, y cuando llegué a mi destino, una milésima de segundo después de rasgar el plástico encontré... la última versión, Escapade tropicale.


Podéis imaginar el drama.
Sí, es un problema del primer mundo, no quiero exagerar. Pero es que este perfume se basa en los frutos rojos, tiene grosellas en la salida y frambuesa en el fondo, más melón y mango en las notas de corazón. Parece una frutería, como me dijo una compadecida seguidora de Instagram, donde vacié mi pena en busca de consuelo.
Ni a mí ni a nadie de mi familia nos gustan las fragancias frutales, y menos de frutas rojas. Para ser justa, diré que también posee una potente salida cítrica de lima y pomelo, y una de mis notas favoritas, el lirio de los valles, como notas de corazón...  Pero yo no lo percibo. Lo único que he podido sentir en todo este día ha sido un ligero frescor ácido y un apabullante dulzor jugoso y... rojo.

Por todo ello, he decidido sortear el frasco con su caja y sólo un par de usos entre mis fieles lectores. Cerraré el sorteo el 30 de este mes y el 31 publicaré el nombre ganador.
Las únicas condiciones sean seguirme en este blog, si me sigues en Instagram tienes doble participación, y escribir un comentario en este post diciendo porque podría gustarte este perfume.
El día 30 publicaré una lista de participantes a las que identificaré con un número, y el 31 publicaré el ganador que será el agraciado con la última cifra del número premiado en la ONCE.
Os deseo mucha suerte, ¡y que los frutos rojos os hagan felices!

Rebajas en Pull & Bear: gargantillas doradas por 1,99 euros

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Este año no he participado de los Precios locos de Sephora y en general procuré no prodigarme por las rebajas más allá de una oferta puntual en Douglas: he comenzado la pagar a hipoteca y papeleos (o pequeños sablazos) del piso, y poca broma con esos asuntos...


Por eso estoy a "poti dieta blanda", término que he acuñado para no mentirme porque sí, algo pico, pero con cabeza, racionando y ajustando gastos. Y si puedo reincidir con la crema de cara de la línea Acai Berry de Ziaja (que cuesta menos de cinco euros y me sienta fenomenal) antes de probar una crema superferolítica..., lo hago.
Pero por culpa de unas obras he estado viviendo repartida entre las casas de mis tías, y un día en el que iba a asistir a un evento algo formal me encontré con que no había recogido ningún collar ni colgante, y hay vestidos que lo piden.


Me acerqué al centro comercial Berceo, pensando en buscar algo en Misako..., pero antes tropecé con Pull & Bear, cadena que, cuando tenía local en el centro de Logroño,  solía frecuentar bastante y me gustaba.
No pude caer en mejores manos: los complementos están rebajadísimos y vi este tipo de gargantillas tan de moda ¡a menos de dos euros! Yo no poseía ninguna, y aunque me hubiera gustado más hallar motivos del tipo unicornio dorado o luna invertida o símbolo del infinito,  es cierto que están ya muy vistos y lo que encontré es más fresco, más original.


Por un lado un arcoiris, muy discreto por su tamaño diminuto, y por otro un mensaje que me chifla: "more glitter less hate". ¡Más purpurina, menos odio! Es muy tú, dijo mi amiga Elena.
Las he probado durante toda una semana y no destiñen, no se han puesto negras y no me han dado alergia, incluso utilizando colonia en la garganta. Ya sé que para ennegrecer es pronto aún, pero "torres más altas han caído". Me parecen complementos finos y de lo más resultones.


Animada por la experiencia y por la novedad (yo no soy de comprar colgantes, llevo siempre los mismos que me regalan o que adquirí en algún momento significativo), entré en mi amado Misako, hallando un collar multifunción (también puede ser pulsera de abalorios), de cuentas verdes con borla fucsia por seis euros..., y también se vino a casa (a mi casa itinerante de verano).
No me suele gustar el color verde pero mi dulce madre acababa de regalarme este vestido:


Con él puedo combinar ambos estilos. De las gargantillas, me encanta la largura que poseen, a la caja pero sin acogotar. Uno de mis prejuicios en contra de estas gargantillas modernas, además de lo charro del material si las compras en tiendas tipo H&M, es lo poco que estiliza un colgante pegado a la nuez, pero me ha sorprendido el efecto.
Ya tengo el joyero bisuteril del verano... ¡por menos de diez euros!

Bésame mucho: Novedades de Mercadona (Electro Soul & Colorfix)

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Qué peligro tiene Mercadona: vas a la compra semanal, desprevenida de todo, y entre bolsas de brócoli para hacer al vapor y botellas del mejor yogur líquido del mercado surge la sorpresa, como una liebre en el erial, que dijo Carmen Martín Gaite.


Y qué mérito también, si es cierto lo que se corre por los mentideros y foros de Internet: Mercadona no hace envíos masivos para publicitarse, no le hace falta. Toda youtuber o blogger que se precie incluye entre su contenido alguna reseña de novedades o compras, porque sabe que se leerá: ¡a todas nos gustan este tipo de publicaciones!
Así que, diez días después de probar dos novedades labiales de esta marca blanca, también yo os ofrezco aquí mi opinión.

Brillo labial Soul número 2: 4,50 euros

Recuerdo que con Deliplús mantengo una relación intermitente: ni entusiasmos ni odios irracionales, y de vez en cuando una grata sorpresa, como la colección de verano, Electro Soul, que ofrece esmaltes de uñas, lápices y delineadores en formato tintero, y hasta máscaras de pestañas de colores muy atractivos, pero a mí estos tubos de rímel me hacen arder los ojos...
"Tengo fuego en las pestañas" bonita melodía popular patria, (o versión surrealismo hipotético: "Dios mío, mis hojos, berreaba él, y seguía aplicando sal gorda").


