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Cosmética de farmacia (I): Cerave, Loción hidratante & Contorno de ojos

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La cosmética de parafarmacia se ha convertido en el último grito, la sensación del momento en belleza. Y yo me alegro, pues se trata de una moda muy útil.
Más aún en estos días de cuarentena en los que la visita a la farmacia vecina, apenas cruzar la calle y una vez a la semana..., es toda nuestra vida social.


Por eso comienzo hoy toda una saga sobre lo que las farmacias pueden hacer por nuestra piel, que es mucho y muy variado.
Dividiré las reseñas por marcas pero también por funciones: empiezo con Cerave, firma que ya es de culto entre las entendidas, y por el principio: la hidratación más básica, que a menudo se nos olvida en este festival de ácidos, suplementos y abrasiones al que nos ha conducido el siglo XXI.


Cerave es una marca norteamericana de las que allí llaman "de droguería", es decir, con un rango de precios relativamente bajo, y sin embargo ofrece principios activos de primera calidad. Pertenece a esta nueva ola de casas que han logrado la democratización del lujo.
Que si quieres comprar las lujuriosas cápsulas de Elizabeth Arden para aportar ceramidas a tu piel eres muy libre de desembolsar los setenta euros que cuestan, y que el mérito de patentes y sofisticación nadie se las niega, pero las simples mortales también tenemos derecho a gozar de ellas por un precio mucho más accesible.


Y la loción hidratante de Cerave, que adquirí en una farmacia de Madrid por once euros y medio y volví a comprar en Mi Farma por nueve euros con sesenta y cinco céntimos, es en sí un cóctel de buenos ingredientes para hidratar la piel: glicerina y la ahora tan famosa niacinamida en primer lugar de la lista, y antes de la silicona (que sí, también está), tres tipos de ceramida para sellar el agua en la piel, hacer que dure, nutrirla.


Os cuento mi experiencia: cuando la compré por vez primera me gustó muchísimo, pero al mismo tiempo estaba utilizando la CC Cream de It Cosmetics como maquillaje, y de repente sufrí una tremenda reacción. Tiene mucha razón mi peluquera, Andrea de Mishea Peluqueros, que se ha formado y siempre dice que no es bueno unir en un producto el tratamiento (que penetra la piel) y los pigmentos (que deberían quedar en la superficie).
Spoiler alert: se viene una fotografía que puede herir sensibilidades:


Sí, así estaba mi piel hace unas dos semanas, en mis últimas días de Oporto, entre la zozobra por el virus y la alergia brutal. Decidí no maquillarme en absoluto y no utilizar otra cosa que una bruma calmante...
Ya en España, mi cutis se restableció pero pedía nutrición a gritos. Y como durante el viaje perdí la loción de Cerave, y también necesitaba un contorno de ojos y protección solar, decidí también hacer un pedido a Mi Farma:


Para no eternizarme, piropearé a esta eficacísima farmacia virtual en otra ocasión, el asunto es que en veinticuatro horas tenía en mis manos estas dos joyas.
Me acabé de enamorar de la loción hidratante de Cerave, que ya había recomendado por activa y pasiva la maquilladora Sara Herrera, y me lancé con el contorno de ojos siguiendo la sugerencia de la gran Rebe:


Ambos productos contienen las tres prometidas ceramidas, que han dejado mi piel elástica y jugosa como nunca. El contorno posee, además, ácido hialurónco.
Yo suelo ser muy escéptica con las cremas que se aplican en esta zona porque casi nunca noto mejoría. Pues bien: la crema reparadora de ojos de Cerave ha desinflamado mis incipientes bolsas y planchado las líneas de expresión que asomaban: ni más, ni menos.

Yo sin maquillaje, salvo barra de labios

Ésta es mi piel a día de hoy: hidratada, jugosa, radiante..., y aún con rojeces porque la loción no está pensada para combatirlas, y por eso no es justo pedirle que lo haga ni enfadarse al ver que no lo hace. Ahora es momento de alternar con productos que contengan bisabolol, aloe vera y el resto de mis principios activos favoritos.

Y sin maquillaje... y sin gafas de sol

Pero esta sensación de plenitud, de "colchoncito" confortable  que ha vuelto a mi rostro es obra de Cerave, y en el contorno de ojos también la podéis percibir. Con eficacia, con precios sublimes y con envases básicos pero cuidados, dotados de una estética clínica que a mí me enamora en su sencillez.

Cosmética de farmacia (II): Toleriane Ultra 8 de La Roche Possay y otras brumas

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Calmar una piel reactiva, sofocada de calor en verano o ruborizada de calefacción, estrés y malos hábitos en invierno, resulta difícil a largo plazo pues no hay nada más lento que erradicar rojeces ya instaladas..., pero desinflar el volcán a corto plazo es sencillo aplicando una bruma facial.


Un gesto que en los últimos tiempos se ha puesto muy de moda, y no hay casa de perfumería que no haya propuesto su opción.
Desde las anticuadas pero efectivas aguas de rosa (la de Carla de Bulgaria era fantástica), hasta el mist de distintos aromas de The Body Shop o el tónico de Açai berry de Ziaja con su dispensador modélico, pasando por la bruma de Kenzoki que también probé en su momento o las versiones orgánicas como la Leche virginal de Yipsophilia...


Hoy repasaremos las que ofrecen las farmacias, siguiendo nuestra saga. Podemos encontrar aguas termales, aguas vegetales y brumas con distintos principios activos.
Las primeras fueron mi primer hallazgo, son muy puras porque proceden de manantial o glaciar y se encuentran en formato aerosol, por un lado inflamable pero de aplicación cómoda y gozosa.
La de Avene salvó mi piel en su primer brote de rosácea, hace ya veinte años...


Sin embargo, no es mi favorita, pues huele un poco a gas: debe contener mucho nitrógeno.
Un agua termal barata y muy buena es la de Be +, de botella enorme por unos siete euros, además de fabricación patria, aquí en Navarra. Y mi preferida es la de Evian que utiliza nitrógeno natural y que compro en todos los aeropuertos antes de un viaje: es un secreto a voces entre las francesas, no hay gesto más puro ni más chic.


Dando un paso más, descubrí el Agua de Uva de Caudalie: no soy muy partidaria de esta firma, pero toda regla tiene su excepción, y de ellos me cautivan sus perfumes basados en las bodegas francesas y su bruma, que además de tener agua calmante contiene Vitis Vinifera, uno de mis principios activos de cabecera porque es antioxidante a la vez que calmante.


Pero a comienzos del confinamiento y aún en Oporto, con la piel ardiendo de miedo y estrés, encontré una bruma de farmacia magnífica. Firmada por La Roche Possay, cuya agua termal también me fascina, y perteneciente a la gama Toleriane en la cual se inserta mi base de maquillaje de cabecera, como expliqué en mis cinco favoritos de la marca hace ya cuatro años.


A las diversas cremas, la limpiadora y el maquillaje de la línea añaden ahora una bruma que se llama Ultra 8 por contener sólo ocho ingredientes: el agua termal, la glicerina, la alantoína y el propanediol, principios con alto poder lenitivo, el pentilenglicol que aunque suene muy a química es humectante y de origen vegetal, la carnosina que es un dipéptido antioxidante y el ácido cítrico en último lugar.
En cristiano: un cóctel de buenas vibraciones y cero por ciento maldad.


Este tubito mágico no es barato, ya que por sus cuarenta y cinco mililitros piden dieciséis euros, pero en pocos días desinfló mis demonios logrando que la piel, con ayuda de unas escasas gotas de maquillaje (Toleriane, por supuesto), luciera así.

Cosmética de farmacia (III): Me tiño en casa con Color Elixir de Apivita

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A mí estar encerrada no me cuesta. En serio. Mientras haya libros que leer, series y películas que ver, padres con los que conversar, vídeo llamadas para vídeo llamar, trabajo para teletrabajar y limonero para limonear..., habrá diversión.


El problema era el pelo. Mi pelo. El pelo de mi madre. Mi madre tenía aún más derecho a quejarse porque yo no padezco de canas, pero en definitiva ambas sentíamos nuestra melena hecha un cirio, como supongo que os ocurre a todas vosotras. ¡Ay, las peluqueras...!, cuánto les agradecemos y nos acordamos de ellas ahora.


