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Mi rutina de Gym en verano: Step + Stepper

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Yo  hace mucho, mucho tiempo que no me peso, pero por lo que veo en mi ropa (y en los comentarios de las personas que me rodean), he bajado durante este mes de agosto una talla y media... ¿Cómo lo conseguí? Con felicidad y relax, ése es el secreto.


 A mí el estrés me hace engordar (porque busco consuelos donde no debo),  y en cambio en verano me dedico a la vida sana: buenas hortalizas, carnes y pescados a la plancha, no merendar, cenar ligero, algún helado que otro pero bajo control..., y mucho, mucho ejercicio físico.
Cuando digo mucho me refiero a una caminata de hora y cuarto a paso ligero todos, absolutamente todos los días, y media hora de gym cinco días a la semana.
Pero claro, hay gimnasios y gimnasios...


Y en Maestu tengo a mi servicio (y casi siempre solo para mí) el gimnasio más bonito del mundo, acristalado y rodeado de árboles y montaña, un auténtico Locus amoenus donde sudar como un animal feliz.
Este año me he sentido intrépida y, olvidando la cinta y la elíptica, me aventuré a investigar nuevos mundos... En primer lugar algo tan simple como un banquito de step. Primero, por probar, sin los módulos de debajo, haciendo sencillos pasos de aerobic con un pequeño punto de dificultad. Luego, completo, y con miles de ejercicios por hacer. Y por último...


El Stepper: bestia parda sin par.
Es como una atracción de feria pero de alto nivel: te subes a esos pedales y tienes que poner todo de tu parte para mantenerte en alto, y si te paras aunque sea un segundo, bang bang bang, eres defenestrado al abismo.
Escalando en esta máquina infernal y adictiva venían a mi mentes máximas teológicas: Dios que te creó sin ti , no te salvará sin ti, dijo Agustín de Hipona refiriéndose a la importancia de la libertad y las buenas obras. En la cinta o elíptica te puedes aburguesar a tres kilómetros por hora, te servirá de poco pero nada te lo impide..., sin embargo aquí como no tires con brío, el invento no funciona.


Y cuando ya no puedes más, te cuelgas de las asas para hacer sentadillas y te salen con una gracilidad pasmosa.  Arriba, abajo, trabajando trasero, piernas, pectorales y brazos.
Tras veinte días a este ritmo, los vestidos me holgaban, y pude estrenar otros que eran talla única :


Por lo que he decidido en mi nueva casa hacerme un ginnasio en una habitación,y continuar por la senda del bien, dando a la comida su fin (alimentarme y hacerme disfrutar), pero sin utilizarla como premio (ni castigo) de nada ni para rellenar otros vacíos que no sean un hambre razonable y natural...

Decoración (I) Montando piso nuevo con muebles vintage

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Ya estoy instalada en mi piso nuevo, y durante una semana nos hemos dedicado por entero a amueblarlo, decorarlo, hacer de él un hogar.
Invertimos un día en ir a Ikea porque necesitaba un sofá cama para el cuarto de invitados y lo quería barato, pero poco más de esa cadena veréis en mi casa.

El recibidor de mi casa

Me gustan los muebles con solera. Me entusiasma heredar y reciclar. Me muevo entre las maderas nobles y el estilo rústico pero sin pretensiones de grandeza, más bien aprovechando todo lo que mi familia ha querido regalarme y yo he podido reutilizar.
Mi gusto es, digamos, el gusto de mis padres pero con un punto friki que lo diferencia y delata mi edad:

El felpudo ^_^

Este felpudo de Disney, (y de La Frikilería),  se lo regalé a mi mejor amiga de Logroño por su boda hace unos meses, y de repente supe que en mi casa definitiva era exactamente lo que deseaba yo también. Mi casa, mi castillo.
La entrada es en cambio rústica a más no poder. El claro protagonista es un sillón de madera y enea: el sillón del obispo, dice mi tía Concha que me lo regaló, pero en realidad perteneció a mi abuelo. Lo acompaño con un paragüero de mimbre que me compré hace siete años en Toscana, una tienda de Logroño (Calle vara de Rey casi ya con Gran vía), para mi anterior casa, y con un espejo y un revistero que era de la casa de mis padres.

Detalle del salón

Esta mecedora es un ejemplo de mis gustos vintage: fue mi auténtico capricho al llegar a Logroño, hace siete años y medio. Desde siempre quise un balancín para mi casa, y lo encontré de ocasión en una tienda que estaba liquidando existencias, Muebles Fernández. Casualidad mágica, ahora trabajo en el antiguo edificio de ese mítico comercio logroñés. En mi piso de alquiler la mecedora ya me parecía bonita, pero en esta casa luce todo su esplendor.


Aquí muestro el salón en panorámica. En Instagram me recomendaron el uso de alfombras, pero vuelvo a lo mismo: la madera es mi pasión, y este suelo de buena tarima lo quiero desnudo. El sofá es el que tenía, el mueble mural de teca también, y la mesa de comedor y las sillas las heredé de mi abuela Cecilia: simplemente las he tapizado en rayas fresas, oro pálido y crema.
Los cuadros de toda la casa han corrido a cargo de mi padre, que tiene un gusto exquisito. Tan solo en mi cuarto me he permitido un estilo más joven con lienzos de mis amigos pintores, de colores muy vivos...


Aunque para mostrar fotos de mi habitación al completo habrá que esperar un poco. Por ahora podéis ver la librería y mesa de trabajo de La Oca, en cerezo, regalo de mis tíos Javier y Eva, y vestidas ya con libros de poesía, teatro del Siglo de Oro y Literatura Infantil y Juvenil, mis tres perdiciones. El atril con mis libros y revistas literarias fetiche que se intuye al final es de madera oscura y lo compré nada menos que en Pamplona hace quince años, cuando redactaba mi tesis. El osito panda era de mi abuela y le tengo un cariño inmenso.


Por supuesto, hay un lugar de honor en el dormitorio para mi tocador retro, también de familia como la silla que le acompaña (me he deshecho del taburete que en realidad era de cocina y no estaba ala altura.) El problema es que estaba muy viejo y frágil, por lo que mi padre ha emprendido una pequeña restauración, encolándolo y barnizándolo.

Si os parece bien, y sin abandonar el tema principal de este espacio, la saga (fuga) de decoración que abre este post  será extensa... Éste es el comienzo de una gran amistad... y un nuevo derrotero en el blog.

Frambuesa mate con Dior y Essence + outfit de fiestas

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Ayer se celebró en Haro (La Rioja) la Virgen de La Vega, una festividad entrañable que une a todos los jarreros en la devoción y en el arte. Cada uno tendrá sus motivos, divinos o humanos, para honrar a la patrona, pero como dijo ayer el concejal de fiestas, que no es precisamente religioso, La Vega significa unión y tradición.


Además este año se celebra el centenario de nuestro valioso rosario de faroles. Por eso, para la ocasión lucí un modelo y maquillaje más cuidado y quería ofreceros el Outfit & Look en este espacio.
En este verano he rescatado un vestido casi retro, pues lo compré hace bastantes años en Azul de mar, una de mis tiendas favoritas en Madrid, y que parece de Ágata Ruiz de la Prada por el tema corazones pero lo firma Ginger & Soul. Es de gasa con forro y termina en volante.


Me encanta su escote, que puede cerrarse de forma recatada o abrirse mostrando los hombros. El problema es que no poseo sujetador "bandeau", pero dado el fondo del traje opté por uno negro.
Sobre ese fondo predominan los corazones en frambuesa, tono que hasta este verano no me había llamado la atención, pero en este comienzo de temporada se ha convertido en mi color fetiche: de pronto un día me sorprendió su dulzura y su frescura.


Esta conversión al frambuesa viene de la mano del Lip Glow de Dior en el tono 102 Matte Raspberry, que adquirí en la pasada primavera y que se me ha convertido en imprescindible en este final de verano... Me parece el labial perfecto para diario y el rouge ideal para fiesta: ilumina el rostro y se puede modular su intensidad. Me encanta aplicar la barra en el corazón del labio y extender con los dedos, a toquecitos, en un gesto sensual e inocente al mismo tiempo...


De pronto me vino a la mente la idea de que a un labial frambuesa podría irle bien un rubor frambuesa, sesuda reflexión..., y en la perfumería Nan’belle de Haro encontré por tres euros y medio el colorete 20 Berry me up de los Matte de Essence. Sabes que un colorete mate es bueno cuando del propio color se desprende la luz, no una capa opaca que apague la piel, y éste cumple tal requisito: lo he aplicado con mano muy ligera y queda como un saludable rubor tras un paseo matutino.