Dejemos este paréntesis gamberro y vayamos al gloss malva de la colección, que es efectivamente electrizante y magnético. Lo único que no me gusta es el aplicador, de esponja (me da grima, no puedo evitarlo), y ridículamente pequeño. Te eternizas aplicando aunque, eso sí, delineas bien y no te sales por los bordes.
El brillo en sí es cubriente y de fórmula cómoda, no pegajosa, tipo colchoncito que se amolda al labio. Y, sin ser fijo, lo tiñe a la par que lo hidrata, y dura bastante en él.

Luz artificial, #nofilter

El número 2,  Violeta, posee un tono fucsia con tornasol morado absolutamente enloquecedor. Está surcado por una purpurina plateada finísima, que ni se siente, pero el destello malva surge del interior.
Hay en la edición veraniega otro gloss de color naranja melocotón, pero no un melocotón bonito sino plano, sin matiz ninguno, y yo de nada sé ni en nada soy experta, ¡pero de Calderón de la Barca y del tono melocotón algún conocimiento tengo, siquiera por los años que llevo consagrados a su devoción!

Colorfix número 7: 3,50 euros

Por otro lado, la magnífica línea de labiales fijos Colorfix ha ampliado su gama de tonalidades con un número siete y un número ocho.
Es una gran noticia porque adoro la fórmula de estas barritas cremosas pero mates y muy duraderas, pero no tanto su carta de color hasta ahora: sólo me seducía el número dos, un rosa a caballo entre tono labio y "mauve" absolutamente encantador.
Las dos novedades que han venido a alegrar el expositor son muy veraniegas: el ocho es un naranja saturado que está de rabiosa actualidad y que a pieles morenas va a favorecer mucho,


Y el número siete, un rojo sólido, opaco y poderoso, de subtono coral, completa maravilla. Deja el labio aterciopelado y elegante pero alegre. Se ha colado en mi neceser junto a su compañero... y promete continuar allí hasta que las primeras nieves cubran las montañas bien entrado el otoño.

Alerta combo de iluminadores: Natural glow de Sephora + Hello Halo de Wet’n Wild

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Alerta spoiler: post gamberro. Hoy lo necesitaba
Las youtubers de verdad tienen curvas.
Uy, no, que me he equivocado. Eso son "las mujeres".
Las youtubers de verdad, las bloggers de pro, las influencers..., además de agotarnos el diccionario español-inglés,  nunca jamás de los jamases aplican iluminador en polvo sobre la piel desnuda.

Pido disculpas por el manchurrón de la tapa

¡Anatema! Porque la fiebre del "jaitaiter" hay que vivirla en dos pasos: primero despertar la piel con un iluminador líquido y luego sellarlo con un polvo luminoso potente. Si me leyera mi madre, que aunque juvenil en grado máximo pertenece a la generación que llamaba "pintalabios" al labial sin rasgarse las vestiduras (eso porque no la escuchaba hater alguna, claro),  le daba un mal de tantos pasos que posee el Full Makeup a lo instagramer de los EEUU hoy en día.
Pero es que, señoras, hay que conseguir un halo. Tienen que sentir nuestro Halo.



Y de repente estaba yo un día en Primor avistando las novedades de Wet´n Wild, vi (y caí rendida ante) sus iluminadores líquidos Hello Halo. Iba pintando el dorso de mi mano con distintas luces embotelladas diciendo entre mí: "Rocío, que por barato que sea tú no vas a saber aplicar esto", cuando le llegó el turno al tono Gilded gold y pensé...
¡¡¡Pero si es igual, igual, iguaaaaaal pero en cremoso al iluminador en polvo que la Rebe me hizo comprar!


Porque ahí lo dejo. De otras compras compulsivas o pensadas con alevosía tendré la culpa yo, pero el iluminador Natural glow de Sephora fue Rebeca quien casi me obligó a comprarlo. Bendita obligación.
Aporta al rostro una luz mojada, rosada pero cálida, como de nácar color melocotón. Me recuerda un poco al Opal de Becca, del que tuve una miniatura y disfruté intensamente en Roma. Es metálico y evidente pero nada purpurinoso.
El Gilded glow de los nuevos Hello Halo de Wet’n Wild es lo mismo, lo idéntico, pero en líquido casi crema. Se extiende en la piel con un aplicador de esponjilla agradable y nada aparatoso, y se difumina bien.


Y aquí, el combo puesto por toda la cara. All over. Ambas tonalidades se funden y no encuentran sus respectivos límites, son una sola carne. Y regalan un resplandor de arena metálica, de oro rosado a la piel.
Eso sí, el hecho de que el mismo lápiz delineador color plata haya querido subrayar la línea de agua del ojo derecho y en el izquierdo se haya declarado en huelga, asusta.  Y mucho..., pero afortunadamente sería ya otra historia.

La semana de Elizabeth Arden: hoy, labial Red Door Red con Reese Witherspoon

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Elizabeth Arden es una de mis firmas fetiche, pese a no practicarla mucho, por varias razones.
Despertó en mí ls lujuria cosmética allá por mis diecinueve años, con sus empaques en negro lacado y oro y sus visuales con la espléndida modelo Amber Valetta.


Y el perfume de mi madre, antes de sucumbir ante la floral Laura Biagotti y tras un leve escarceo con la manzana dulce de Donna Karan, fue Sunflowers de Elizabeth Arden, una fragancia cálida y solar que llevo tatuada en la piel de la memoria.
Por todo esto, y porque los labiales rojos de esta marca son afrutados y bellísimos, me apetecía mucho probar la última edición de la icónica barra Red door...