Hoy hice la compra en el supermercado de El Corte Inglés, y como el circuito de seguridad me conducía a la parafarmacia que también estaba abierta, pues me dije, voy a buscar un apaño para mi dulce madre y para mí. Y así ha entrada de nuevo Apivita en nuestras vidas.
Esta firma griega y orgánica me chiflaba, y he recordado por qué.


Su tinte natural sin amoniaco ni siliconas ni ppd, pero con ácido hialurónico, aceite de argán y miel es... una égloga de Virgilio y un acierto seguro.
La caja contiene un tubo de tinte muy retro, al estilo de los tubos de acuarela: una crema reveladora con boquilla y varios sobres de crema post color. Mezclar ambas fases resulta facilísimo, si yo puedo puede cualquiera...


Luego hay que aplicar de raíz a puntas, aprovechando el dispensador, aguardar treinta minutos, aclarar hasta que salga espuma y masajear con la crema para después del tinte, que hidrata muchísimo el cabello y huele a natillas, ¡ñam! Tres minutos después vuelves a lavar, secas, y... la magia ha sucedido.

El antes
Yo elegí el tono 8.38, rubio claro, ideal si quieres volver a ser rubia porque eres rubia de corazón pero no deseas acabar como Doris Day. En mi caso, porque voy a compartir el tinte con mi madre, que a mí no me importaría...
Lo que vas a encontrar es un brillo uniforme en tu melena, una suavidad espléndida y un color que cubre lo que debajo hubiera. En la anterior imagen aparezco hace casi dos semanas, recién llegada de Oporto:

El después

Casi la misma postura, la misma pose gamberra saludando el limón..., pero han transcurrido veinte días de confinamiento ¡y una sesión de tinte casero con Apivita!


Lo que más me gusta es la sensación de movimiento que deja , "como si fueran mechas" han comentado en uno de los sucesivos grupos de WhatsApp por los que ha viajado la foto antes de ser pública, y el infinito brillo:



Que no piensen Andrea y Miriam, de Mishea peluqueros, que ya no les necesito..., pero gracias a las tijeras de mi madre, Apivits y mis propias manos puedo también sobrevivir y ¡brillar en tiempos de cuarentena!

Bésame mucho: Rouge Signature Brilliant de L´Oreal

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¡Feliz Domingo de Resurrección!
Hace unos días tuve mi primer y casi único episodio de claustrofobia..., y no, no me salté la cuarentena porque no estoy loca y un resto de civismo vive en mí, pero al abrir mi correo vi una promo de Maquillalia, con un mensaje que parecía dictado para esa hora y ese momento: "¿Estás de morros? ¡Nosotros te los pintamos!"


Y decidí hacer algo de lo que no me siento nada orgullosa: un pedido frívolo, un pedido sin que medie necesidad alguna, un pedido porque sí..
¿Que estaba cansada de los dos labiales que me había llevado a Oporto, que son los que tengo conmigo? Sí. ¿Que me apetecía probar lo nuevo de L´Oreal? Sí, otra vez. ¿Que una promoción de tres por dos más una esponja de regalo se me hizo irresistible? Sí.


Una vez dadas las explicaciones/acusaciones, y apuntado que el cartero dejó el hermoso paquete en el portal, vamos al lío. Por veintisiete euros conseguí:
1) dos de los novedosos Rouge Signature Brilliant de L´Oreal que aquí estoy reseñando,
2) una esponja tipo Beauty blender suavísima pero made in china y en la que no se especifica la ausencia de látex, y
3) un labial de Bell que llevaba tiempo deseando y que protagonizará el próximo capítulo de la serie Bésame mucho en este blog.


Los Rouge Signature Brilliant son la confirmación de que Su Majestad el Gloss ha vuelto: L´Oreal no apuesta a ciegas. Pero ha lanzado una propuesta de lo más brillante: ¿por qué no aprovechar lo que hemos aprendido, en cuando a fórmulas y duración, durante todos estos años de reinado del labial líquido mate, y extrapolarlo en una tinta de larga duración pero acabado vinilo?


De toda su variada oferta elegí dos colores universales: Be captivating, un rosa batido de fresa que yo creí que tiraría al malva y sería algo más fuerte, por las imágenes que vi en el canal de My Crazy Makeup, la “culpable” de mi descubrimiento...,


Algo así como el homólogo en brillo del labial I rule de la anterior hornada de los Rouge Signature, pero no, no se parecen en nada: con una sola capa el gloss es más que lácteo acuático, casi transparente, rosa inocencia, y si aplicamos una segunda capa adquiere algo más de cuerpo pero virando hacia el melocotón, no hacia el "Mauve":

Be captivating versus I rule 

El contrapunto está en el segundo tono que elegí, Be brilliant, un rojo manzana de Blancanieves, rojo charol magnífico y muy apropiado par un Domingo de Pascua:


Enciende el rostro, alegra el alma y blanquea de forma óptica la dentadura... Una vez asentado tiene una transferencia mínima y dura ¡horas! luciendo así de radiante, jugoso, con ese acabado de caramelo, de piruleta roja que agranda también ópticamente los labios más finos:

Recién aplicado 
Dos horas después 

No pesa en el labio, no mancha, no se siente..., ¡y es una llamarada de alegría que nos habla de resurrección!

Mi receta de limonada: #yomequedoencasa pero con mi vermú

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Mi momento favorito de los fines de semana pre confinamiento eran las largas y perezosas horas del vermú, a ser posible en una terraza. Ahora que nos quedamos en casa, he incluido esa deliciosa costumbre en todos mis días, en mi terraza y de forma saludable:


Porque el peligro del vermú no reside tanto en lo que se come sino, sobre todo, en la bebida. Y es que de nada sirve que me prepare unos snacks vegetales o crudités, o unas buenas aceitunas aliñadas de mi tierra..., si remato la faena con Coca Cola, por la que sabéis que siempre he sentido debilidad: normal o Zero, es el mismo despropósito, pues los edulcorantes son casi tan perniciosos como el azúcar.

Días mejores... que volverán

En Oporto encontré la solución, pues en el país vecino sirven en cualquier garito con terraza limonada natural como bebida recurrente. Y mira por dónde, ahora se revela como arma para mantener las defensas bien fuertes. No, el limón no mata nada, y menos algo tan serio como el virus que nos acomete, pero la vitamina C siempre resulta útil.



La descubrí en la Fábrica de nata, pero donde me enamoró del todo fue en el chiringuito Praia dos ingleses frente al mar de la playa ídem. Limón, agua y hielo únicamente,y la delicia por una larga tarde de sol y vistas panorámicas.
También puede saborearse frente al río y el famoso puente de la escuela Eiffel, en Cais de Ribeira, en un tugurio maravilloso que se llama Panorama Gabarito..., o en la cosmopolita Rúa Santa Caterina, en el café Majestic:


Donde te clavan seis euros por tan majestuosa experiencia, eliminando el atractivo principal de esta bebida que, además de sana, resultaba muy barata en otros establecimientos. Pero el ambiente de época vale la pena...
Dependiendo del lugar, te la servían más o menos ácida, siempre con su sobrecito de azúcar que yo no utilizaba.


Y cuando volví a España y encontré el limonero en la terraza de mis padres, me dije ¿por qué no?
En las primeras ocasiones exprimí dos limones y no hice nada más que añadir agua, por lo que necesité equilibrar con una punta de azúcar moreno.
Pero hoy en día ya he dado con la receta perfecta que no necesita endulzar:


Ingredientes:

1 limón
1/4 litro de agua fría
Hielo en cubos o picado
3 hojitas de hierbabuena fresca
Opcional: 1 curcharadita de azúcar moreno


Partir el limón en dos mitades, cortar a una de ellas una rodajita y reservar.
Poner en el fondo del vaso dos hojas de hierbabuena fresca (en en supermercado de El Corte Inglés se encuentra sin problemas) y exprimir el limón por encima. Macerar la hierbabuena y el limón, dejar que se amen durante unos diez minutos.
Cuando se vaya a tomar, añadir agua fría y hielo hasta completar el vaso, y colocar la rodaja de limón y la última hoja de hierbabuena. Yo con estas medidas no necesito azúcar ninguna.