Por último, cierro el conjunto con este bolso que acabo de comprar en fiestas, en el mercadillo de La Vega. Es un Bimba y Lola fake, naturalmente, pues me costó quince euros.  Estilo Doctor bag, estructurado y con forro interior y cremalleras...
Lo que me encaprichó de él fue la combinación de colores, azul grisáceo y gris marengo, y el acabado de tela de chubasquero que posee, y no tanto el cuestionable glamour de conseguir un objeto "de marca" barato. El logo mentiroso más bien me hizo dudar, porque no me gustan las falsificaciones que roban el mérito a la creatividad de un diseñador.

Novedades de Guerlain: en el neceser de mi compañera Camino

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Hoy un post de makimarujeo, en el que nos metemos a chafardear en el neceser de alguna amiga, vecina o colega de profesión... A todas nos gusta curiosear el maquillaje ajeno, que siempre se nos antoja más especial que el propio, como cuando éramos niñas y los juguetes de nuestros amigos nos parecían una nueva maravilla.


En este caso le toca el turno a mi compañera Camino, del departamento de Márketing de Unir. Nos conocimos hace unos siete años al colaborar en un taller literario de la universidad, y luego cubrió mi accésit al premio de poesía Adonáis y la presentación que hice del poemario, en el Aula de Cultura de La Rioja y Unir.
Últimamente me consulta sus inquietudes sobre maquillaje, y tras la vuelta al cole me contó emocionada que había aprovechado unas ofertas en la perfumería Prieto para hacerse con algunas joyitas de Guerlain.



Guerlain es siempre buena idea, pero de precio bastante elevado. De la firma lo que suele tentarme son sus labiales, he tenido varios pero ya descatalogados, por lo que me encanta ver tonalidades disponibles aún en tiendas.
Es verdad que hoy en día hay barras de labios low cost muy aceptables y hasta tentadoras, pero la calidad de un labial de lujo se palpa a primera vista y a primer tacto. Y me encanta que Camino haya optado por dos tonalidades tan diferentes a lo que quizás hubiera elegido yo:


Así el makimarujeo es completo.
En primer lugar mi compañera se decidió por el lujosísimo Rouge G, que en esta última edición viste su carcasa de doble espejo con diversos acabados. Ella escogió la imitación de piel en granate, elegante y llena de glamour... Y acorde con el color del labial, 25 Flamming Red:


Sabéis que mantengo una relación de amor odio con el rojo de labios.
Por un lado, con casi ninguno me veo favorecida, los encuentro muy evidentes y a veces me hacen lo que yo llamo "look de cabaretera", hasta me aumentan la papada. Mi familia no ayuda porque en general cuando pruebo uno la reacción es: "uy, qué labios", y el tono no presagia nada bueno.
Pero a la vez me atraen, sobre todo me seduce encontrar "el mío", que suele ser dulce y metálico, tipo Blanca Nieves.


En este caso, el número 25 de los Rouge G no me terminó de enamorar. Entre otras razones, ahora mismo carezco de un perfilador universal y el único delineador rojo que poseo, el Cherry de Mac, era demasiado dulce para el color, así que no pude dibujar bien mis labios. Pero respecto a textura y acabado, el labial me pareció magnífico y vi el tono bastante alegre, no me sumaba años.


El otro protagonista del post me parece una compra clave de cara a la temporada otoño invierno: se trata de un KissKiss Creme, mi producto favorito de la marca.
Prefería el envase dorado, escultural (al fin y al cabo obra de un escultor), pero esta colección venía vestida de negro lacado. Me encanta la textura hidratante de estos labiales, y mi compi Camino eligió el misterioso tono 569 West Wood: un chocolate dulce, goloso, profundo y con matices amaderados que no me importaría nada poseer.


Claro que no sería hasta mi cumpleaños, ya que mañana me pongo a potidieta estricta hasta comienzos del mes de diciembre. Sólo repondré productos de cosmética facial y corporal y algún ambientador para mi hogar, pero nada de maquillaje ni caprichos superfluos hasta nueva orden.
Tal vez por esta razón fue maravilloso disfrutar por unas horas de la posesión de estos dos objetos de lujo, probarlos, retratarlos, paladearlos.
¡Millones de gracias por la experiencia, Camino!

Cepillo facial Skinvigorate de Mary Kay para una filosofía #yosinmás

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"Yo sin más" es un hastag que utilizó la influencer Ratolina cuando...
(Por cierto, no he terminado la primera frase y el ordenador me señala en rojo tres palabras: pobre idioma castellano).  Bueno, voy a intentarlo una vez más.
... Un hastag que utilizó Ratolina cuando emprendió su reto Una semana sin maquillaje, para demostrar que se maquillaba por diversión y pasión y nunca por obligación.

Sin maquillaje, feliz, con mi amiga Merl

Un adorable hastag que yo adopté durante el pasado mes de agosto. Ya se sabe, en verano todo es más relajado, se puede ir por la vida sin cubrir rojeces y...
No, no, no, Rocío, estás equivocándote de discurso. Le estaríamos dando la razón a cierto Youtuber que dijo en Twitter que para las mujeres el maquillaje era una cadena, y no es así. Pero sí es cierto que la felicidad y la falta de estrés son en sí mismas una pátina...
El hecho es que todavía practico esta filosofía, y ahora cuando me maquillo para quedar con amigos o para ir a la oficina (porque quiero, porque tengo tiempo, porque tengo clases o tribunales), la gente me dice: “qué guapísima estás hoy”.

Con maquillaje, feliz también, con mi amiga Rebe

Pero en cambio, si me ven al natural no me preguntan “qué te ocurre”... .¿Por qué? Porque se han acostumbrado a que no es lo absolutamente habitual, no amanezco maquillada, no tengo por qué maquillarme todos los días.
Esta es la filosofía Yo sin más: el maquillaje forma parte de mí porque es una de mis pasiones, pero no me define. Y tampoco hago del Nomakeup una cuestión ética, ni pienso que mi rostro sin maquillar sea más verdadero que mi cara con base, colorete, sombras y rímel. Porque, amigas, la barra de labios me acompaña siempre, maquillada o no.


Eso sí, lo de ir a cara lavada por la calle es casi un súper poder, y nos han enseñado que todo súper poder conlleva una súper responsabilidad.
Si quieres mostrar la piel a diario debes cuidarla. No estoy diciendo que si la "cubres" debas desentenderte, pero puede ocurrir. Yo en este verano he descubierto la limpieza de verdad. No el desmaquillado, no la hidratación, pasos que ya estaba dando y de los que hablaré pronto en este blog, actualizando rutinas. Hablo de una limpieza de verdad.


Y, para eso, me ha venido de perlas un regalo que me hizo hace varios meses mi amiga María: el cepillo facial Skinvigorate de Mary Kay.
Una vez me impartieron una clase de la firma. Fui un poco pazguata y me llevé un contorno de ojos cuando lo que de veras me había atraído era este gadget, pero tuve miedo por mi pielroja. Natalia me había explicado que es efectivo pero suave gracias a sus cerdas redondeadas, y ahora lo puedo atestiguar.
El cepillo trae pilas, dos cabezales iguales y posee dos velocidades distintas: esto es muy importante porque yo me decanto por la más lenta. Empapo tanto mi cara como el cepillo en agua micelar, y ¡a disfrutar!


Porque el proceso es en sí una auténtica gozada, pero una gozada eficaz. Sientes la pureza en tu piel, gradualmente el cutis se hace más fuerte. Tras un mes de cepillo facial, ejercicio físico (y vacaciones), mi #yosinmás lucía así.
En definitiva, la filosofía #yosinmás por lo menos tal y como yo la interpreto se resume en: “sé tú misma, sé feliz y haz felices a los que te rodean y no dejes que te disfracen con el maquillaje ni que te corten las alas sin él”.

Reflexiones en la bañera (XXXVIII: en mi piso nuevo. Primeras impresiones)

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Tenía esta sección muy descuidada, lo sé. Desde marzo sin llenar la bañera, sin tiempo ni conciencia para ello... Pero llega septiembre, vuelve el otoño, el encender velas, el buscar abrigo en el hogar... dulce hogar y para mí, nuevo hogar.
¡Estreno reflexiones en esta (pedazo de) bañera! Casi en directo, "retransmito" lo que pensé la primera vez en ella...

Oootra manita de fregona no vendría mal...

1. Nada más rozar el agua, la espuma crujió y yo volví a mi niñez. Me chifla esta bañera porque es honda pero no altísima: se puede entrar en ella sin parecer que estás escalando un ochomil.

2. Y no me equivoqué en elegir azulejos, que son de color entre marfil y humo (marfil tostado) y le dan una elegancia neutra y cómoda.