Que en este pasado mes de marzo se vistió en femenino, donando sus beneficios a la ONU para empoderar a las mujeres en la campaña March on, con la actriz Reese Witherspoon como embajadora.
No me considero activista del feminismo, pero en España están ocurriendo cosas terribles, violadores en grupo salen impunes y cuasi victoriosos, por lo que todo lo que ayude a darnos seguridad y confianza, bienvenido sea. Tenemos una gran fuerza, somos vida y damos vida y merecemos respeto.


Y el rojo es un color que en los labios es sinónimo de empoderamiento: como unos buenos tacones pero mucho menos incómodo de llevar, te hace sentir poderosa al instante, mirada alta y sonrisa al viento. Y lo mejor, poderosa no sobre nadie ni contra nadie, vencedora de ti misma, con capacidad de darte a los demás y disfrutar pisando fuerte y generosamente.
Fue descubrir un viernes que aún estaba en los muebles de la marca en El Corte Inglés de Madrid, adquirirlo y no parar de usarlo..., incluso durante mi fin de semana campestre.


Porque resulta cremoso e hidratante pero muy duradero (en las fotos aparece en acción unas dos horas después de ser aplicado, y tras una excursión campesina). Tiñe el labio, no saca pieles y en un principio queda semi brillante para después matificarse un poco.


Y porque su tonalidad no apabulla, es afrutada y golosa, un  rojo fresón suficientemente poderoso pero tranquilo y alegre, ¡como un fin de semana estival!

La semana de Elizabeth Arden: hoy, bálsamo 8 hours Berry

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Ya que he confesado mi debilidad por la marca Elizabeth Arden y su mítica puerta roja, os contaré, en detrimento de esta pasión, un pequeño secreto: nunca he compartido el entusiasmo bastante generalizado por su famosa crema Ocho horas.


La razón es bien sencilla: su principal ingrediente activo no es otro que el petrolatum. ¿Estamos locos? ¿Desde cuando un derivado del petróleo posee otro poder mágico que el de abaratar costes en la producción?
Ya sé que hay expertos que opinan lo contrario, y se ofertan incluso tratamientos en cabina con parafinas a precio de oro, pero la "jalea de petróleo" (como vi una vez anunciado en un poético letrero) lo único que hace es crear una película que aísla, y por eso aporta una sensación ilusoria de piel hidratada.


Y a pesar de todo lo dicho, llevo mucho tiempo, ¡décadas!, suspirando por el bálsamo labial 8 horas en un tono concreto, Berry, porque recrea el color rojo labio natural que me encandila.
Es justo esa tonalidad acuarelada y jugosa que recrea los labios de una niña comiendo chuches o una boca mordida por primera vez..., ese color inocente y sensual es, melocotones aparte, mi color de labios y recuerdo perfectamente el momento en el que lo descubrí, que no pudo ser más literario:
El primer recital del poeta Enrique García-Máiquez, el entusiasmo que me causaron sus poemas..., y luego ver a su mujer sonriendo con ese color tan fresco y cautivador en los labios, pero no me atreví a pedirle el nombre de su rouge.


...Y de repente, encontrarlo donde no debía.
Años y años acercándome al mueble expositor de Elizabeth Arden en el Corte Inglés y pensando: "cómo me tienta ese efecto piruleta de corazón marca fiesta, al estilo del Benebalm de Benefit o del Medieval de Lipstick Queen pero con un plus de tratamiento..." Entonces despierto del sueño, recordando que el tal tratamiento es el ungüento amarillo/ engrudo petrolatoso de las míticas ocho horas..., y huyo despavorida.

Pero en algún momento tenía que atreverme, y el pasado viernes en Madrid, al adquirir el rojo Red Door red, renació este deseo de probar el 8 horas Berry.

Recién aplicado

Aplicado hace una hora

Nuevo amor, amor antiguo. Y como estoy en el peligroso momento de "porque yo lo valgo", final de curso y tantos objetivos cumplidos... cayó en la cesta.
Y sí, su primer ingrediente es la parafina, pero le acompañan la manteca de karité, la cera de abejas y el aceite de ricino, por lo que cuida los labios mucho más de lo que mi escepticismo pudo suponer.
Es el perfecto rojo-no-rojo de verano, para acudir a la piscina con un toque de alegría sobre la piel desnuda.

La semana de Elizabeth Arden: hoy, Green Tea Mimosa o Mimosas para el verano

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En verano resulta difícil elegir perfume sin caer en lo obvio: explosión de cítricos.
Nos gustan las colonias frescas, sí, pero ciertas notas de esa familia amargan en mi piel (como Eau d´Hadrien de Annick Goutal), o son extremadamente evanescentes (como Hierbas de Ibiza). Y aunque mi acorde olfativo favorito es la mimosa, en tiempos de calor me empacha y no puedo utilizarla...


Pero, como he repetido hasta el infinito lo mucho que me gusta la mimosa y lo triste que estoy  porque descatalogaron Summer by Kenzo allá por el pleistoceno, mis lectoras más fieles me han mostrado en varias  ocasiones esta opción por privado de Instagram, y he descubierto gracias a ellas una mimosa fresca para el verano.
Esta Eau de toilette no se comercializa aún en España pero Elizabeth Arden la está promocionando en sus redes sociales, así que llegará en cualquier momento. Mientras tanto, recomiendo la web Perfume´s club donde cuesta catorce euros más gastos de envío (en total, dieciocho euros el frasco de cien mililitros con vaporizador).