Variaciones: muchas personas la enriquecen con jengibre, otro ingrediente de moda y repleto de propiedades. Mi nutricionista suele utilizar agua carbonatada, lo que da aún más sensación de refresco amén de saciar el hambre y servir de merienda entre horas.
Pero la mejor alternativa es la que me propuso Hellen, de El libro de conjuros de Tita Hellen, y es ¡cambiar la rodaja de limón por dos fresas partidas en rebanadas!


Esta última variación es maravillosa para acompañar toda la comida, porque vas rellenando con agua a medida que el vaso se vacía y el sabor a fruta perdura, no se evapora.Y sabe a frescura, a mojito, ¡a pura vacación y aire libre!


Cosmética de farmacia (IV): Post Destroyer (Uriage, Isdin y la silicona)

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No es oro todo lo que reluce en los anaqueles de las farmacias.
Me enfadan, sobre todo, las cremas de textura pesada e ingredientes facilones cuando quienes acuden a estos establecimientos suelen ser propietarios de una piel problemática...


Con el tiempo he aprendido a leer entre líneas: no solo existe letra pequeña y tramposa en los contratos...
Nada que se publicite como destinado a pieles sensibles debería llevar:
Dimethicone
Alcohol Denat
Mineral oil/Petrolatum,
al menos en la primera mitad de la formulación.
Estamos todos muy concienciados con el perfume y los conservantes, ¿verdad? Pues estos tres arriba mencionados son demonios aún mayores.


Y grandes colosos de la parafarmacia, francesa y de otros lugares, suelen abusar de ellos. porque son baratos: Avene, Heliocare... ¡Uriage!
Hoy me toca hablar de la parte menos agraciada del pedido que hice a MiFarma, web de la que recibí un trato eficaz y rapidísimo: en veinticuatro horas tenía en mi poder las dos joyas de Cerave que eran la causa de mi pedido..., y luego un variado que tuvo suertes diversas e irregulares.


De Uriage me llamaba mucho la atención su agua termal, que es isotónica por lo que no reduce ni aumenta las células de la piel.
Es lo que más se salva delos productos que voy a criticar en este post, aunque no me pareció más mágica o calmante que otras aguas termales que haya probado. Se ve que es de mineralización potente, lo cual significa riqueza para la piel y escozor en los ojos: cuidaos de que entre alguna gota porque... ¡sabe a sal!


Después viene una bruma seca de protección solar con facto cincuenta de la misma firma, que estoy probando aún, y que aunque menos ligera y seca de lo que promete y con un olor a señora bronceándose en la playa que me incomoda bastante, veo que es un buen producto porque protege muy bien y no provoca cataclismos...


Desastres, volcanes y terremotos que sí provoca la crema Roseliane de Uriage, de nefasto recuerdo, porque se supone destinada a borrar rojeces, es decir, a apaciguar una piel enfadada, y sin embargo me llenan la fórmula de petroquímica en altas proporciones y sin bloquearla con buenos principios activos como el bisabolol,el aloe o la manteca de karité...


Ya me dio mala espina, nada más abrir el paquete, el hecho de que me enviaran la versión con SPF 30. Mirando detenidamente mi pedido descubrí que el error era mío, pero yo no quería unir tratamiento con factor solar porque como bien advirtió una vez Miss Potingues, no suele acabar bien.
Mirad la densidad de la crema: no, no es una textura rica e hidratante, sino gorda y empachosa.


Por si fuera poco, pedí algo que llevaba tiempo queriendo y temiendo, con razón: el pincel minera de protección solar de Isdin.
Un boom de hace un par de temporadas que ya en su momento descarté porque era un nido de sliconas oclusivas. Sí, lo sabía, pero me dije "en polvo hará menos daño", o sea, me engañé.
La unión de estos dos monstruos en mi cutis dio un resultado predecible:

Material sensible, again

Una piel que se estaba restableciendo de una alergia anterior, y con la bruma de La Roche Posay y la loción de Cerave ya casi estaba, le quedaban unas rojeces mínimas que quise terminar de borrar y proteger del sol y... ¡booom!
Pero si épico fue el cataclismo, aún lo fue más la solución victoriosa, que llegó de la mano de Gema Herrerías, como podréis leer en el próximo capítulo.

Cosmética de farmacia (V): Mascarilla Ultra hidratante de Gema Herrerías

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Si épico fue el fallo que llenó mis mejillas de islas de granitos rojos, épica fue también la solución, que vino de la mano de Gema Herrerías. 💎
Esta farmacéutica sevillana, entrevistada hace poco en la revista InStyle, forma parte de la nueva ola de influencers que hablan de la piel desde el derecho y la sabiduría que dan un título universitario (y de ciencias), y años de trabajo silencioso.


Ella, además, ha dado el gran paso: ha creado toda una línea productos con su nombre y sus propias formulaciones, que con razón pueden denominarse magistrales.
En el artículo que leí recomiendan su limpiadora al aceite, y también es objeto de culto su loción tónica con ácido azelaico, pero lo que mi corazón de piel roja anhelaba era su mascarilla ultra hidratante, pues al leer los ingredientes en la página web...


Caí presa del amor loco, lo reconozco. Señoras, esto no es una fórmula, es un poema bucólico, una égloga pastoril de Garcilaso de la Vega:


por ti la verde hierba, el fresco viento,
el blanco lirio y colorada rosa
y dulce primavera deseaba,


parecía susurrar en mis oídos. Glicerina, karité, almendras dulces en el inicio, ácido hialurónico a la mitad de la fórmula, un sinfín de extractos de plantas y flores, entre los cuales reinan... ¡la rosa damascena y la camomila!


Ole, ole y ole, que dicen en mi tierra que también es la suya. Así se hace un buen producto, sin necesidad de engordarlo con ingredientes baratos pero de pésima calidad. Veinticinco euros cuesta este delirio, y podría costar diez euros más que yo los pagaría gustosa, pero tampoco dejo de agradecer esta bonísima relación calidad precio.


Nada más abrir el tubo, de setenta y cinco mililitros, sabes que el campo ha entrado en tu tocador. Huele a flores silvestres, y la textura es acuosa y deliciosa, gozosísima. Con un suave masaje desaparece entre los dedos dejando solo hidratación:


Y ahora llega el momento de confesar que soy una rebelde. Según la makeup artist Sara Herrera, a la que sigo desde sus inicios, las indicaciones de esta mascarilla son: aplicar dos veces a la semana, en capa gruesa y masajear en la piel.
Pues yo la utilizo todas las benditas noches, extendiendo en capa fina y sin magrear mucho mi tez, vamos, como una crema nocturna al uso.


Y a mi piel le sabe a gloria: tras solo un par de días apareció de nuevo radiante, hidratada, desinflamada, ¡sin maquillaje! E incluso, cuando deseo arreglarme un poco más, con unos leves toques de corrector Shape Tape de Tarte y polvos mosaicos de Avene luce así:


Además de ultra hidratante podrían haber bautizado la mascarilla en cuestión como ultra calmante, por los superpoderes que posee . No digo que deban beneficiarse de ella tan solo las usuarias de piel sensible, pero son esos cutis problemáticos, bonitos pero difíciles como una buena historia de amor, quienes mejor sabrán apreciar sus virtudes...

Cosmética de farmacia (VI): Muestreando con Cerave y Gema Herrerías

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Cerave y Gema Herrerías son mis primeros cosméticos hallazgos en este triste 2020: se han convertido ya en dos de mis firmas de cabecera. Comparten la liberalidad, la prodigalidad en ofrecer muestras al consumidor, por lo que hoy traigo al blog un "Muestreando" con dos de sus productos más icónicos.


Generalmente las muestras no suelen hacerme ilusión porque rara vez son personalizadas, y no sé de qué me sirven catorce viales del nuevo perfume apestoso y carísimo de la maison de turno...
Así, al comprar Cerave tanto en la farmacia de la calle Velázquez en Madrid como en el pedido de MiFarma me llenaron de sobres grandes de crema corporal, cuando yo soy bastante golosa y rara con lo que me unto en el cuerpo.


Sé que la ausencia de aromas es una virtud para muchas consumidoras, pues tu crema no interfiere con tu perfume ni te empacha: yo sin embargo necesito que el tratamiento corporal me seduzca por el olfato. Pero  en Oporto decidí darle una oportunidad al empezar a usar mi colonia de vainilla de TBS, y me sorprendió su textura fresca y cremosa y su poder de hidratación.