3. Además, mi contratista, que es un sueño, me ha dejado un espacio de azulejos para colocar mascarillas capilares, revistas, libros... en este caso de Puck, para subrayar esa preciosa sensación de hogar e infancia en mi primer baño:

Juro que la limpié, pero la obra saca mucho polvo...

4. Para estas primeras reflexiones he elegido un jabón muy especial: Ginger lily de Zara Home. Me trae recuerdos muy queridos porque hace exactamente un año yo estaba en Roma, disfrutando de los dos meses más bonitos de mis últimos tiempos, el viaje de mi vida...
Uno de los recuerdos más vivos en mi memoria es el olor: al entrar por primera vez en mi apartamento romano me embriagó un aroma como de flores paradisíacas, y era que la dueña tenía repartidos por salón, dormitorio y baño mikados de esta línea que huele a jazmín y muguet sobre una base jabonosa de almizcle.

·#nofilter. Lo que no hay es mucha luz, solo una bombilla...

Era sublime y calmante a un tiempo,  y en este fin de semana entré en Zara Home a ver si seguía vendiéndose, y ¡bingo! Lo tenían, junto a otras novedades.

5.  Sí, sentí un tonto orgullo al descubrir que mi elegante (y adinerada) casera de Roma había elegido Zara para perfumar sus apartamentos. A veces somos un país pequeño, que en vez de estar orgulloso de que un producto nuestro construido a base de esfuerzo triunfe, nos perdemos en críticas hacia el imperio Amancio. Gracias a Dios, en la base de este jabón reza clarito "fabricado en la U.E."

6. Dentro de poco publicaré la segunda entrega de Decoración en este espacio, dedicada a ambientar el hogar. Estoy a potidieta pero es que últimamente lo único que me tienta (salvo incursiones en Mercadona que no cuentan casi), son detalles para seguir creando mi hogar.

Y ya estoy dentro...

7. Me siento muy a gusto en mi casa y últimamente sólo quiero leer o ver vídeos de YouTube por la noche. Gadirroja me ha retado a un tag sobre mis siete libros favoritos, ¿queréis también un post sobre los siete vídeos que más me enamoran en este (precioso e inolvidable) momento?

Mi neceser de otoño: regalito de sephora y actualización

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Hoy, día de San Mateo, comienza el otoño: nuevas ilusiones, nuevas rutinas. Quizás por eso he querido estrenar tan prometedora estación actualizando mi neceser, y las encantadoras chicas de Sephora Logroño me lo han puesto muy fácil.


En verano volví a dejarme encandilar por la magia rosa con chispa dorada del rubor Orgasm de Nars, tras conseguirlo en un estuche enorme de edición limitada, pero eso será otra historia para otro post.
Lo que importa  aquí es que de cara al curso tenía previsto reponer la versión talla de viaje junto a los polvos de sol Laguna (pues me había quedado sin bronceador), por lo que acudí con mi amiga Rebeca al Sephora de Logroño, directa a la sección “Beauty to go”, que es como la cueva de Ali Babá para las amantes del maquillaje:


Las más brillantes novedades, los productos más icónicos, y todo en miniatura y tan apetecible, aunque las personas realistas y pragmáticas cuenten que todo a la larga sale mucho más caro...
Allí me dirigí, y vi que por la compra de tres, ¡tres productos! de semejante mueble expositor de tentaciones te regalan este precioso neceser holográfico...
Yo fue verlo y amarlo en la distancia, pues comenzaba mi época de contención y no pensaba gastar en un alfiler más, pero de algo tiene que servir ser cliente fiel y que te conozcan tanto: las dependientas de Sephora Logroño, que son oro puro, vieron que se me iban los ojos detrás de él y sin más me lo regalaron.


No hay mejor manera de comenzar temporada: se ordena lo que sirve, se desecha lo obsoleto..., y aquí os presento mi neceser de otoño: en plexiglás tornasolado, el acabado y el material de moda, cómodo para viajar en avión y ligero para llevar en el bolso sí, como yo, viajas con el maquillaje a cuestas...
Y en él he ido atesorando viejas glorias y nuevos hallazgos: junto al recién repuesto dúo de Nars, llevo el rubor Peach de L´Oreal, así alterno mis dos coloretes favoritos. También, he vuelto a mi base de maquillaje fetiche, Toleriane Teint de La Roche Posay, que sirve como corrector, es respetuosa con la piel y deja un acabado precioso:


En esta foto que nos hicimos Rebe y yo aquel día podéis ver cómo corrigen e iluminan un rostro cansado esta base y este colorete, y por qué las llevo siempre conmigo.


Continuando con los labios, también en la imagen llevo el tono Nude peach de Rituals, un descubrimiento de la pasada primavera que de desnudo no tiene nada y sí mucho de melocotón encendido; lo llevo siempre desde entonces junto al “rouge” color labio (número 500) de Pupa que compré en Roma, y al número dos de los Colorfix de Mercadona, un rosa "mauve" apagado y mate ideal para cualquier ocasión.
De igual manera llevo siempre un bálsamo labial Crazy rumors: son baratos, ocupan muy poco, tienen deliciosos aromas e ingredientes sanos y eficaces. Se venden en perfumerías Primor.


Y, acabando por los ojos, llevo una talla de viaje del rímel Bad Gal Bang de Benefit y un peine para peinar las pestañas: con ellos la mirada se abre y se tiñe de misterio, y decimos adiós a los grumos y al temido efecto ojera.
Por último una cera fijadora de cejas de Benefit en formato mini, y dos sombras de ojos de larga duración en barra, color topo aunque con distinto matiz: Deep Lavender de la línea de maquillaje de Beter que compré en el verano del 2017 en Haro, y el número 5 de los jumbos de Pupa que adquirí hace un año en Roma y guardo como la niña de mis ojos. 

Cosmética “low cost”: lujo en Primor y Mercadona... por menos de seis euros

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Para mis chicas de El Bosque
Una de las cosas que más me gustan de este apasionante momento actual es que asistimos a una verdadera democratización del lujo.
Y por lujo no entiendo lucir anillos de diamantes (el mejor amigo de la mujer, decía Marilyn Monroe) ni viajar en limusina. Me refiero al poder cuidar tu piel con ingredientes que encuentras ya a pie de calle, al alcance de todos los bolsillos y en el supermercado o en la perfumería más barata de tu barrio.



No soy tan ingenua como para pensar que en la estantería de chollos de la perfumería Primor encontraremos las patentes, concentraciones o años de mimo e investigación que en Sisley o Darphin, pero como se decía en la película Tomates verdes fritos, el secreto está en la salsa, es decir, en el caldo de ingredientes de la poción mágica.
Y sí, hay unos principios activos que es bueno frecuentar y otros de los que es mejor huir despavoridos. Al final todo se reduce al axioma bíblico "haz el bien y evita el mal"..., también en tu piel.


Lo que debemos evitar, a modo de resumen, es el Alcohol denat, el Perfume, el parafinum o Petrolatum (derivados del petróleo) y el Dimenthicone o siliconas oclusivas..., al menos en las primeras líneas de la lista de ingredientes, porque al final se supone que el porcentaje será mínimo.
En cambio las vitaminas y provitaminas (C, E, Pantenol), el aloe vera, la rosa damascena o canina, la manteca de karité y algunos ácidos antiedad son maravilla para la piel y ahora los tenemos cerca.


Así que vamos con las buenas noticias: al menos en tres tiendas que suelo frecuentar (una perfumería y dos supermercados), han aterrizado últimamente (o hace tiempo y acabo yo de descubrir), productos de primera calidad para cuidar la piel por menos de seis euros.

Lo más impactante me parece la marca Beauty drops, de venta en Primor, que por 5,99 euros vende frascos con dispensador de gotero, muy pulcros y con aire medicinal estilo Skinceuticals (marca de campanillas carísima), y con principios activos puros de lo más interesantes: Retinol en dos concentraciones distintas para pieles maduras, Niamidacina y zinc para pieles jóvenes con problemas, Ascorbic glucósido para combatir manchas y primeras arrugas y aportar luminosidad...
Todo explicado en la caja con palabras "normales", y con una pipeta para poder aplicar directamente en la piel o enriquecer nuestra crema.


Pero, para eso, tendremos que tener una buena crema base, ¿verdad? Y en los últimos tiempos me está sorprendiendo gratamente Mercadona. Ojo, no tanto las cremas o maquillajes Deliplús, marca blanca de la cadena que se ha vuelto algo cara para lo que ofrece (mucho relleno en mi opinión), sino a las múltiples ofertas y novedades de otras firmas baratas que suele incorporar.
Me parecen buenas cremas las de Beauté Mediterránea y Sisbela..., aunque yo estoy absolutamente enamorada de la marca Atlantia.
Porque su ingrediente primero (y de verdad) es el aloe vera puro de canario, con un alto poder hidratante pero con una textura ligera. Y porque su crema hidratante y regeneradora Hidraplus cuesta ¡cuatro euros con cincuenta!