Se trata de una nueva versión de su línea de colonias con base de té verde, que fue lanzada en 2016 y que cuenta con una composición sencilla: té verde y cítricos en la salida, mimosa reinando en el corazón y, como nota de fondo, almizcle ambretta, que le aporta una persistencia bastante digna en mi piel.
La mezcla de almizcle y mimosa resta peso verde al conjunto: sí, reconozco que las fragancias muy herbales no son lo mío: me parecen algo demasiado unisex y demasiado "olor a pradera"...


Y ésta es una colonia de té, no se puede negar. Una vez me dijeron que los acordes de salida se evaporan pronto, pero no sucede así con el té verde: se puede percibir durante todo el recorrido, pero como llevado en volandas, aligerado y dulcificado por una mimosa campestre, salvaje, mucho menos sofisticada pero igual de radiante y limpiamente sensual.
No es el perfume de mi vida..., pero sí mi elección en este verano, y quien me lea de continuo sabrá que no ha sido un viaje fácil.

Nuevo neceser de Benefit Parisian Pin up: review

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Benefit acaba de lanzar una nueva colección de apetecibles neceseres con sus productos más icónicos o novedosos en talla de viaje.
De los cuatro sets que se ofertan me tentaba el Snow doll, blanco escarchado con una miniatura del famoso Benetint que me hace guiños desde tiempos inmemoriales, y otra de su nueva máscara de pestañas, Bad gal Bang, que desde hace unas semanas deseo probar.



Pero ese modelo justo no se encuentra en el Sephora de Logroño, así que opté por esta versión que también incluye la máscara, una mini cera fijadora de cejas, un mini iluminador y algo que deseaba probar pero no me atrevía con el formato (ni el precio) real: el colorete Gold Rush, un tono ámbar parecido a mi adorado rubor Luster de Nars que me generaba esperanzas y desconfianzas por igual.
Benefit es una firma que posee grandes aciertos, sobre todo en cuestión de cejas y pestañas, y algunos  productos sobrevalorados, como sus deliciosas cajitas de rubor.

Envases endebles de cartón, brochitas que rascan y una pastilla de color que en mi piel suele ser evanescente: ésa es mi amarga experiencia con los coloretes de Benefit, pero Gold Rush me había cautivado por su tonalidad.
Donde otros opinan que pagar treinta y cinco euros por un conjunto de miniaturas es excesivo, yo veo una oportunidad para no terminar desembolsando ese mismo importe por un producto que no vale la pena, y para, en el camino, descubrir auténticas joyas que además duran muchísimo tiempo junto a nosotros.

Como la cera fijadora Ka brow, que realmente doma las cejas y las tiñe por todo el día con un color mate realista y precioso (en mi kit venía el tono tres y se adapta de maravilla), o el mítico iluminador High beam, un clásico de la marca a lo mejor algo obsoleto en cuanto al precio ahora que existen iluminadores líquidos baratos y sublimes como el Liquid champagne de Makeup Revolution o los Hello Halo de Wet´n Wild, pero que cuando lo utilizas por vez primera sabes que estás aplicando un Ferrari del maquillaje en tu piel.

Sin embargo, sigo pensando que los dos protagonistas del neceser son el colorete y el rímel.
La máscara, porque en unos pocos días se ha convertido en mi favorita del mercado junto a la Roller Lash de la misma firma, y creo sinceramente que nadie como Benefit cuida las pestañas ni las viste de fiesta o de diario con tanta maestría: separa, tiñe de negro, alarga hasta el infinito y todo con una fórmula precisa que no mancha, no se seca, no cae ni hace grumos. Maravilla, y en formato casa de muñecas a mí me va incluso mejor, me manejo con más facilidad.



El colorete..., porque es un gozo para la vista y hasta para el olfato. Desprende un aroma como de miel: abstenerse saladas de la vida.
La pastilla tiene relieve y capas de color: miel, ámbar, rosa piel y melocotón. Una sinfonía propia del Renacimiento.
Pero todas esas promesas se frustran en mi piel. No sé si es Benefit o soy yo, pero mis mejillas no quieren teñirse con sus coloretes.

En la imagen veis mis cejas salvajes, bien maquilladas a pesar de lo desastrosas que están.Veis mis pestañas negras y largas, aunque no supe retratarlas en movimiento. Veis lo bonita que queda la piel, salpicada con sutiles toques de iluminador...
Y miráis mis pómulos..., y no veis nada, o casi nada, después de haber aplicado tres capas de Gold rush con mano más que generosa.
Por cierto, el neceser es un sueño y la verdadera causa de la compra. Es una frivolidad, lo sé, pero tenía que decirlo.

Reciclando maquillaje en Maestu: un post de makimarujeo

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Estoy ya inmersa en las felices vacaciones, en la mágica montaña alavesa, y en esta ocasión en muy buena compañía:


¡Sí! Mi mejor amiga, Merl, está compartiendo conmigo unos días de cuento de hadas.
Y uno de nuestros rituales es hacernos los "regalos de cumpleaños", pues aunque estemos contínuamente enlazadas gracias a WhatsApp y al teléfono (son épicos nuestros "cafés telefónicos", a mil kilómetros de distancia pero unidas por una conversación interminable, la mágica tarifa plana y una taza de café), a veces físicamente sólo tenemos una cita anual.


Así que ella me ha regalado un vistoso collar de la firma Koko, que podéis ver en esta fotografía, apto para alegrar mis vestidos lisos de un solo color..., y yo le sorprendí con un Funko, una figura de vinilo que representa a Aragorn, de El señor de los Anillos, una devoción compartida. Como también adquirí uno para mí os hablaré de él (y del resto de mis funkos), en otra reseña.