En cuanto a ingredientes, hay petolatum y silicona uno detrás del otro, pero no me voy a poner muy tonta con el tema porque también incluye las tres famosas ceramidas, y glicerina en los primeros puestos de la formulación.
Aún así, no la compraré. Es eficaz, hidrata muy bien, cumple su función..., pero no me enamora.


Vamos a terrenos más amenos: en la farmacia de mi barrio venden Gema Herrerías y, cuando fui a por la mascarilla y un sérum del que os hablaré en un futuro próximo, me regalaron un par de sobrecitos de esta maravilla:


Limpiador y desmaquillante al aceite: en un principio yo había renunciado a los bálsamos aceitosos para retirar el maquillaje porque notaba que, a la larga, me saturaban e irritaban la piel. Ni la manteca de camomila de The Body Shop se libraba de mi criba. Y, de repente, llegan a mí seis mililitros de pura delicia que lo cambian todo.


La textura de este producto es en aceite, sí, pero un aceite denso y a la vez ligero, brillante y transparente, casi gel. Huele de vicio, por compensar la carencia de atractivos olfativos de la crema de Cerave. Pero aunque es un aroma embriagador el que desprende, no se nota para nada artificial: ya conocéis la máxima de la gurú cosmética Paula Begoun: "si huele bien, ¡no lo compres!"


Pues puede albergar todo un nido de malos ingredientes, toneladas de perfume o químicos explosivos. No es el caso: este producto de Gema Herrerías vuelve a convertirse en una oda.
Glicerina, dos ésteres de azúcar y la combinación de aceites de coco,  argán, almendras, jojoba y ricino, regalan una experiencia sensorial envolvente, de puro olor a limpio y a flores blancas, del estilo de la crema de manos con veinte por ciento de karité de L´Ocittanne pero aún más cautivadora.
¡Poco a poco, Gema, que me estás robando el corazón 💔!

Reflexiones en la bañera (XLV: vídeos de Youtube, baile y poesía en la cuarentena)

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Hace ya un mes que estoy confinada en Sevilla con mis padres y eso, queridas lectoras, merece llenar la bañera de burbujas y reflexionar.


1. La verdad, se me pasan los días sin sentir.
2. Ahora recuerdo por qué me costó tanto irme de casa, independizarme: ¡la vida con mis padres es una delicia!
3. Me preocupa muchísimo España: su salud, su economía y su política, cada vez más crispada. Me han quitado el sueño amigos y familiares enfermos, gracias a Dios curados ya...,  pero el confinamiento como tal no me pesa, más allá de un par de episodios de claustrofobia iniciales.


3. Volver a casa de mis padres... y encontrar un frasco granate de gel Moussel original en la bañera. Como la metáfora hogareña está sobrevalorada en estos tiempos, diré que me sigue sabiendo a niñez: es hundirme en su espuma y volver a ser una niña en vacaciones de Navidad.


4. Tres son las razones por las que en el 80% del tiempo no me pesa la cuarentena. Estar confinada con las personas que más quiero en el mundo ayuda, pero también que respetamos nuestros espacios y tener una rutina placentera, en la que cabe trabajar, rezar, leer, hablar por teléfono, ver vídeos de Youtube, aplaudir y... ¡bailar! todos los días.


5. Sí, bailar. Después de los aplausos, durante media hora nos desfogamos bailando en el salón. Es deporte, que completo ejercitándome con uno de los vídeos que me envían desde Curves, pero sobre todo es jolgorio, fiesta. Por eso he subido a mi canal después de tenerlo muerto largos meses un vídeo casero de medio minuto haciendo el ganso para sacar alguna sonrisa.


6. También he subido un mini recital para celebrar el Día del libro, ya que varias cuentas, como la juvenil Poeszentes o una con tanta solera como la del Premio de poesía Adonáis, me han pedido vídeos de este estilo: habrá más.

7. ¿Eso significa que resucito mi canal? No, sólo subiré a mis redes algunos vídeos muy breves, sin artificios ni pretensiones, porque me pesa la gente sola y creo que alegrar a los demás o intentarlo es el oficio más bonito que podemos tener.

Por eso subo aquí los vídeos que más me están ayudando en estos días:


"Your love", de Lime, incluida en el álbum Por fin es viernes de música dance y vintage. Es la canción que estaba yo bailando cual peonza. Energía ochentera en vena.






"Mi padre me maquilla": Ya sabéis que mi canal favorito de YouTube es el de Ratolina, y dentro de su canal mi vídeo favorito para no parar de reír es el de su padre maquillándola, y las tomas falsas: "pues de esto tiene un cajón entero...", dice mirando atónito a un huevo de esponja, ¡pobre hombre!



"Estoy atacá, de Martirio". Porque predijo este momento: ¡Estoy deseandito na más que de coger la puerta e irme! Y: ¡¡¡me voy a la calle a pegar chillíos!!! Porque cada vez que lo veo me vuelve la explosión de risa que experimenté en este verano con mi amiga Merl, cuando la descubrí y mi tío Javier inmortalizó, en un par de fotos robadas, ese momento:


Sí, echo de menos a la gente. Reír con la gente. Mis amigas, mi familia. Las llamadas y videollamadas dan de sí todo lo que pueden, pero nada sustituye esto.

TAG Construye tu propia paleta (como Miss Potingues y Tita Hellen)

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Me animo a seguir esta propuesta creativa y constructivista... ahora que tengo todo el tiempo del mundo. Bueno, la frase anterior es una clara  licencia poética, ya que estoy hasta las uñas de teletrabajo, pero aún así  hago este tag impulsado por Miss Potingues y Tita Hellen, dos blogueras de pro y amantes de las paletas de sombras...

Ay, mi tocador de Logroño...

En un principio yo no lo era, prefería las sombras de ojos individuales y aún hoy cuido minuciosamente cada compra, pues muchas veces acabas utilizando solo tres colores de la flamante nueva adquisición...
Precisamente el presente tag trata de unir nuestras sombras favoritas de nuestras paletas más usadas, construir nuestra paleta ideal y así, como apunta Hellen, suministrar ideas a los creativos: nosotras decidimos, ¡nosotras influimos!


Claro que no todo es siempre tan racional: una de mis piezas más queridas es la paleta Backtalk de Urban Decay, de la que no suelo utilizar ninguna sombra, pero que atesoro por coleccionismo y porque adoro sus coloretes rosas a juego con la barra de labios del mismo nombre, una  de mis favoritas...

Chocolate bar de Too Faced

Pero si algún creativo de alguna firma por algún acaso me lee, sabrá que mis tonos más usados  son los humo, topo y dorados durante todo el año,y los turquesas cuando llega el calor.

Mis paletas más recurrentes, las más amadas de mi colección, son la clásica Chocolate bar de Too Faced, la Petite Heat de Urban Decay y la Skin Deep Eye Palette de Nars. De las tres, la única que tengo en mi poder en Sevilla es la última, pero os voy a ofrecer swatches de archivo y, si es posible, looks de archivo también.



La Chocolate Bar fue uno de los primeros fenómenos paletiles en nuestro país, fue un regalo de reyes que me hizo mi padrino que entonces estaba en paro, y del cargo de conciencia que me entró, la uso más que ninguna. También porque es adorable, claro...
De ella elijo el tono Gilded ganache, típico tono humo chispeante y dulce que me apasiona, y dos sombras de color corinto igual de centelleantes y ahumadas: Black forest truffle y Candied violet. Esta última se sale de mi zona de confort, no suelen gustarme los morados, pero es que es preciosa...

petite Heat de Urban Decay

Una paleta de la que me gustan todas, repito, todas sus sombras, es la Petite heat de Urban Decay. Es la opción definitiva si te gustan los tonos cálidos que tanto se llevaron pero no quieres llenarte de cincuenta y dos sombras caldera iguales. Elijo las tres primeras, maravillosas para iluminar, aclarar y hacer transiciones, y la última:


un ciruela mate profundo absolutamente divino. Con estas cuatro sombras hice este look imperfecto (no tenía pinceles y mis cejas es mejor ni mirarlas), pero que sigue gustándome mucho por la fuerza que desprende.