Y más rica y completa no puede ser.
Por un lado, contiene un cóctel de buenos ingredientes en un frasco de cristal que dura más de dos meses, pues algunas cremas como la antioxidante de Ziaja son igual de baratas pero muy evanescentes..., y en veinte días te has bebido el tubo.
Por otro lado, la textura es casi sobrenatural: ni pesa ni defrauda, es para verano e invierno, refresca pero hidrata de verdad. Ni es dura ni firme al tacto, ni acuosa o gelificada: más bien parece crema batida, pero al aplicar sientes un frescor suave y nutritivo al mismo tiempo.

Y estoy descubriendo auténticas joyas en la gama Cien Nature del Lidl, pero eso da para una nueva reseña... To be continued, siempre to be continued.

Manicura #mauve con Nails studio & máscara de gelatina para cutículas de Essence

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Tenía ya las uñas desastrosas... y el pelo, pero ése es otro cantar que arreglaré este viernes, Dios mediante. Septiembre es un mes para volver a mimarse, para preparar una puesta a punto y recibir el otoño con esplendor.... que, esta temporada, deberá ser un esplendor "mauve".



Me puse en manos de Diana, que fue la encargada del fallido Nails Factory Logroño y que desde hace más de un año regenta un bar de uñas  llamado "Nails Studio" en el mismo Centro Comercial Berceo. Yo quería algo suave y femenino que fuera a juego con mi nuevo reloj de la marca Marea, una preciosa inspiración Casio de color lila. Diana eligió para mí el tono P18 y no puedo estar más feliz. 


Acudir a una cita puntual y salir de ella con las uñas vestidas de magia puede ser algo muy fácil, si das con el centro de tus sueños. El mantenimiento resulta más difícil, cuando el problema son mis cutículas, secas y rebeldes: al día siguiente estaban ya envalentonadas y aborrascadas. Y los aceites, cremas y demás ungüentos que he probado no hacen (casi) nada, por eso me despertó mucha curiosidad encontrar en Primor esta mascarilla de gelatina para cutículas, de Essence.


Por menos de cuatro euros, me pareció la solución a mis penas: posee aceite de almendras dulces pero no chorrea por entre los dedos, y huele a melocotón pero no a chuchería, no: huele a fruta fresca, es delicioso.


Éste es el estado de la piel que rodea mis uñas antes del tratamiento: se ven bonitas, limadas y maquilladas..., pero alrededor hay carne seca y algo descamada. El interior del coqueto tarrito es una gelatina fresca que ofrece esa sensación de ligereza y densidad al mismo tiempo. Sumergir los dedos en ella viene a ser un delicioso juego de niños.


Luego, como sucede en toda mascarilla convencional, hay que aguardar unos diez o quince minutos, que yo aproveché para masajear cutículas... y descansar. Las manos quedan algo pringosas pero el efecto es controlado. Y cuando se retira el mejunje bajo el agua, sucede lo mismo que con algunos exfoliantes con base aceitosa: 


¡Sientes una suavidad y una hidratación absolutas! 
Creo que este producto, bueno bonito y barato, es el complemento ideal de una manicura realizada fuera de casa: de nada sirve vestirse con lujo una tarde si la higiene y los cuidados más básicos, se descuidan, valga la paradoja... Y con mis cutículas, eso estaba sucediendo.


Así que aquí presento el "después"..., pero no sólo después de Nails Studio, sino después de mis propios tratamientos caseros gracias a Essence. El anillo es de Tous... old, muy old, pues me lo regaló mi genial amigo Lord Scutum hace una década cuando cumplí una fecha redonda, ¡treinta años! Estaba pidiendo a gritos una manicura y una rutina semanal para lucir en toda su belleza sobre mis dedos...

Pelirrosa: mi nuevo look melocotón en Mishea peluqueros

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Como sabéis el melocotón es mi color favorito, y siempre he soñado con ser pelirroja. Además, tengo la inmensa suerte de que las tonalidades entre el oro rosa y el strawberry blonde vuelvan a ser tendencia de color en esta temporada. Sumamos dos más dos... y la peluquería Mishea hizo posible este "cuatro mágico":

Todas las fotos by Andrea de Mishea, #Nofilter

A finales del año pasado inicié mis coqueteos de amateur  con el pelo melocotón, de la mano de Colorista de L´Oreal, y lo reseñé en este espacio. Es cierto que no me estropeó el pelo, más me lo ha maleado la mezcla mortal de estrés, cambio de champús y ausencia de mascarillas acorde a mis necesidades... Pero me duraba el color una semana apenas, y cuando me lo aplicaba yo no quedaba uniforme. Que, al final, los profesionales están para algo.
Y aprovechando que estoy en un momento dulce en el que me pagaron un trabajo extra y que mis puntas pedían tijeras a gritos, pensé en hacer alguna locura.


Confieso que andaba buscando un salón que utilizara Elumen, pero soy fiel por naturaleza y adoro la peluquería Mishea. Un día, chafardeando en su instagram vi que habían hecho a una clienta lo que llamaban tendencia de color "Pelirrosa", y me dije, esto es lo que quiero.
Pregunté si debía decolorarme el pelo, que con la dermatitis que tengo ahora en cuero cabelludo no me apetecía nada, y Andrea respondió que ellos lo hacen con un matiz de Neo Colors la gama de coloración de Secretos del agua, y sobre mis mechas rubias no hacía falta más que uniformar la raíz.

Aquí aparece Andrea, hizo la foto Tere

Ayer tenía invitados a casa, pero como en Mishea no cierran a medio día, me cogieron a las tres y a las seis ya estaba fuera. En el durante, Andrea me hizo  su famoso masaje capilar que es placer absoluto, Myriam practicó su arte y magia cortando y tiñendo mi cabellera..., y otra vez Andrea decidió que, para que luciera aún mejor en mi plan de viernes noche, iba a hacerme masaje facial con cremas y a maquillarme por su cuenta y riesgo.
Todo ello entre tazas de Nespresso, risas, conversación y revistas Hola atrasadas, en las que pude saber de la existencia de la Condesa de Vega Florida que se llama Vallivana, vive en Ginebra y es decoradora de jardines. Oh la la.


Os cuento qué me hizo exactamente Myriam, aunque hay un ingrediente secreto al estilo de la fórmula de la Cocacola.
Saneó mis puntas, hizo capas para dar volumen a mi pelo fino, cambió mi flequillo ladeado por uno recto pero con movimiento y degradado en los laterales, enmarcando mi óvalo facial que es más que redondo, y peinó mi pelo con planchas haciendo bucles.
Antes de eso, me hizo las mechas que siempre llevo: una mezcla tripartita de 7.12, 8.32 de Neo y decoloración suave, y luego...


¡Magia! Un matiz especial que han traído nuevo de Neo colors y que han bautizado como Pelirrosa. A mí me lo pusieron con fuerza para que me dure un mes, pero se supone que en sucesivos lavados el matiz rosa melocotón será cada vez más evidente.




Por esta maravilla integral (peinado, cuidados, diseño, coloración) me cobraron 78 euros que duelen, sí, pero que son merecidísimos. Conste en acta que no me pareció nada caro, esto ya es coloración artesana y creo que no me cobraron ni el maquillaje ni el cuidado de la piel.
Y es que cuando encuentras tu salón..., es más que una peluquería, es un trocito de hogar regentado por profesionales.

Paleta y labial Backtalk: lo que compré en el Friends and fanatics de Urban Decay

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Friends and fanatics es un evento ya icónico, una fecha marcada en el calendario de toda potinguera de pro, en el que la firma Urban Decay realiza descuentos del 20% en su página web. Este hecho paranormal sólo se repite un par de ocasiones al año, y en los pasados veintidós y veintitrés de septiembre volvió a ocurrir.


Yo nunca había hecho un pedido a Urban Decay: por un lado me cuesta comprar on line, y por otro soy bastante lega en la marca: solo poseo en realidad la paletita Petite Heat y tuve su famosísimo Primer Potion, además de un par de paletas de colección que acabé regalando porque de aquella no las utilizaba. Tengo una base de maquillaje en polvo que me tapona los poros, y una barra de labios de color desnudo efecto muerta que me regalaron y acabé regalando con el beneplácito de la autora del presente...
Y eso es todo.