Hoy describiré una serie de productos de maquillaje reciclados con los que sorprendí a mi amiga, que tímidamente me había dicho: necesito un colorete melocotón. Me encanta surtir de color a las personas que quiero, ésas que me miran como pensando "¿ya has comprado otra barra de labios?", para luego decir: ¿no tendrás un labial rojo que te sobre?
Y eso que en Maestu practicamos la filosofía #yosinmás, y nos vemos súper guapas:



Vamos al lío, como dice una blogger de referencia: preparé un neceser de la edición veraniega de Essence en el año pasado, ésos con un plátano y el mensaje "livin la vida banana" impreso en el frontal. Y lo primero que tiré dentro es el ejemplar de colorete Peach de L´Oreal que tenía de repuesto, por lo que es producto nuevo y no probado.


Después de los rubores de Nars, sabéis que éste es mi colorete favorito por la luz que aporta al rostro incluso siendo mate. Y sienta igual de bien a una piel nívea y a una tez olivácea, ése es su secreto y el milagro de esta magnífica pastilla de color. También incluí un melocotón más brillante, el Coup de foudre de Bourjois, para que pudiera jugar con varios acabados.


Con pena me he deshecho de la paleta de sombras Lingerie de Nyx. Ésta sí que está bastante tocadita, porque la he usado mucho... pero con una particularidad:  sólo utilizo  dos sombras, las que corresponden al labial Embellishment y al Exotic de la misma firma. Mi amiga se perece por los tonos mates y es muchísimo más austera que yo, por lo que pensé que este conjunto de tonos neutros y otoñales podría darle la vida.


Y llegamos a los labiales: ella es fan de los rojos profundos por lo que pensé en renunciar al precioso Unicorn´s blood de Jeffree Star. Es mate y un poco seco para mí, pero justo es la textura y tonalidad perfectas para ella. Un rojo sangre, sin pizca de brillo, embrujador y muy elegante.


Por último, otro labial mate, esta vez líquido y de Kat Von D. No pienso realizar ni una sola compra más a esta diseñadora, cuyo rollo es más bien oscuro, que juega con el satanismo y la religión, algo sagrado para mí, y encima se permite dudar de la eficacia de las vacunas, sabiendo que le sigue una multitud y que con la salud no se juega.

La cara de ilusión de mi amiga abriendo paquetes, como en una noche de Reyes veraniega, no tiene precio..., ni se me olvidará con facilidad.

Coleur Caramel en Logroño: pongo a prueba su maquillaje en barra

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Coleur Caramel es una firma de maquillaje francesa y ecológica, que mereció un puesto en alguna de las pasadas ediciones de la prestigiosa feria Biocultura. Hasta aquí, todo normal.
Lo que no resulta ya tan habitual es encontrar un comercio que venda semejante joya cosmopolita en la capital de La Rioja...


¿O sí? De la peluquería Mishea, pionera en traer a Logroño hace ya unos años la marca oasis Secretos del agua, todo puede esperarse. Y hace unos días, al ponerme por última vez en las expertas manos de Myriam, pude trastear físicamente con los productos de Coleur Caramel, maquillaje cien por cien natural sin petroquímica.
A pesar de encontrar incluso los labiales líquidos mate tan de moda, lo que despertaban auténtica curiosidad en mí eran sus bases de maquillaje, pues la cruda experiencia me ha demostrado hasta ahora que sin un mínimo de silicona, no se logra una textura satisfactoria ni un acabado bonito.


Había diversas opciones, un fluido luminoso antiedad y varias prebases con distintos superpoderes, pero cuando descubrí un maquillaje en barra casi lloro de la felicidad. Desde siempre me ha parecido un formato muy cómodo tanto tanto para llevar como para aplicar, pero las casas comerciales (Mac,
Max Factor), ofrecen versiones que se hacen demasiado grasas o siliconada. Esta barrita cuesta unos treinta y seis euros, pero pensé que había que probar..., y me lancé en un día soleado a forzar los límites de este producto natural.

Los ingredientes son como para enmarcar: escualano y aceite de oliva en primer lugar, seguidos de una serie de principios activos de lo más natural ( me escama la “silica”.) El tono elegido fue el más clarito, el once, porque en mi veraneo rural mi piel sigue nívea.
Se aplica con infinita facilidad pues es muy cremoso..., y ahí estaban mis miedos. Aceite mineral no posee, pero vegetales unos cuantos y quería saber si una piel sensible y más bien seca pero intolerante a la grasa podía soportarlo...


Al principio, recién aplicada, pensé que iba a brillar cual luciérnaga y que pese a mi falta de costumbre tendría que sellar con polvos (de hecho un cutis más graso que el mío sí que debería hacerlo), y es que tarda en secarse y asentar sobre la piel como podéis ver en esta imagen: parece migrar por la barbilla y “meterse” por las arruguitas del contorno de ojos...


Sin embargo cuando asienta, la piel se ve preciosa y aguanta mucho más de lo que pudieras imaginar. Eso sí, hay que fundir en el rostro a toques, sin extender como si de una crema se tratase, porque la cobertura es buena pero no alta, recordad que estamos jugando sin siliconas.
Pero la prueba de fuego, lo que hace de esta barra un producto estrella, sucedió por la noche: al desmaquillarme, y tras un día de excursión por tres ciudades distintas, calor, sudor y retoques, mi piel resplandecía, limpia y sin atisbo de saturación. Y es que la calidad de una base de maquillaje se comprueba, paradójicamente, al retirarla. 