On the rocks de W7, detalle

Dije que amo los tonos dorados, y la reina en estas lides es la Naked honey que no tengo una paleta low cost, que también merecen la pena, y mucho: la mítica On the rocks de W7, de sombras sedosas y pigmentadas, pura mantequilla y oro puro.


De ella elijo el tono ámbar, el oro verdoso perfecto para iluminar de un modo distinto el lagrimal, y su sombra mostaza mate: las tres se combinan en este look y pueden mirar con la frente bien alta a paletas de Anastasia.

Skin Deep Eye Palette de Nars

Sin embargo, mi paleta número uno hasta la fecha es esta de Nars porque, en materia de neutros, lo tiene todo: un tono piel muy sutil pero que aclara el arco que hay debajo de la ceja, marrones mates y un ceniza mate también que acabo de descubrir como ideal para la ceja misma, cobres y oros metalizados y...


La sombra más maravillosa del mundo de las paletas, ese topo metálico lleno de burbujas plateadas que hay en el extremo izquierda de la fila inferior. Misterioso, potente, obnubilador. Con él y con las dos sombras mates neutras marcadas en la imagen, que son las elegidas, me hice uno de mis maquillajes más inspirados y una de mis fotografías favoritas:


Pero, Rocío, has dicho que te gustan las sombras turquesas...
Sí, turquesa, aguamarina, color piscina azul, el paraíso de todas mis primaveras y mis veranos.., Y, para eso, nada como  la recién redescubierta paleta de Alicia en el país de las maravillas de Urban Decay, la primera gran paleta que me atreví a comprar:


De ella elijo dos tonalidades radiantes, soleadas: Alice y Absolem, turquesa y verde mar que se confunden e iluminan este reciente look;


Con esto creo haber llegado al final de mi paleta soñada: ahumada, brillante, con matices neutros también y con su ración de sombras de color azul piscina... ése que durante el verano del 2020 vamos a tener que imaginar y soñar..,

Mousse de chocolate 🍫 sin nata ni mantequilla (receta para Cris 🎂)

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Hace una semana fue el cumpleaños de mi madre y hoy lo es de mi gran amiga Cris: sí, Abril es un mes maravilloso..., y nada cruel.
Entre mi padre y yo conseguimos hacer un día especial dentro del confinamiento: lo que realmente necesitaba mamá era maquillaje y la parafarmacia del Corte Inglés estaba abierta, pero sobre todo...


¡Le sorprendí con una mousse de chocolate 🍫 ligera, ovovegetariana e impresionantemente rica!
Habrá quien piense que el regalo iba más bien dirigido a mí misma, que llevaba días con la crisis del “necesito chocolate” y, a la vez, con la furia fitness del “yo me quedo en casa pero hago ejercicio todos los días “. Ahora entiendo por qué Alma Obregón hacía cupcakes y corría maratones, una cosa llama a la otra...


El caso es que decidí hacer mousse de chocolate y aguacate como nos indican desde los portales healthy de moda, y hacerlo yo con estas manitas. La idea es que la grasa del aguacate, grasosa pero muy saludable, sustituya a la nata y a la mantequilla y al azúcar y a todo lo que se presente como malo y malvado.
De hecho en muchas páginas recomiendan endulzar con miel y la saqué a la mesa de trabajo pero luego decidí no usarla siquiera.


Basta y sobra con una taza de cacao en polvo, marca Valor como Dios manda, desgrasado o sin azúcar o como gustéis. Yo el que tenía #encasa era “a la taza” y por eso no endulcé con nada más.
Mi receta es una mezcla entre la de By Laura García, ultra moderna y chic, y la de mi tía Maite que es fetén y su mousse es mi postre favorito, por eso utilizo huevo y es ovovegetariana.


PRIMERA FASE: “NUTELLA” vegana

Ingredientes:
- aguacate 🥑
1 taza de chocolate 🍫 en polvo Valor
1 taza de leche de coco 🥥

Trocear los aguacates ya pelados y sin hueso, y echarlos en el vaso de la batidora. Añadir una taza de cacao en polvo y una taza de leche vegetal: la de coco, por su sabor denso y exótico, pega mucho en esta receta.
Triturar con la batidora hasta que todo sea uno.


Esta fase la he bautizado como vegana... a lo mejor de forma precipitada, porque habría que mirar bien los ingredientes del cacao en polvo. Pero seguro que en cualquier herbolario encontráis un cacao en polvo sin crueldad ni ningún ingrediente de origen animal.
Ya en esta fase queda maravillosa si la queréis tomar con fruta fresca troceada o con unas tostaditas de merienda.


Pero para conseguir la textura mousse hay que acceder a la segunda fase: en verano en las noches de estrellas fugaces mi tía Maite nos hacía una espléndida mousse, y la recuerdo batiendo claras de huevo a punto de nieve.
Yo batí dos, pero admite una tercera. Luego se añaden a la nutella vegana, mezclando con movimientos envolventes y no muy bruscos. ¡Y a la nevera!


Estas medidas están pensadas para dos raciones, tres algo raquíticas o si estamos en modo “un capricho pero sin pasarse”. Estuvo refrigerándose tres horas, y antes de sacar a la mesa espolvoreé con azúcar glass las copas de mis padres.
Os aseguro que nos chupamos los dedos, ¡estaba impresionantemente buena! La hice hace una semana para mamá que se lo merece todo...,  y hoy dedico la receta a mi amiga Cris: ¡feliz cumpleaños!

Uno de Mayo: Outfits de Primavera & Los Terminados de Adaldrida

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“Mayo me echa de menos”: hermosa frase dicha tal día como hoy por Sofía Montalvo, uno de los personajes más inolvidables de la novelista Carmen Martín Gaite. Mayo tiene algo especial, un no sé qué que qué se yo, que en este año se resume en una palabra:

Desde mi balcón 

¡Desescalada! Y en un sintagma, Nueva normalidad, aunque yo siga prefiriendo Pascua florida.
No suelo felicitar los comienzos de mes, pero en esta ocasión me ha apetecido rescatar la vieja sesión de Los terminados de Adaldrida, y hablaros de algunos outfits que están alegrando mi primavera en casa:


Estaba convencida de que en esta temporada no iba a estrenar prenda de ropa alguna, pero no contaba con mi madre, que en el Domingo de Resurrección me sorprendió con este vaporoso vestido de Pull & Bear comprado en plenas rebajas de enero en Sevilla, por diecinueve euros diecinueve...
Es fresco, bucólico, vaporoso, largo hasta el suelo y talla M. Reconozco que al ver la talla  pensé, “no entro”, pero sí..., porque estoy adelgazando.


Hoy mismo, uno de mayo, acabo de heredar de mi madre también esta camiseta de Zara, de precioso color morado y escote barco, talla L pero ceñidísimo, y no solo me cabe sino que me favorece. Que me perdonen las del Body Positive, yo me quiero a mí misma pero también me conozco muy bien. Y últimamente ¡me estoy sorprendiendo!


Talla L y muy L era esta blusa de falso terciopelo que me compré en Oporto, en un local de Natura, que allí son legión y traen muchísima ropa, cuando aquí en España están más enfocados a bienestar, regalos y complementos.
Es azul noche, floreado y muy gustoso. No es para nada suelto de caderas, que es el patrón que a mí me va bien, pero he notado que de un mes a hoy me encaja muchísimo más, y eso alegra.



Terminado de Adaldrida: uno, pero muy sabroso. Tengo que decir que la bruma Toleriane Ultra 8 de La Roche Posay  se me ha escurrido como agua entre los dedos porque es eso, ¡agua!
Y como predijo una lectora, se me ha hecho muy cara. Calculemos: cuarenta y cinco mililitros me costaron dieciséis euros en la farmacia Lemos de Oporto, mientras que el triple de cantidad de agua termal Uriage me ha costado la mitad, ocho euros con noventa y cinco céntimos por ciento cincuenta mililitros, en la web de Mi Farma.


¡Difícil decisión...!
Es cierto, me estoy escuchando a mi misma decir, que el producto de La Roche contiene principios activos valiosos, pero lo cierto es que el agua de Uriage posee también su riqueza y calma lo mismo. Creo que mi reseña de brumas faciales no queda completa si no declaro en este mismo momento mi amor absoluto a este agua termal isotónica.