Pero me apetecía mucho conseguir la barra de labios más mítica de la firma, Backtalk de la gama Confort matte de los Vice Lipsticks. Un rosado neutro con marcado matiz mauve que, desde que leí una reseña en el blog de Mareas, me tenía obnubilada. 
Justo de cara al descuento, tanto Dirty closet como Ratolina hicieron vídeos con sus favoritos de la marca y me enteré de la existencia de la paleta Backtalk, una edición limitada que no llegaría a tiendas y que recrea el tono de la barra de labios acompañándolo con sombras de ojos, iluminadores y coloretes a juego.
Ésos dos eran los objetos de mi lista de deseos para el gran día.


Habría gente esperando a las veinticuatro horas del día anterior para hacer clic en sus sueños virtuales, pero yo tengo más vida que ésta, Laus Deo, por lo que entré en la página web a las doce del mediodía del veintidós, y el labial estaba ya agotado. 
Donut Worry: unos días después lo conseguí en Sephora a su precio normal, diecinueve euros, y no me arrepiento ni un poquito, pues esa barra de labios es oro fino.
Según la apliques puede ser lo más dulce del mundo o un color ya algo guerrero quizás por su textura aterciopelada. Va en la línea de los tonos labio: Syrup de Mac, Dolce vita de Nars..., pero sin matices castaños de este último y en un acabado mate cremoso que aporta duración, misterio y elegancia. 


La paleta, con uno de sus míticos lápices 24/7 en miniatura de regalo, me llegó el pasado jueves y si no fuera algo tan material diría que ha venido para hacerme feliz.  O sí, me atrevo a decirlo por la parte de creatividad que despierta en mí: fundir colores preciosos en mi cara me hace sonreír y sentirme guapa, y eso siempre me conduce a querer hacer felices a los que me rodean.
La conseguí por treinta y nueve euros, diez menos que su precio habitual, y teniendo en cuenta que es una paleta doble me parece un precio sensacional. Tiene un espejo imantado en el medio, que se puede retirar, y entonces, de un lado hay ocho sombras de ojos que tengo que investigar más a fondo, y del otro, un colorete durazno intenso que no está nada mal y...


Los dos iluminadores y el rubor frío más bonitos, especiales, espectaculares que haya visto yo en estos diez años de vida potinguera activa. De veras, sólo por estas tres pastillas merece la pena la paleta, y ojo que no ando diciendo que las sombras sean malas. Yo no soy profesional y a mí me han pigmentado más que bien.
Pero es que esos iluminadores, Low Key (más amelocotonado) y Party foul (más champán), son crema pura, seda pura. Dígalo si no mi torpeza, que rocé levente el pan con mi uña y quedó marcada: la textura es magia y delicadeza. Y desprenden una luz duradera y exenta de partículas brillantes.


Pero, sin duda,el protagonista de la paleta es el rubor Cheap shot. Podría llamarse directamente Backtalk, es el clon perfecto de la barra de labios hecho colorete, el reflejo idéntico en las mejillas de lo que vas a colocar en tus labios. Un tono rosa malva, dulce y muy femenino, y de fondo mate pero con alguna partícula que lo hace jugoso. Queda extrañamente natural en los pómulos, se funde en la piel y se difumina de vicio con otra brocha de mejillas limpia.


Labial y la paleta encajan a la perfección con mi nuevo pelo. Los párpados van muy suaves, pero sí deseo destacar la sombra que le da nombre: Backtalk, un tono mate y mauve perfecto para una transición poderosa aunque dulce. La extendí por la cuenca con un pincel dúo fibra de Real Techniques.
Atención al iluminador Party foul porque deja un halo sobrenatural en la tez. Lo apliqué en las zonas altas del pómulo, punta de la nariz y lagrimal. Aporta brillo húmedo y luz a raudales. Y las mejillas, a juego con los labios, brillan con una luz malva y mate que ha venido para gobernar mi tocador.

Lip Dew "Serendipity" de la colección Havana by Camilla Cabello,de L´Oreal

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La colección Havana de Camilla Cabello para el gigante cosmético L´Oreal es una de las sensaciones del momento en este mundillo, y yo también caí.
Hoy me voy a detener en describir su brillo de labios aunque, en realidad, quería hacer una reseña general de esta preciosa edición cápsula de L´Oreal que se vende sólo en tiendas virtuales y es limitada, ahora que aún, creo, puede conseguirse. Pero es que..


Los envases son tan bonitos, con ese color turquesa radiante que es mi tonalidad favorita y que casa tan bien con la cantante caribeña que ha dado nombre a la colección (y que ha participado en ella, no seamos cínicos), y el gloss es tan maravilloso que, si no fueran productos fugaces diría que acabo de encontrar el brillo de labios de mi vida..., que no me apetece hablar del resto de la colección, por no confesar que la sombra de ojos y el tinte de cejas han resultado decepcionantes para mí.


Y es que hay que matizar una opinión tan neta: la fórmula y color del tinte (en su tono más claro) me gustan, y lo que no me acaba de convencer es el formato: el producto no se aplica con un cepillo fino como yo creía sino con una especie de palito rígido que a mí al menos no me sirve.
Y probar en mi piel la sombra de ojos ha sido la crónica de un sueño frustrado. Me explico:


He aquí la razón de mi compra en Maquillalia: el tono dos "Hot Havana" de la colección Havana de L´Oreal, que vi en redes sociales y me embrujó.
La imaginación es muy mala, niñas. La loca de la casa, la llamaba Teresa de Jesús. Y yo fue ver este todo entre humo y verde cacería y dotar en mi fantasía a la sombra en cuestión de la magia de las míticas sombras de ojos  Diamond lil de Stila y Erika de Lancôme. Bueno, pues no.


L´Oreal no tiene la culpa de que yo haya soñado despierta, imaginando una sombra sedosa, cremosa, ahumada y con destellos verdes. Nadie me dijo que fuera así: mis ojos me engañaron.
En la piel lo que hay es un velo de color bastante débil en tono militar y una miriada de purpurina en plata oscura. Y no es eso lo que yo quería.
Así que vayamos a terrenos más prometedores:


Si hoy volviera a hacer mi pedido a Maquillalia, en el que me gasté algo más de treinta euros, no hubiera adquirido ninguna sombra de la colección y habría concentrado mis energías en hacerme con todos los tonos del Lip Dew, un brillo labial cremoso y duradero cuya fórmula estoy casi segura de que contiene manteca de karité o cualquier otro aceite vegetal y rico en poder hidratante.
El envase es sublime, con un tapón color piscina soleada y estampados florales que me recuerdan a mi viaje a Purto Rico hace más de una década, pero es que el interior rebosa belleza también...


El aplicador de esponja grande pero no enorme, y por eso cómodo y manejable, deposita en el labio una capa uniforme de un brillo efecto vinilo pero con ese tacto como de natillas que tanto me gusta. Hacía mucho tiempo que no utilizaba una de mis metáforas cosméticas favoritas en este espacio, seguro que la añorabais... Sí, el Lip Dew de esta colección posee lo que yo llamo tacto lácteo: cremoso y dulce.



Y el tono Serendipity, además de un título precioso y muy del imaginario colectivo de nuestra generación (recuerdo una película con Kate Beckinsale), resulta absolutamente paradisíaco: un coral claro y luminoso, un melocotón radiante también pero muy sutil y ligero, para tener en el bolso y utilizar todos los días.
Los quiero a puñados. No descarto otra excursión traviesa a Maquillalia: el ansia viva y este otoño tan especial han podido con mis tímidos intentos de dieta potinguil.

Abriendo paquetes: La colección de Otoño Invierno Wild Nature de BELLE & MAKE-UP

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Abrir paquetes nuevos es el sueño, el ideal, la vocación de toda potinguera. Llega el cartero y todo se ilumina. Y si el remitente está haciendo un regalo..., la magia y la gratitud se multiplican: no hay día gris que no quede teñido de color al abrir uno de estos paquetitos.
Y hace unos días me llegó uno que me hizo especial ilusión, ya que recibí la hipnótica colección Wild Nature de la firma Belle & Makeup.


En la nota de prensa, inserta en un práctico Pen drive de un giga, la marca de cosméticos vendida en supermercados Eroski afirma de su reciente colección que
"tiene como protagonista a Artemisa, hija de Zeus, hermana gemela de Apolo y diosa griega de la caza, los bosques y los animales, y protectora también de la mujer. Nuestra protagonista se recoge el pelo en trenzas que le permiten vivir una vida independiente entre bosques y montañas.
Con una feminidad mítica y apasionante, es también amazona, guerrera y cazadora."
Esto se concreta en tonos cálidos y brillantes, salvajes y sofisticados a la vez: el baya o vino, el oro rosa, un precioso bronce rosado... Empezaré hablando de uno de los productos que más me han sorprendido:


El esmalte de uñas Glory. Comenzando por el nombre, que me parece elegante y muy oportuno, ya podrían aprender otras firmas que van siempre a lo fácil, mezclando sexo con religión y aludiendo a pecados en los que ni siquiera creen...
Gloria es un concepto tanto teológico como profano que resume muy bien lo que una siente al aplicar una sola capa de esta laca en rojo oscuro y goloso, que evoca poderosamente al mítico Rouge noir de Chanel, y de textura Jelly, algo acuosa y transparente pero uniforme.  La foto está realizada dos días después de su aplicación, y aún hoy llevo cuatro días con las uñas casi impecables.