Outfit de boda: vestido color maquillaje, ¿sí o no?

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Se ha visto hasta el infinito  en sucesivas ediciones de Globos de oro y Oscar: desde hace varias temporadas triunfan en la alfombra roja los modelos etéreos de color rosa maquillaje.
Alabado por su elegancia, denostado por lo poco que suele favorecer, el antaño rosa palo, reconvertido en "rosa empolvado" o "tono maquillaje" arrasa en bodas, bautizos y comuniones, pero...

En la catedral de Ávila

Yo nunca creí poder llevarlo por culpa de mi piel holandesa y mis kilos de más. Sin embargo, hace unos días tuve la ocasión de comprobar toda la luz que aporta a una tez rosada, propia de Blancanieves.
Para la boda de mi prima, celebrada el pasado viernes en Ávila, mi madre me había regalado un precioso vestido de lino y gasa comprado en El barco, tienda sevillana situada en la calle San Eloy. Pero el modelito venía con dos taras: era de color claro (algo con lo que nunca me atreví), y de talla única, por lo que mi animosa abuela juraba que yo no iba a caber dentro.

Con mi primo el del iPhone

Gracias a diez días de ejercicio diario y vida sana, el traje en cuestión me entraba como un guante, y gracias a un body comprado en mi mercería de confianza (Mari Sol, en la calle Portales de Logroño, una tienda prodigiosa con una atención como la que te brindaban antiguamente), logré que no se me marcaran las lorcitas.
Lo combiné con este fular de Bimba y Lola que había adquirido en Logroño y "habemus outfit", me dije: aunque su color no sea el que más me favorezca está de rabiosa actualidad...

Con mi padre: mirada de adoración

Lo mejor de esta gama de tonalidades es que te permite jugar con el maquillaje y los complementos para afianzar esa sensación etérea: en lo que se refiere al colorido, lo conseguí gracias al iluminador High beam de Benefit en parte alta del pómulo y punta de la nariz, y con el labial líquido metálico 115 de los Lip Stain Cream Metallic de Sephora, color oro rosado. Dos compras más o menos recientes con las que estoy encantada.



Respecto a los complementos, además del colgante en forma de caracola y el clutch con asa en forma de anillos de malota (calavera incluida) inspiración Alexander McQueen, que ya poseía,  me hice con unos pendientes y una sortija brillantes, acuáticos, cristalinos.
Los pendientes me costaron solo dieciséis euros en una tienda 100% artesanal de Logroño, Kareca, a la que dedicaré post en exclusiva más adelante: productos  de cuero y acero, hechos a mano con inspiración entre étnica y Uno de 50, a precios más que razonables.


En la misma tienda había un precioso anillo con piedra del mismo color de los pendientes, pero no tenían mi talla, ya que debido a la producción totalmente artesanal las piezas son únicas... Pero un par de días antes de la boda estuve con mi amiga Merl en fiestas de Vitoria, y en sus puestos de artesanía encontré esta sortija de rodio y cristal azul noche por ocho euros y medio.

En plena celebración, al subir estas fotografías a mi perfil de Instagram, me di cuenta de que el temido color rosa maquillaje regala muchísima luz a mi piel..., y que si sigo por el buen camino cada vez lo podré utilizar con menos precauciones.

“Kiss from Italy” de Essence: ¡champú y colorete en láminas!

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Kisses from Italy es la apuesta para este verano de Essence, esa firma alemana que año tras año se supera.
Y es que resulta muy meritorio lanzar al mercado brochas de excelente relación calidad-precio, iluminadores  coquetos o neceseres caprichosos..., pero en esta colección, la marca low cost por excelencia nos ofrece un viaje a lo desconocido.


Todas conocíamos hasta ahora el “champú seco” en formato aerosol. Sabíamos sus (pocas) ventajas e infinitos inconvenientes, la casi imposibilidad de no acabar pareciendo un festival de polvos de talco al enchufar el artilugio sobre nuestras raíces...
Pues con Essence el problema de espaciar el lavado por un día (más allá no me hago responsable), con cierta comodidad, desaparece.


En un envase de cartón paradisíaco, de una preciosa tonalidad agua y un estampado que, de acuerdo con el título de la colección, semeja una preciosa postal italiana, se nos ofrecen treinta papelitos de textura gruesa, basta, y color ligeramente garbanzo.
Se supone que debes tomar una de estas láminas y frotarla contra tus raíces, más o menos grasas, para luego peinar tu cabellera. Sin polvo, sin residuo. Actuaría como los famosos papelitos anti brillos para el rostro, pero en otro lugar de tu anatomía.


Debo reconocer que nunca lo hubiera adquirido si no costara menos de cuatro euros y si no me atormentasen la curiosidad de potinguera, la nostalgia de Roma y la pasión desmedida por el color agua marina.
Aun así, si solo esta novedad me hubiera tentado dentro de la edición limitada, seguranente no lo habría comprado. Vino como acompañamiento de otros dos productos que me apetecían mucho: una máscara de pestañas y la segunda innovación veraniega: colorete en láminas de papel.


Esto es una oda a la purpurina, a la luz nacarada en los pómulos y al rosa amelocotonado: tenía que ser mío. A la vez, son treinta láminas (es decir, treinta aplicaciones, aunque se pueden partir por la mitad), que se deben frotar contra la mejilla. No muy fuerte, es mi recomendación.
El color lo impregna todo: yemas de dedos, pantalla de iPhone 7, neceser de maquillaje... No es tímido el papel, precisamente, aunque de superficies lisas desaparece con facilidad al sacudir.