Dos looks morados con la paleta Alicia de Urban Decay: fuera de mi zona de confort

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Voy a decir la frase que suelen repetir todas las influencers, como si lo fuera yo también, ea: os encantó, me preguntasteis mucho por la camisa o jersey de verano de Zara que os enseñé el viernes, y que en esta imagen parecía de color azul eléctrico:

No filter en ninguna foto del post

Pero que en realidad es... ¡morada! Un color que no suelo utilizar nunca porque no me gusta, aunque visto lo visto no sé si debería decirlo en pasado:


Porque la prenda resultaba tan hechicera, con ese hombro al descubierto y ese ceñirse al cuerpo pero respetando mi silueta, que nada más lucirla pensé en diseñarle un maquillaje compañero... y me salieron dos looks distintos utilizando solos tres (o cuatro) sombras de ojos.


Elegí la paleta Alicia en el país de las maravillas de Urban Decay, pero aunque sea una pieza vintage e inaccesible, pongo en juego cuatro tonos que tenéis a vuestro alcance en miles de firmas:

White rabbit: la sombra luz que podéis encontrar en cualquier perfumería o en vuestro cajón, basta que sea blanca y radiante.

Jabberwocky: en el segundo look delineo a ras de pestañas con este negro básico, eso sí, con algo de glitter, pero si tenéis una clásica sombra negra mate, sirve.

Underland: morada, soleada,alegre y sin mucho brillo pero satinada. La hay en muchas paletas. Y Queen: esta es un poco más especial y el alma del maquillaje, un ciruela con tornasol fucsia y metalizado, pero se pueden hallar opciones parecidas. La veo en cruce entre la sombra Trax de Mac y el colorete Sin de Nars.


Vamos con el primer look que fue, digamos, el "de prueba", para coger confianza. No diré nada de lo que llevo en labios y mejillas porque de eso trataré el miércoles o viernes de esta semana.
El asunto es que con un pincel de difuminar llené el párpado móvil con la sombra Queen y me gustó, y para rematar con otro pincel más pequeñito iluminé el lagrimal y luego  repasé las esquinas y la línea inferior con  la Underland...


Al día siguiente, sabiendo ya que "sí se puede", me vine muy arriba.
Y decidí usar la sombra Queen como colorete, y como labial coloreando con un pincel encima de un bálsamo. Me fascina cómo esculpe la mejilla, con misterio pero sin un átomo de oscuridad o suciedad.No llevo iluminador, y la piel brilla.



En los párpados, en cambio, le cedí casi todo el protagonismo a Underland, para hacer un rasgado más radiante. Solo di un toque Queen en el centro del párpado, y perfilé de negro a ras de pestañas inferiores para oscurecer un poco el morado en esa zona y subrayar la mirada.
En el lagrimal, mucha, mucha luz. La ceja me la acababa de depilar mi dulce madre, y yo la fijé con un bálsamo rico en ceras.


¿Qué os han parecido mis experimentos? Yo creo que me he enamorado de un nuevo color en mi fondo de armario... y de neceser.

La sensación del momento: paleta Witch Side de Essence (clon de nada)

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Witch side: nueva paleta de sombras de ojos de la creativa (y económica) firma Essence que me tiene embrujada.
Y es que  lo tiene todo: ofrece opciones de la mañana a la noche... y no es clon de nada, por más que puedan confundirnos las apariencias.


Sí, el empaque sugiere copia, aunque con bonus track holográfico, y la mitad de sombras de la paleta son rosadas y ciruela suave, desnudas, y hay pigmentos prensados de efecto mármol, y todo eso nos conduce hasta los mismos expositores de Huda Beauty...


Pero, como explicó la misma Arro en el vídeo que me cautivó y me hizo pedir de nuevo a Maquillalia (eso sí, el día en que se relajaba el confinamiento y ni una hora antes), la otra mitad de las sombras que posee esta paleta es original, bellísima... y útil para cualquier maquillaje, de fiesta o de comprar el pan.


Por once euros con noventa y cinco céntimos tenemos una paleta que ya vuela alto, que deja atrás definitivamente el low cost, no tanto en el precio como en la calidad. En redes me han preguntado si se parece a la fallida edición de las princesas Disney, que yo toqueteé en probadores (ay, hubo un tiempo en que esto no entrañaba peligros), y allí se quedó.



Obviamente, la respuesta es no. Las sombras de esta paleta pigmentan una barbaridad, las oscuras, las tornasoladas, y las claras mates también.
Y no se parece, o no del todo, a la ya clásica New Nude de Huda Beauty, y lo demostraré con un foto montaje, ya que yo no poseo la original.


A la izquierda tenéis una imagen promocional de la paleta de Huda, tomada de la web de Amazon, y debajo mis propios swatches de los tonos de la de Essence que "podrían encajar" con ella: un rosa y un malva pastel y mate, un tono piel radiante y dulce o incluso un plata ligero.

Pero a la derecha opongo la nueva creación de Essence, y debajo swatches de sus sombras más poderosas y especiales: otro plata más tornasolado y potente, virando a verde cual Erika de Lancôme, un negro denso y mate y pigmentado como la noche profunda, y...


Y sobre todo un azul de cuento de hadas, la sombra Gloomy que es azul noche, como  de miniatura medieval, aterciopelada y mágica, propia de los ciclos artúricos. Podéis imaginar que fue ella la que cautivó mis ojos, la protagonista de mi primer maquillaje al estrenar la paleta, junto a los glitters prensados...


Que pese a estar claramente inspirados, estos sí, en otras firmas de lujo, tienen su mérito y su utilidad para jugar a los efectos superpuestos.  Ese rosa con tornasol blanco me ha servido para iluminar un poco teatralmente el lagrimal:


La paleta se supone que es dulce y sonrosada, virginal... Pues yo me tiré a por los tonos más fuertes, señoras. Delineé con la sombra negra a ras de pestañas inferiores y me sorprendió lo cremosa, sedosa y duradera que es. Y luego cubrí todo el párpado móvil con la maravillosa Gloomy, azul noche, y encima di un toque de escarcha:


Se nos rompió el limón de tanto usarlo, ya sé... Intentare  diversificar mis escenarios pero es que éste es incomparable. Y en esta imagen la base se ve mal difuminada, pero l nueva sensación del momento es magia empacada en una paleta, ¡una sinfonía bruja de colores ideales y necesarios a la vez!

Cosmética de farmacia (VII) Bálsamo embellecedor de Avéne

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Veinte años han transcurrido desde que probé el primer producto de maquillaje de Avéne, marca de parafarmacia francesa por excelencia. Era su afamado compacto solar y a mí me pareció una plasta ortopédica, y cuando supe algo de formulación tampoco me convencieron sus ingredientes.


Sin embargo, el agua termal de Avéne fue la primera  que probé y me arregló el cutis y, en cuestión de colorido, es junto a La Roche Posay y Sensilis una de las pocas alternativas de lucir maquillaje hipoalergénico de probada calidad, ésa que certifica la compra en una farmacia.


En tiempos de confinamiento mi piel ha sufrido un estallido de rojez, como niña caprichosa que sólo quiere cenar lo que le gusta..., y mis labios parecían un desierto.
Así las cosas y con solo las farmacias y los supermercados abiertos, he podido reponer un viejo conocido y probar un nuevo amor de esta firma, que me trasmite a pesar de nuestros encontronazos muchísima confianza.


Los polvos bronceadores "Mosaico": aquí me vais a permitir una batalla de abuela cebolleta. Cuando llegué a Sevilla me vi muy blanca, me di cuenta de que no tenía polvos de sol y rebusqué en todos mis cajones: ya tengo muy poco maquillaje en casa de mis padres porque como es lógico mi madre ha ido utilizándolo.


Encontré uno de estos mosaicos de tiempos inmemoriales, del pleistoceno, sin polvera ya y muy machacados, pero los probé y me maravillaron... Así que en mi primera visita a la parafarmacia de El Corte Inglés me hice de nuevo con ellos.
Es una constelación de pigmentos cálidos, chocolate claro y oscuro,  entremezclados con algún melocotón para ruborizar la piel.


Combinados todos los colores, éste es el efecto en la cara. La enciende con los rayos de un sol satinado. Brillo, sí: yo que soy de ascendencia holandesa y nunca me bronceo de forma natural, no busco que unos polvos de sol me aporten naturalidad sino que arranquen fuegos artificiales a mis mejillas, que den vida, volumen, dimensión..., y estos lo hacen con sabiduría y magia.