Otro de los productos que me ha cautivado, tanto como para ir directo a mi neceser de bolso por lo mucho que facilita mi vida, es el delineador de ojos en crayón biselado, Onyx. Con una punta jugosa muy similar a la de los marcadores fluorescentes que utilizo en el trabajo, resulta facilísimo perfilar a ras de pestañas superiores e inferiores, el resultado es mate pero no seco y dura la vida entera en el párpado.
También es precioso el lápiz para párpados y labios en el tono Mistic light, un oro rosa que parece gritar mi nombre.


Y aquí tenéis el que sin duda es el protagonista de la colección, aunque he querido reseñar antes otros descubrimientos que me han impactado tanto o más: el colorete iluminador Desert moon. Vuelvo a hacer hincapié en el lirismo que desprenden los nombres de esta colección. Yo, sin duda, de mayor quiero trabajar bautizando productos de maquillaje.
Se trata de un rubor entre bronce suave y rosado, marrón glacé incluso, con un núcleo sobrenatural, perlado, claro y cuajado de partículas en plata.


Va también a mi neceser directamente, por su envase compacto y fácil y la calidad de ambas partes. El colorete es sutil pero firme (no pude evitar el pensar en Ratolina al probarlo, a ella le fascina este tipo de rubor... aunque huye de las partículas brillantes). Sin embargo, en la piel los tropezones de glitter no resultan evidentes, y la luz inunda el pómulo, lagrimal, punta de la nariz a raudales:


Veis en esta imagen varios de los iconos de la colección: el iluminador y colorete, por supuesto, pero también el rotulador enmarcando mis ojos con una facilidad y una fidelidad que emocionan, y el jumbo de ojos y labios tiñendo de oro rosa mi boca. Este tipo de lápices no me gustan para el párpado por lo difícil que resulta trabajar el color, difuminarlo, al ser de larga duración.


Y un segundo look, esta vez cambiando solamente el labial. Garnet, barra de labios efecto terciopelo que tiene el acierto y buen gusto de no ser líquida y no ser extremadamente mate. Se trata de un color fresón profundo, rozando levemente el tono vino y quedándose a las puertas de las tonalidades baya. Elegante para un día en la oficina un poco más formal, perfecto para fiesta y noche pero sin perder frescura.
La colección Wild Nature encierra todo un universo de color,,,, que a mí me ha hechizado.

Decoración (2) Detalles para un cuarto de estar confortable

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Los detalles lo son todo en un piso que queremos convertir en nuestro hogar: una butaca que nos enamoró desde un escaparate, un regalo que ya es parte de nuestra biografía, una tela estampada bonita, un mueble vintage rescatado de la casa familiar...


En el anterior post os mostré el "esqueleto" de mi casa, el arranque, el comienzo en el que se rescatan muebles de anteriores pisos, casi todos clásicos y de maderas nobles conforme a mi gusto, y empiezas a crear tu propio rincón.
En esta actualización veréis cómo va evolucionando, por ejemplo, el cuarto de estar, que estaba bonito pero bastante básico e incluso algo viejuno por culpa de la mesa camilla.


Al igual que una de mis seguidoras de Instagram, yo detesto las mesas camillas, y si había transigido en colocar una al fondo de mi salón, entre dos de las seis sillas de mis abuelos recién tapizadas, era por no tener nada mejor en aquel primer momento.
Pero eso cambió cuando a fin de septiembre mi madre y yo cobramos nuestras respectivas nóminas, (ñam) y, aunque aún bastante descapitalizadas, unimos nuestras fuerzas para buscar un par de butacas rompedoras que abrieran un poco el clasicismo del salón.
Y a fe que encontramos. Así estaba la citada habitación al principio de los tiempos:


Ahora he relegado la mecedora al rincón de lectura, junto a una lamparita, su hábitat natural. Y había un espacio vacío junto a la mesa de comedor que he llenado con las dos sillas que habíamos colocado de modo temporal como apoyo del sofá, pero de cara a las invitaciones que pienso organizar y estoy ya ofreciendo en mi casa, hacía falta algo más confortable:


Esta butaca que se ve en primer término fue un amor a primera vista: la vi en el escaparate de la tienda Blanca Rencurel, en la calle Bretón de los Herreros de Logroño. Costaba ciento ochenta euros, precio accesible para mí, y tiene mi tonalidad favorita, ¡oro pálido! Esos brocados medievales y esa forma que recoge los riñones y permite estirar los brazos por detrás del respaldo fueron lo que me terminó de enamorar.

Vista nocturna- luz artificial

Esta segunda butaca fue más una idea materna y, como tal, me la regaló mi madre. La encontramos en la tienda Muebles Milán de Logroño, en la Avenida de Portugal, y era mucho más cara (trescientos veinte euros), pero me decidí porque pese a su aire de trono de la reina ("sillón isabelino", dice una de mis amigas), resulta moderno si lo comparas con el resto:


Y porque tiene un respaldo alto que va perfecto para mi abuela o para alguno de mis invitados habituales que sufre de la espalda.
Y, como colofón, elegimos entre las telas que teníamos en casa esta cretona inglesa de flores en fresa y oro, mis colores y los colores de las sillas tapizadas, y mi madre hizo un almohadón y entre ella y yo, con la máquina de grapas de mi padre, tapizamos dos banquitos que habían dejado los antiguos dueños, que decidí colocar a ambos lados de la butaca.


También he llenado el resto de mi piso nuevo con otros detalles, como la espada Dardo de El Señor de los Anillos que me regalaron mis amigas cuando cumplí los cuarenta años, o la cartera que me hizo mi amiga Merl con hojas otoñales cuando cumplí los treinta: ambas joyas adornan mi mesa de estudio en mi dormitorio.

L´Oreal X Isabel Marant : reseña de la paleta Smoke y del gloss Amaze magic

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L´Oreal se está ganando toda mi admiración, al ofrecer productos preciosos que funcionan..., y colecciones con grandes colosos de la moda, como Isabel Marant, creadora de las inolvidables sneackers con tacón oculto que arrasaron hace varias temporadas.


El pasado fin de semana estuve en Pamplona  (¡mi Pampaluna!) y aproveché para hacer una pequeña excursión al Corte Inglés con mis primas Cecilia y María (@Cecicarras y @McCarras), a quienes dedico este post. Ceci es gran amante, seguidora, incluso experta en moda, y literalmente se volvió loca de felicidad al descubrir una colección en la que L´Oreal homenajea a esta gran dama de la pasarela.


La edición se llama Wanted y contiene un embellecedor de piel, una colección de labiales mates, un dúo de sombras de ojos y un brillo especial para labios y pómulos. Todo con un empaque sobrio en blanco y negro pero con un punto divertido en forma de leyendas en los envases: las barras de labios llevan el verbo Smile impreso en él, y la paleta Smoke reza: donde hay humo, hay fuego.
Mi prima y yo nos compramos ambas el dúo para hacer un ojo ahumado, en cambio ella se decantó por uno de los labiales mates y yo me decidí por el moderno gloss para mejillas.



El dúo es fantástico: posee una sombra negra mate, algo que toda mujer debe atesorar en su tocador, densa y negra como la noche más larga, y una hipnótica sombra color esmeralda o petróleo, de base negra y con millones de burbujas verdosas y azuladas entretejiéndose en ella.
Mi prima tiene una absurda fe en mí, que en cuestiones de describir colores, olores y texturas soy medianamente buena, y hasta puedo decir que me defiendo en trabajar el rostro, pero que para todo lo referente a los ojos soy un auténtico desastre....


A pesar de eso me pidió que cuando probara la paleta grabase un tutorial en historias de mi instagram y eso hice, explicando las herramientas que iba a utilizar:
mi pincel Smudge (yo tengo el mítico de Sephora pero he visto varios así, de cerdas cortitas y apretaditas, en  varias marcas como Beter), y una brocha para difuminar, (yo guardo la mía de Wycon que compré en Roma como oro puro, pero existen muchas opciones en el mercado). Ahora pienso que hubiera sido mejor aplicar con otro pincel tipo lápiz, que en este caso sí, recomiendo el de Mac vivamente.