Lo reconozco: adoro esta fotografía pese a sus imperfecciones.
Estaba probando una muestra de BB Cream que me quedaba como tres tonos por encima y me encontré sumida en un vendaval propio de Haro..., pero en la imagen podéis ver muy claramente el efecto de estos dos productos:
Mis raíces antes de ser mágicamente frotadas estaban, se puede decir, sucias... Mañana lavaré mi pelo, por supuesto, pero durante el día de hoy la lámina ha supuesto un respiro.
Y mirad mis mejillas: brillantes, coralinas, luminosas. Me ha enamorado este rubor aunque su aplicación me parezca bastante menos sencilla que la del "champú".


También se pueden ver en la foto mis pestañas vestidas con este rímel de colección: a un envase cautivador le corresponde una fórmula espectacular. Aporta una curvatura perfecta y la mantiene durante la jornada, tiñe y parece multiplicar cada pestaña, y no deja residuos indeseados.
Un mundo de tentaciones se abría ante mí en el mueble expositor de la edición limitada Kisses from Italy, pero la vida es elegir, y éstos fueron los productos que ganaron el podio de mi corazón... y de mi neceser.

Les chocolats de L´Oreal: de repente me gustan los labiales líquidos mates

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Las nuevas colecciones de moda y maquillaje miran ya decididamente al otoño, por mucho que este hecho nos arranque lágrimas de nostalgia: tonos dulces, rojizos, cobrizos, marrón glacé, cacao. Les chocolats es una sorprendente y golosa propuesta de L´Oreal para la nueva temporada que se enmarca en esta ola de colores gourmets.


Sorprende no por las tonalidades sino por las texturas: cuando parecía que el labial líquido mate estaba viviendo su ocaso, la tendencia renace, resurge de sus cenizas y vuelve a cautivarnos.
Sí, incluso a mí, reacia a este tipo de acabado, que hasta regalé los poquísimos que poseía. Una de dos, o he sucumbido a la fuerza de la moda o (quiero pensar que) no era tanto cuestión de brillo o mate sino de resultado y calidad.
Y esta colección de L´Oreal está muy bien hecha.


Se declina en doce colores, de los que nueve han llegado a España, desde el labio desnudo hasta el guinda pero con un denominador común chocolateado: el dulce y amargo manjar está presente en todas sus tonalidades. El acabado se anuncia como ultra mate y durante los primeros segundos el labio lo acusa, pero de pronto parece acomodarse y no hace grietas (más allá de las que posea tu boca), ni su acabado es acartonado para nada: se fija como un tatuaje confortable.


El aplicador es absolutamente sublime: de esponja aterciopelada y en forma de corazón o flecha, resulta muy preciso a la hora de aplicar. El precio recomendado gira en torno a los diez euros aunque varía mucho de unas perfumerías a otras.
Yo piqué con un color extraño en mí pero que en otoño e invierno va a darme mucho juego, Box of chocolates, y con un antiguo amor reencontrado, Candy man, hasta el nombre es dulce, poético y picante.

box of chocolates

My sweet lollipop..., you are as sweet as candy, you are my sugar dandy...

Box of chocolates es un color cacao profundo, oscuro y de matiz grisáceo. A mi tía Conchita le horrorizó, "entre Halloween y labios de muerta", dijo,  y sé que mis padres pensarán lo mismo, pero no siempre puede una estar de acuerdo con sus seres queridos... a veces, éstos no tienen razón (modo ironía on, se entiende).


A mí, recién aplicado y en estos días veraniegos, se me hace oscurísimo, pero unas horas después de maquillarme con él, el tono se dulcifica y queda un chocolate casi claro precioso, tan dulce como este Nenuco vintage que adquirí por solo seis euros en el mercadillo solidario de Cruz Roja en Haro.
Dura una eternidad, puedes hidratar los labios, beber, comer, besar... ¡es invencible! Y mucho más confortable de lo que yo esperaba.


Pero, sin duda, mi favorito es Candy man: un tono adictivo por su dulzura y feminidad. Es el  antiguo color batido de fresa que me arrancaba suspiros, subido de tono, reconvertido en el tan de moda "mauve" pero con un matiz, no vais a creerlo... ¡chocolate! Sin embargo sigue teniendo ese toque lácteo y tierno de antaño. Me fascina.


Y la foto divertida, la del vendaval en plena sesión de selfies por las calles de Haro (La Rioja) no podía faltar..., pero es que en ella se puede ver en todo su esplendor este tono de bombón rosado, comestible y sensual. 

Paleta Lemonade Craze de Maybelline... y tardes de verano

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Maybelline es una marca de gama media perteneciente al grupo L’Oreal, que tiene en su haber aciertos y fracasos.  Me parecen realmente buenas sus máscaras de pestañas, me gustan sus labiales y ni me acerco a sus bases de maquillaje.
Respecto a sombras de ojos era una firma bastante mediocre hasta que llegó el reinado de las paletas: de repente, floreció.


En mi adolescencia lo normal era tener unas cuantas sombras de ojos sueltas en polvo, no existían en el mundo comercial los formatos en lápiz o crema y las paletas eran artículos de lujo: recuerdo esos cofres de Lancôme que de repente alguien muy generoso te regalaba en Navidad y te volvías literalmente loca...
Pero de unos años acá el reinado de las paletas se ha impuesto, instaurado y, evidentemente, democratizado: marcas lowcost como Essence, Catrice y Kiko las venden, y Maybelline se unió al festival tímidamente con su colección de nudes, rosados, sonrosados, ahumados...