Y ya que estábamos, caí con una auténtica preciosidad que es novedad, incluso: el bálsamo de labios embellecedor. Un producto multifunción que no solo hidrata gracias a un conjunto de ceras y lípidos, sino que maquilla el labio aportando un color enloquecedor.


El precio que ronda los veinte euros duele en el bolsillo, pero no sólo es que al tercer día de uso tu boca resucite: es que desde el primer momento en que lo aplicas descubres que podía para por una barra de labios de Mac, de Nars o de Guerlain. Palabra de hobbit pija que lleva décadas chiflada por los pintalabios.

Abajo Flormar, arriba Avéne

Existe en tres tonos: un rosa que no me atraía, un tono desnudo que tampoco decía gran cosa...,  y el Rojo Luminoso, un tono piruleta perfecto.
Pero mis lectoras tienen memoria y las estoy viendo pensar: pero ¿tú no te compraste un rojo Piruleta en Oporto? Lástima me da decirlo por los buenos recuerdos que despierta en mí, pero ese bálsamo de Flormar de bálsamo tiene sólo el nombre, destroza los labios en un santiamén.



En cambio el de Avéne, además de cuidar el labio lo tiñe y dura eternidades, pese a ese acabado jugoso de fruta madura.
Y es un tono labio aún más alegre y dulce que el Strawberry que compré en Portugal, aunque como muestra la imagen comparativa, ambos poseen ese acabado fresón húmedo y renacentista, entre el Locus amoenus y el Carpe diem.



Bésame mucho: hoy, Intense matt Framboise de Sensilis

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Hoy en realidad iba a publicar una entrada más larga, con más contenido e inspirada por la sin par Gadirroja, pero tuve un fin de semana movido con Lope de Vega y he comenzado el lunes hasta las cejas de tele trabajo, así que dejo el rescate gadirrojil para el miércoles..., o el viernes.


Y como no quería dejaros sin actualización -aunque estuve en un tris-, llega un post ligerito pero fresco y lleno de color: un Bésame mucho para presentaros un labial... ¡también de parafarmacia!
El colorido de Sensilis es la envidia de todo su sector en mi opinión, pues realmente parece alta perfumería y está anunciado por nada más y nada menos que Paz Vega.


Recuerdo con deleite su base de maquillaje Radiance Skin que conseguí en una farmacia de Haro y me salvó un verano entero:  está a la altura, en calidad y acabado, de mi amada Toleriane Teint de La Roche Posay..., aunque resulta mucho más jugosa.
Pues ahora llega.... ¡su barra de labios Intense Matt!


No, no es ninguna novedad, pero para mí fue un descubrimiento del pasado mes de diciembre en la parafarmacia del Corte Inglés.
Intenso desde luego, mate, mate... las amantes del mate verdadero dirán que no lo es, pero deja un velo saturado en el labio, muy hidratante pero carente de brillo. Lo que refulge es la cremosidad que aporta: este labial realmente cuida la piel de la boca.


Yo lo tenía en un tono frambuesa eléctrico el número 405, pero lo he regalado (tras higienizarlo, no me matéis) a mi amiga Merl, que me dijo "necesito un labial fucsia, alegre... y mate". Ya se sabe que yo surto a familia y amigos, para que luego me lo paguen llamándome derrochadora. ¡La Mamá Noel del Maquillaje soy!


El color es un grito de alegría que llama a tiempos mejores, sol y libertad para disfrutarlo, y además blanquea los dientes con ese efecto óptico que tanto nos encandila.
Lo combiné con piel jugosa, base mezclada con un chute de ceramidas de Cerave, y la parte más rosa del Color Trío Blush melocotón de Bell, que es mi rubor barato por excelencia. Y de los ojos nada digo..., porque lo voy a desvelar el miércoles.

¿Qué fue de los Jumbos? El rescate de Mayo de Gadirroja

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La sin par Gadirroja tuvo la idea genial de ir rescatando viejas glorias de su tocador..., y animarnos a hacer lo propio: así, cada mes anuncia un rescate, y yo en este mayo de desescalada he decidido unirme a su reto...


Pues ha tocado un tema que me mueve especialmente el corazón: los jumbos de ojos, esa útil herramienta de maquillaje que tuvo su correspondiente auge y luego pareció desaparecer de la faz de las perfumerías, como la misma Noelia dice al titular su post: ¿Quién se acuerda de los Jumbos?

Phyto Eyes Twist nº2 de Sisley

Hasta las marcas de alta gama lanzaron sus versiones, como Nars, Lancôme o Sisley, el primero que reseño para quitarme el mar sabor de boca ya que fue el único que no me convenció. El número dos, un gris ahumado con fuerza y misterio, era bonito, por dentro y por fuera, pero pagabas un dineral por un producto que se terminaba atorando. Su capuchón me arrancó lágrimas, no digo más.

Foto del pleistoceno en mi blog: 2009

¿Qué tal si comienzo por el principio..? ¿Qué es un jumbo?
Un jumbo es una sombra de ojos en formato lápiz, "lápiz grueso o gordote" nos gustaba decir, o en su acepción mas moderna, en barra retráctil, de textura más o menos grasa y gran eficacia y utilidad para llevar en el bolso.

Esta foto es "muy 2011”

Y esta, muy 2010, con el jumbo Milk de Nyx

Los primeros de los que yo tengo noticia, y de los que he rescatado estas dos imágenes de archivo, verruga y ceja salvaje incluidas (¡qué tiempos!), fueron los de Mercadona, bastante secos, y los de Nyx, pura mantequilla.
Ambos tuvieron su boom y de los primeros me quedo con los tonos dorado piel y verde musgo que lanzaron al comienzo, mientras que de los segundos el rey es el blanco mate Milk que aún sigue utilizando la youtuber Dirty closet en sus vídeos.


Pronto Bourjois, Astor y compañía sacaron sus versiones pero del maquillaje de gama media yo me quedo con los Water resistant de Deborah Milano. Por esa época yo ya estaba (y sigo estando) obsesionada por los tonos topo y humo en los ojos y para esos colores el formato Jumbo es un imán.


Porque se supone que el jumbo maquilla y da profundidad a la mirada en un santiamén, y eso digan lo que digan se consigue ante todo con un humo, topo o antracita. Como este número 14 de Deborah que utilicé en mi primer viaje a un congreso en Roma: ya había aprendido a adecentar algo la ceja...


Hace cuatro añitos llegó a mi vida el jumbo de Bell en el tono número tres, el perfecto color humo con brillo, mi tono favorito entre los favoritos: lo descubrí en Murcia en una maravillosa tienda ya desaparecida que se llamaba Muak Up Shop, y lo repuse en mi primer (y único) pedido a Online Cosméticos.


Este jumbo ha sido mi fiel compañero durante años, lo usaba incluso en maquillajes de fiesta como éste en Navidad, y sigue siendo una opción válida para mí, aunque resulte un poco graso queda bastante fijo en la piel.


Durante mi estancia de investigación en Roma descubrí los jumbos de Pupa. Casi no quiero reseña estas barritas mágicas llamadas Made to last, porque en España no se venden y resulta difícil conseguirlas, pero es que ¡son una maravilla!


En cuanto vuelva a Roma, regresaré a la perfumería Limoni para hacerme con el tono cinco, un topo ideal, y con el once, un color plomo fabuloso.  Aquí tenéis un look romano al que le tengo especial cariño, aunque sea por el marco incomparable...


Pero mis jumbos preferidos, los que resisten ahora y siempre al invasor, los que aún atesoro en mi neceser y no son cosa del pasado sino del presente son... ¡los Longlasting de Kiko! En la foto, veraniega por demás, aparece el jumbo turquesa que reina en mis párpados durante los meses de junio, julio y agosto...

Longlasting nº5 de Kiko Milano

Pero el que llevo siempre en el bolso es, ha sido y será, el número cinco, un topo cremoso y poderoso con el que me retraté por última vez junto al limonero de mi terraza, hace menos de siete días.

Look "Jugando a Pretty Woman" con L´Oreal y Mac

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Aprovechando que en el pasado sábado mi amiga Merl estaba en la cima de su creatividad, se sentía juguetona y me dijo "anda, pruébate estos sombreros y estos turbantes y te hago fotos bonitas"...