Pues el pigmento negro es tan negro y tan mate, tan poderoso, que al tomarlo con mi brocha smudge, muy densa también, tuve que trabajarlo mucho. Pero al final quedó un ojo misterioso, impreciso, emborronado como debe ser un ahumado en toda regla, y con el maravilloso broche final del verde esmeralda o petróleo aplicado en el centro del párpado y brillando entre tanta inmensidad negra.
El gloss no lo uso en labios, donde luce sin pena ni gloria, sino en pómulos, pues los deja jugosos, dulces, ingenuos y con un rubor algodón de azúcar que durante mucho tiempo busqué sin encontrar.

Abriendo paquetes: la nueva BB cream de Lola Make Up

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Ya dijimos que la recepción de paquetes repletos de maquillaje era la razón (cosmética) de existir de cualquier potinguera; y si traen una de esas novedades que han despertado ríos de fervor en la esfera de la belleza on line, con más motivo.


Creo sinceramente que el lanzamiento de la BB Cream de Lola Make Up by Persé es uno de los eventos de este otoño 2018 en cuanto a colorido, junto a las numerosas paletas (Norvina, Naked Cherry, etc...), y el fabuloso corrector Born this way Super cover que hará que dejemos de suspirar por el Shape Tape de Tarte.
Cada temporada tiene sus hitos y, en mi caso, en cuanto vi este lanzamiento en el instagram de la firma y en varias reseñas de calidad, supe que había nacido una estrella. ¿Será una estrella fugaz?, me pregunté. Ahora, tras recibir este paquete, tengo ya la respuesta.


En su origen, una BB Cream era un velo de color con tratamiento facial. Y recalco "en su origen", porque al occidentalizarse este producto coreano perdió parte de sus propiedades y se fue volviendo más "una crema con color y gracias si tiene factor de protección".
En cambio, este nuevo producto recupera esa esencia primera que había perdido su brillo: nos encontramos ante una cobertura ligera aunque modulable que envuelve un cóctel de buenos principios activos para la piel.


Pues al factor solar veinte, que no es mucho pero para invierno basta, se le añade el aceite hialurónico, la vitamina E, el extracto de olea europea  y un complejo aclarador y anti manchas, basado en la Uva Arctostaphylos, perfecto para encarar el otoño después de los estragos solares del verano.
Y casi tan beneficioso como lo que tiene es lo que no tiene: ni alcoholes, ni siliconas oclusivas, ni derivados del petróleo. Pero nada de esto tendría sentido si luego la BB Cream no dejase un efecto bonito en la piel, pues cumple un papel importante también como maquillaje...

Recién aplicada, dos capas

Sin embargo, no es el caso. El cutis queda jugoso, resplandeciente y unificado, no digo corregido pues no es su función. Y siempre con el ”bonus track” de sentir mi piel verdaderamente tratada: ayer la extendí sobre el rostro desnudo, sin crema hidratante debajo, y se vio confortable.
Mi único miedo al oír hablar de ella por primera vez fue que se tratase de un tono universal, ya que leí que a Gadirroja, mil veces más morena que yo, se le adaptaba... Pues a mí también se me adapta, regalándome un ligero matiz dorado que no me importa en absoluto, al revés, neutraliza rojeces.
Con el paso de las horas no abandona a parches aunque sí se atenúa, porque no es ni pretende ser un producto de larga duración:

Tras cinco horas de uso

Me enviaron también el Love Lipstick en el tono Strawberry Peck, que estoy probando con más calma y que podéis ver en esta bucólica imagen. En cuanto a la piel, se nota cómo necesito con urgencia un corrector de ojeras, pero el color luce uniforme.
Por todo eso, el dúo que forma junto al citado corrector de Too Faced va a convertirse en el sustituto de mi base de maquillaje de cabecera, Toleriane Teint de La Roche Posay, que tristemente me dijo adiós en septiembre. En definitiva, esta estrella ha llegado para quedarse fija en mi firmamento.

Pink wth a purpose: el fabuloso dúo de labiales de Bobbi Brown contra el cáncer de mama

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Hoy, diecinueve de octubre, el mundo celebra, apoya, siente la esforzada lucha de millones de mujeres contra esta dura enfermedad, que gracias a la ciencia cada vez tiene un porcentaje más alto de finales felices.
Y la batalla comienza en la concienciación: la del autocuidado y la de numerosas firmas que cada año se suman al rosa...


En el terreno del maquillaje destaca la labor del grupo Estée Lauder y, en esta ocasión, he querido comprar el dúo Pink with a purpose de Bobbi Brown, que posee un nombre feliz: me visto de rosa pero con una causa, como ocurría en el maravilloso vídeo de los turbantes que subió hace un año Ratolina a su canal: de fondo sonaba esta deliciosa canción de Jess Penner tuiulada Life is rosy, cuya sola audición serena el ánimo y lo sumerge en la dulce vitalidad que transmite este color.



Y es que hoy la vida es rosa, aunque no te guste este color, aunque te recuerda arquetipos con los que no comulgas, aunque pienses incluso que no es adecuado utilizar la palabra “lucha” porque el cáncer no es una guerra sino una enfermedad: por un día dejemos atrás preferencias y polémicas y sintámonos invadir todas por igual por la marea rosa.
Bobbi Brown contribuye a esta marea vistiendo de un fucsia alegre, vibrante, el impecable envase de dos de sus barras de labios más míticas: Pink y Sandwash pink, en una adorable cajita rosa: el dúo cuesta cuarenta y cinco euros, muy razonables teniendo en cuenta lo que piden por un solo labial de la marca, y va a parar íntegro a la ayuda para investigación.


Pertenecen a su gama de barras de labios más básic de la marca, que ya de por sí es lujosa: aquella en la que nació el mítico Lip brown de la firma, color labio subido que era lo que yo andaba buscando aquel sábado en Pamplona cuando me acerqué al rincón de Bobbi Brown. Se trata de labiales sólidos, cremosos pero en su punto justo y de acabado semi mate.


El tono Pink en realidad lo compré para regalárselo a mi ahijada en su décimo octavo cumpleaños: dieciocho velas son motivo suficiente como para poseer un labial de calidad y lujo, pero ella fue tan amable como para dejármelo probar y retratar: es el que protagoniza la primera foto del post anterior, un rosa fucsia cálido y sólido, poderoso y lleno de vitalidad y ”buenas vibraciones”.



El tono Sandwash pink es el que me quedé yo, pues me embrujó desde que la dependienta de Bobbi Brown Pamplona lo abrió para mí. El acabado como ya mencioné es sólido y “mate cómodo”. La textura es muy duradera..., y la tonalidad resulta inefable. Porque no es rosa tierno, ni tono labio, ni marrón suave rosado sino una unión de estos tres conceptos. Transmite serenidad, feminidad, candor..., pero también fortaleza, la poderosa delicadeza de una mujer que decide no tirar la toalla.

Novedades en Nyx: lápiz Faux blacks & brillo labial Lingerie glitter

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No, yo no os voy a hablar de la paleta Swear by it de Nyx, aunque sea la novedad más brillante que ofrezca la firma en este momento. Me costó resistir sus cantos de sirena en el madrileño local de Goya, con la dependienta embrujándome, susurrando "alucina con ella".
Y sí, aluciné con la variedad y calidad de sus colores...


Pero yo iba a por productos muy concretos, tuve claro que no quería atesorar paletas enormes, así que por ahora resisto al invasor, ignoro por cuánto tiempo ya que es una auténtica maravilla.
Seamos serios, no necesito otra paleta (y menos de cuarenta sombras) en mi tocador... Sin embargo ando siempre muy falta de lápices para delinear mis párpados, por lo que quise probar otra novedad excelente de la firma: los Faux blacks.


Hermanos pequeños (o mayores) de los famosos Faux whites que tanto triunfaron el año pasado, falsos blancos cremosos para perfilar la línea de agua y abrir la mirada, que a mí no me funcionaron ni mucho ni poco: tengo esa zona muy rebelde, por lo que nada me aguanta, y además me daban aspecto sucio, todo lo contrario del efecto que pretendían.
En cambio a ras de pestañas superiores, me favorece mucho el acabado un poco descuidado, emborronado, grunge, y la textura cremosa que se pueda ahumar y no pretenda una perfección que yo no me veo capaz de darle...