Hasta ahora, nada nuevo bajo el sol. Pero de pronto en pleno verano se desmarcan con una paleta de "colores cítricos" en un envase amarillo neón y con un nombre refrescante, bautizada por la youtuber Dirty closet como "la mejor paleta de Maybelline que he probado"... Y, por supuesto, ¡eso tenía que probarlo yo!
y es una paleta original, fresca, vitaminada y muy útil:


En el centro nos ofrece tres sombras neutras (dos mates, una satinada) y un iluminador oro pálido plagado de purpurina que, en la piel, mágicamente desaparece dejando solo brillo, como veremos después.
A su derecha, cuatro sombras de tamaño normal, mates y con brillo, con un matiz cítrico, cálido y neón al mismo tiempo.


Comenzamos con Sugar coated, un bronce chocolate metálico absolutamente impresionante.
Continuamos con Coral punch, un melocotón cremoso muy pigmentado.
Lemonade craze, el amarillo cálido y ácido que da nombre a la paleta, es sinceramente algo difícil de trabajar. Y finalizamos con Sunnes que es sin duda mi sombra luz favorita de los últimos tiempos: muy blanca pero nada artificial, ilumina de una forma discreta pero eficaz.


La zona izquierda de la paleta gira en torno a la idea tan cool y refrescante de la "limonada rosa", y fue la causante de elegir como atrezzo de esta reseña las hadas y princesas Playmobil de mis sobrinas, que asistieron divertidas a la sesión de fotografías y al maquillaje posterior.


En primer lugar aparece Oldfashioned, una sombra que no es totalmente mate ni tampoco satinada, tiene un brillo muy sutil y un color chocolate tendente ya a los tonos bayas muy bonito.
Seguimos con Icepop, rosa fucsia mate, y con mi clara favorita de la paleta, junto a Sugar coated y al iluminador: Strawberry lemonade, un brillo infinito de color batido de fresa. Berry ice es rosa bebé, mate y decepcionante por lo mucho que parchea.
No tenía nada igual en mi tocador y pienso utilizarla en lo que resta de verano, primavera, otoño e invierno.


Tiene sombras muy rescatables en los meses de castañas asadas, como Oldfashioned o como la cobriza Sugar coated, que en este primer maquillaje he difuminado a ras de pestañas inferiores. Sunnes brilla bajo el arco de la ceja y en el lagrimal.
Como mi sobrina Carmen se había encaprichado del labial Candy yum yum de Mac y me pidió un look con él, en el párpado móvil utilicé la sombra fucsia Icepop, algo amortiguada porque en la cuenca extendí Sweet Tea, mate y neutra tirando al “mauve”, y en esquinas internas y externas el melocotón pastel Coral Punch.


Pero mi gran sorpresa con esta  paleta no ha venido del lado de los párpados, ¡sino de las mejillas! Se me ocurrió aplicar un toque generoso del glitter dorado Main Squeeze (la sombra inferior izquierda del cuarteto central), con poquísima esperanza, pensando para mis adentros "esto va a parecerse mucho a Carnaval".., cuando miré mis pómulos y ¡oh luz! Hacía mucho tiempo que mi piel no parecía tan sobrenatural. De veras, solo llevo debajo unos toques del corrector Close Up en el tono Light Peach de Nabla, y un brochazo del colorete Peach de L´Oreal, y éste es el resultado:


En plena vida vacacional y familiar, dejándome seducir por la paleta Lemonade craze de maybelline... ¡y por el Chardonnay!
Dedico este post a Carmen y María Aramendía, las mejores sobrinas del mundo.

Studded kiss Lovecraft de Kat VonD y Colorfix 2 de Deliplús, ¿clones?

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Ésta es la última compra que pienso realizar a la (por otra parte fabulosa) firma Kat Von D, a no ser que la tatuadora que le da nombre se retracte de ciertas opiniones imprudentes que hizo sobre la vacunación de los niños.


Los Studded Kiss son unos labiales propios de un cuento de hadas, como este selfie realizado en las afueras de Maestu..., pero a veces ciertas razones éticas vencen a las motivaciones estéticas...
Existe la libertad de expresión por supuesto, pero las personas más influyentes hoy en día en redes sociales son lo más parecido que existe en la realidad a los super héroes, y ya se sabe que un super poder (mediático) conlleva una super responsabilidad.


No me gusta que se juegue con lo que es sagrado para mí, menos aún me gusta que se cuestione la salud pública. Por eso, querida Kat, por mucho que tu nueva formulación de los labiales Studded Kiss me parezca magistral, el Lovecraft que me compré hace un par de meses junto a Rebeca será mi última barra de labios de tu marca.
Sí, es mágico. Sí, es un "mauve" apagado y elegante, mate pero cremoso, un tono batido de fresa con toque malva (batido de lilas, podría decirse), como para enamorar..., pero hay otras opciones.


Fue ayer cuando, mientras mis sobrinas cotilleaban en mi neceser y se enamoraban de mis Colorfix de mercadona (que terminé por regalarles, faltaría más), descubrí que el número dos de los Colorfix de Mercadona, que ha sido uno de mis grandes amores labiales durante el invierno..., es idéntico al mítico Lovercraft de Kat Von D, sin mediar polémicas y por solo tres euros y medio.
Y para muestra, un par de imágenes:

Lovecraft Kat Von D: 19,90 euros aprox
Colorfix 2 Deliplús: 3,50 euros aprox

¿Son o no son iguales?
Las fotografías fueron realizadas en una zona encantada de Maestu, un muro cubierto de hiedra y enredadera, con mis sobrinas lanzándome hojas como si fuera confeti.
Tengo material para un par de reseñas más con fotos maestuanas, aunque mañana ya no esté aquí: ¡saudade de la mágica montaña alavesa!

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