Pues nos montamos una sesión fotográfica de impresión y puedo ofreceros un look con labios rojos y distintos complementos que no suelo utilizar.


Pero la clave de mi crónica no era tanto enseñaros cómo jugué  por un día a "Pretty Woman", sino declarar mi amor rendido a dos productos de maquillaje de L´Oreal, uno nuevo y otro antiguo, que brillan y triunfan en este improvisado book:


Por un lado, el rubor Peach de los clásicos Le blush de L´Oreal que he gastado y comprado hasta la extenuación, lo llegué a reponer en el aeropuerto de Roma cuando volvía de mi estancia y, por supuesto, le regalé un ejemplar a mi amiga, que fue el utilizado durante la sesión fotográfica.
Y si tuviéramos este color en el antiguo envase de los Blush Déliciéux que anunciaba Laetitia Casta, sería ya el paraíso amelocotonado.


Por otro, el que ya puedo decir que es el nuevo Rojo-de-mi-vida: el Be brilliant de los Rouge Signature Brilliant de la firma. No pesa en el labio, no lo asfixia ni satura, ¡no notas que lo llevas puesto! Llevo usándolo desde que me llegó, estoy enamorada de la luz y el aire sofisticado que regala al rostro.


Esta gama es perfecta para llevar con mascarilla (si, como yo, piensas que no podrás renunciar del todo a este coqueto gesto de "pintarte los labios"),  porque, aunque no podamos decir que su transferencia absoluta sea cero, es de los labiales menos manchadizos, más duraderos y confortables que haya utilizado nunca. Brilla jugoso por horas y no necesita constante retoques.


Pero los párpados también jugaron a Pretty Woman, y para ello mi amiga me prestó una paleta que le habían regalado, y que resultó ser ¡de Mac! Firma que yo frecuentaba en sus sombras sueltas (Satin Taupe, Club, Sumptuose olive fueron mis favoritas), y que por lo visto se ha apuntado a la fiebre de las paletas.


Ésta es la Nutcraker Sweet Warm Eye, fue edición limitada en la Navidad de 2016 pero no importa que haya llovido un poquito porque utilicé tres tonos muy frecuentes en otros lanzamientos de esta o de otras marcas: un negro casi mate aunque con alguna partícula de glitter para delinear, un topo medio mate para la cuenca y un topo lleno de brillo para dar luz en el centro del párpado:


Trabajé el rostro con mi base de maquillaje de cabecera, Toleriane Teint de La Roche Posay, apliqué el colorete melocotón en las manzanitas de las mejillas, esta vez sin difuminar hacia la sien porque más que esculpir quería enfatizar la jugosidad.


Y ahí ya solo me quedaba marcar la boca con este gloss rojo y afrutado: un grito de alegría en los labios, que combina con cualquier complemento con el que te apetezca jugar en una infinita mañana de sábado y amistad.

Cosmética de farmacia (VIII) Protección y maquillaje solar de Ladival

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Verano, protección solar y piel sensible: un combinado explosivo, y este año le añadimos la mascarilla, como imposible sombrillita del cóctel. Pero tenemos que ser responsables, protegernos del peligro... de todos los peligros.


Creo que no sorprendo a nadie al confesar que no aguanto la mayoría de protectores solares del mercado, incluidos los que ofrecen las parafarmacias. Avéne, Isdin, Heliocare: alcohol desnaturalizado y siliconas mil. Not for me: sorry not sorry.
Por eso, cuando descubrí la gama de solares de Ladival, surgió el idilio.


Ladival, firma líder en Alemania y distribuida en nuestro país por los laboratorios Neocare, mantiene un precioso compromiso llamado conciencia azul para no dañar los océanos ni la piel de sus consumidores. Por eso evitan sus productos los ingredientes que hacen que una piel reactiva arda en llamas.


Hace un par de semanas descubrí esta delicada firma en una farmacia cercana a mi calle. Me llevé un par de frascos de protección solar ligera, en spray. No me gustan los aerosoles para aplicar en el rostro, porque siempre acabas respirando lo que no debes, pero adoro las brumas: son livianas y no obstruyen la piel.


Absolutamente líquida y blanca, no huele a nada y no deja fantasmal la tez. Resulta muy cómoda su aplicación, y no satura el rostro pero tampoco hace pelotillas por excesiva sequedad, algo que ocurre con algunos productos para piel grasa.
El precio de estos botes ronda los veinte euros unidad, pero los conseguí en una oferta por veintisiete los dos, como pack indivisible.


Veinte euros exactos me pidieron por su nuevo corrector solar, y volvería a pagarlos uno a uno. Más de diez días he estado utilizando esta pequeña barrita mágica, para darle tiempo a mi piel reactiva a enfadarse con ella...o no: ahora puedo decir que no solo no ha empeorado mi cutis sino que ha mejorado, eso sí, siempre con una cuidadosa limpieza nocturna.


El Corrector protector de Ladival posee factor cincuenta y un tono universal que a mí se me adapta muy bien, en mi piel holandesa un pelín bronceada. Lo he sumado a mi neceser de bolso y es todo el maquillaje que utilizo, porque se funde muy bien en puntos concretos del rostro, y así no manchamos la mascarilla.


Aquí podéis ver un maquillaje muy ligero: delineador de ojos, polvos de sol y un bonito labial melocotón metalizado. Y en mejillas, nariz y frente,  llevo el corrector protector spf 50 de Ladival, que luce jugoso mas no brillante.
Cómoda, fácil y segura: así es la protección solar con color que reina en mi tocador en este extraño verano.

Honey bronze de The Body Shop + You’re so cold de Bell = Verano

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Besada por el sol: palabras mágicas, el efecto más buscado en verano.
Estoy atravesando una etapa de sequía y cansancio, así que sin más literatura paso a presentar los dos productos que han dado calidad y frialdad al mismo tiempo a mis últimos maquillajes.


Y digo dos y no tres, porque yo tenía mis esperanzas contorneadoras puestas en la brocha de Maiko para tal fin, pero me ha parecido bastante mala: el trazo que se consigue con ella es duro y al menos la mía pierde pelo...


En un principio el contorno en barra de Bell tampoco me gustó, pues lo vi muy oscuro para mí: en la fotografía podéis verlo difuminado. Pero aplicado con mano ligera puede llegar a ser suave y adorable, ya que se funde adorablemente en la piel.


Respecto a los tradicionales polvos de sol,  tenía en mi lista de deseos la lujosa polvera de Hourglass pero al final piqué un poco más bajo, y tras un vídeo, cómo no, de Ratolina, decidí hacerme con los Honey bronze de The Body Shop en mi primer paseo sevillano.
Por dieciséis euros encontramos una polvera de inspiración Guerlain, y una pastilla cálida, dulce y dispuesta en un precioso enrejado que recuerda a un panal de rica miel.


Pensé que serían  mates y por esa promesa de naturalidad me los compré, en el tono uno que es el adecuado para pieles blancas. Pero me sorprendió el fulgor que desprenden las mejillas tras un par de brochazos generosos: la luz de sol a raudales baña nuestro rostro inundándolo de una alegría cálida.

Contorno You ‘re so cold de Bell sin difuminar 

Respecto al contorno, ha sido mi asignatura pendiente y decidí tomar alguna lección comprando esta precisa herramienta y estudiando canales de YouTube como el de la propia Ratolina, Leti de My Crazy Makeup y a veces Dirty Closet, amén de la sabia cuenta en Instagram de Sara Herrera.

Difuminado 

Yo no necesito contornear mi nariz o mi frente, pero sí tracé tres puntos en el comienzo de mi papada y uno a cada lado de la mejilla, donde arranca el hueso del pómulo, esa cantidad y no más, y difuminé con la misma brocha biselada, suave y firme a la vez, que me sirvió para extender la base de maquillaje: consejo de Marta que me ayudó muchísimo.


También apliqué el contorno en los párpados, ya que su color entre topo y chocolate claro resulta muy apetecible..., pero como veis se hace, sobre todo en verano, cremoso por demás.
Quise combinar este efecto soleado con unos labios mordidos, de efecto muñequita inspiración kbeauty: en el centro de la boca, gloss rojo Be brilliant de L’Oreal, y en las comisuras brillo labial transparente.
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