Así que me lancé al alegre mundo de los lápices no negros pero casi, que por cierto, me esperaba una base realmente negra con diferentes matices, al modo de las míticas Night series de Nars.
Éstos son azules, berenjenas, verdes olivas mates con un fondo oscuro y misterioso en su composición, pero algunos de negros no tienen más que el nombre, por lo que me llevé los dos tonos que más me apetecían:
- Onyx, un gris marengo denso y con un interesante punto petróleo
- Burnt sienna, un marrón chocolate quemado que me evoca ligeramente al Teddy de Mac


Cada uno cuesta 6,90 euros, y por ese precio ya os adelanto que me parecen un auténtico hallazgo. Combinan dos superpoderes opuestos: la fijación y la capacidad de difuminarse. Porque hay un par de segundos mágicos en los que puedes malear el trazo, pero luego queda imborrable.
De Onyx me encanta el halo de bruma nocturna que consigue, lo que hace unos años yo definía como ”mirada Laura Ponte”. Burnt sienna me gusta porque es más alegre y casual, y resalta a la perfección mis ojos color miel.


Otra de las, no ya tan novedades pero que para mí lo son, que quería probar, son las versiones Glitter y Shimmer de los míticos labiales Lingerie. Aquí debo hacer un inciso y decir que sufrí una pequeña decepción, porque pensé que iba a ver total correspondencia entre labiales mates y brillantes: Ya me veía luciendo el magnético Embellisment o el erótico Exotic pero en modalidad brillante y escarchada..., y no.



Sí que encontré la equivalencia de un labial que siempre me había intrigado, pero en mate no veía que fuera a resultarme favorecedor: Euro trash, que por cierto, vaya nombrecito, propio del brexit. (¿Trash no significa basura en inglés? ¿Basura euro?) Un tono labio cálido, más amarronado y rojizo que el clásico “mauve” de moda, y repletito de purpurinas diminutas y mojadas, que hacen que el labio centellee, maraville, seduzca:


Y hasta aquí mis compritas en Nyx en el pasado fin de semana en la capital, pocas pero magníficas. Van directas a mi neceser.

Charlotte Tillbury llega a Sephora: labial Matte revolution Sexy sienna

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Un flamante mueble expositor, centelleando el oro rosa y el cristal de sus envases, luce desde hace un par de semanas en el primer plano de la perfumería Sephora en Logroño.  Es la firma Charlotte Tillbury, que aterrizó recientemente en España y a la sazón, en La Rioja.
Yo lo que quería era probar su famoso dúo de iluminador y contorno, pero hasta ahora han traído las fastuosas barras de labios y el "skincare":



¡Oh, los buenos tiempos en que decíamos "tratamiento facial", aunque nos ahorrábamos este bonito baile de oclusivas velares sordas! El mencionado Skincare es "mágico" y por eso cuesta en torno a cien euros por lo que está fuera de mi alcance: prefiero gastarlos en un buen vestido de pana color esmeralda, que dura más.  Pero déjenme mi ración de frivolidad y sueño en lo que hace a los labiales:


Treinta y dos euros cuesta este envase de auténtico lujo, una columna dórica de color oro rosado. Las barras de labios son junto a los coloretes mi producto de maquillaje favorito, y sin dudarlo mi producto fetiche por excelencia. A lo largo de mi vida las he visto bonitas, feas, funcionales, claramente hermosas... ¿Me creeréis si os digo que esta belleza no tiene parangón en lo que estamos acostumbrados a ver?



La colección lleva en su mayoría nombres en honor a distintas actrices famosas, porque Charlotte es la maquilladora de las estrellas actuales, del mismo modo que Max Factor lo fue de las estrellas clásicas. Además, se declina en labiales de acabado brillante (llamados K.I.S.S.I.N.G) que a esta ciudad de provincias del Norte no han llegado), y los ya míticos Matte revolution, que como su nombre indican son mates y no son ninguna revolución, pues se trata de la textura imperante en el mercado.


Sin embargo, cuando la barra escogida rozó mis labios por vez primera, caí en la cuenta de que el nombre está muy bien puesto, pues sí supone una revolución dentro de los labiales mates la suavidad y cremosidad de estas pequeñas gemas.
Sexy Sienna fue mi elección, por la inimitable sienna Miller: adoro su sonrisa y sus pecas, y el hecho de que cuando luce un conjunto casual, fuera de fiestas y alfombras rojas, suele pintarse los labios en colores melocotón.


Y eso justamente es Sexy sienna: un melocotón glorioso, aterciopelado y de una duración sobrenatural, sin pesar en el labio. En la anterior imagen lo podéis ver a plena y radiante luz del día, y en mi rostro sin maquillar, para demostrar cómo ilumina el rostro entero. Más naranja que rosado, cálido e intenso pero aún dentro de la discreción, tiene un cierto matiz calabaza que lo hace muy a propósito para estos momentos de otoño y pre Halloween.

Maquillaje de Halloween 🎃 con la paleta Confort Zone (Wet´n Wild) "Mi familia ya no me habla"

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Mi primer clickbait, ¡chispas!... No, en serio: el nombre de este maquillaje, ("Mi familia ya no me habla"),  tiene un poso de verdad que paso a explicaros ahora mismo:


Varios de mis tíos y primos. además de mi mejor amiga, me siguen por Instagram y están acostumbrados a fotografías más o menos bellas, o al menos saben que ésa es la intención.  Pueden hacerse ustedes idea de la sensación que se llevaron al comenzar este fin de semana y ver publicado un ensayo tétrico de maquillaje para Halloween. ¡No les gustó!
España se divide, en esta época, en dos: quienes disfrutan de la fiesta y quienes la odian un poco, por pensar que es importada o por creerla demasiado macabra.


Y es que un fuerte tabú rodea realidades como enfermedad y muerte y lo comprendo, porque ambas generan mucho dolor. Yo me considero una persona trascendente y con dosis alta de esperanza, y aún así, tampoco me gusta manosear ciertas cosas, y créanme que no deseo ofender...
Pero, a la vez, me gusta la caracterización y como blogger de belleza (que no maquilladora) una vez al año me permito ciertas veleidades.


Y como no soy nada pro, me gusta sacar a pasear lo que tenga en el tocador en ese momento y ver qué posibilidades tiene, sin comprar látex líquido, sangre artificial ni nada que se le parezca. Halloween de andar por casa o para neceseres básicos, lo llamó Miss Potingues una vez.
En este caso utilicé, principalmente,  la paleta Lemonade craze de Maybelline que compré en verano, la paletita Confort Zone que ha reformulado Wet´n Wild, y el clon de brocha Ita del Primark para contorneados.


Lo primero fue preparar la piel o, mejor dicho, des-prepararla: durante el día anterior y en esa misma mañana no puse nada de tratamiento en mi cara ni en el contorno de mis ojos. Ojo, sí que la desmaquillé, que no quiero castigarla sólo por un maquillaje, pero quería marcar todo lo que hubiera en mi cutis de líneas de expresión, poros algo dilatados o rojeces. Cero mimo extra en un día y medio, sin más.
Luego, apliqué base de maquillaje y la sellé... con la brocha "mojada" en una mezcla de las sombras blanca mate y amarilla mate de la paleta Lemonade.


A continuación... las ojeras: mezclé en el pincel de difuminar de Wycon la sombra color ala de mosca tornasolada ("sombra urraca", la llama Ratolina, clon de la Club de Mac o Label whore de Too Faced), con las dos sombras marrones mates de la misma paleta, Confort zone, las que están a ambos lados. La idea es matificar un poco y ensuciar algo más ese matiz tan bonito y dúo cromo de la sombra.
Para perfilar la nariz y dar aire de sangrado en las aletas, mezclé esta misma sombra con la fucsia mate de la Lemonade y lo extendí con la brocha "Ita".


Me encanta y aterroriza esta imagen, porque junto a la que da entrada al post es la ue puede causar más miedito: en el cristal se refleja un personaje envuelto en vestiduras blancas... que, por supuesto, soy yo .
Para los ojos y los labios tiré de la sombra negra mate, muy densa y pigmentada, del dúo de Isabel Marant para L´Oreal. En el párpado móvil o apliqué con los dedos, mezclando con las sombras pardas y con pegotes de rímel. En las comisuras de la boca, difuminé mucho y combiné en los mismos labios con sombra blanca mate de la Lemonade.


Y por último, lo que más me gustó hacer: el contorno enfermo y herido del pómulo.
Para ello primero tracé una vena con la "sombra urraca" (o escarabajo, o color ala de mosca") de Wet´n Wild. Por encima, la brocha "ita" trazó un contorno grueso, aún sin sacudir de la sombra fucsia pero mojada también en la marrón mate más clara...
Et volà! Con tres o cuatro productos que pueden tener por casa, un blusón blanco amplio y la melena sin peinar, presento esta mezcla de muñeca diabólica y enferma en psiquiátrico de alta seguridad.
Como siempre, "es maquillaje, diviértete"..., y si te has sentido molesta por las imágenes o por alguna indelicadeza en la que haya podido incurrir, te pido mil perdones.
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