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Empecé a maquillarme en París (I)

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Comienzo con este post una serie de crónicas sobre París, mi ciudad europea favorita... Tan favorita que, pese a conocerla bien y haberla visitado en varias ocasiones, es el lugar que escogería para mi luna de miel.
Hoy os voy a hablar de mi primera visión de esta hermosa ciudad, que fue bonita y difícil (sí, como una historia de amor). Porque lo nuestro no fue un flechazo a primera vista, sino un lento enamoramiento con un personaje secundario muy especial: el maquillaje, que me salvó en los instantes de sombra, y es que es en París donde yo empecé a maquillarme.


...Hasta en la funda de mi móvil está París


Viví en París durante todo un curso escolar, Primero de BUP.
Mis padres consiguieron un año sabático, sobre el papel ese viaje en familia era un sueño, pero yo era una adolescente cabezota y no quería ir. De hecho me empeñé en no aprender francés, y no lo aprendí (sí, matadme en los comentarios.)
Además me inscribieron en el Lycée spagnol, un instituto que impartía clases en castellano y en el que reinaba un ambiente tremebundo. En el año que estudié allí, hubo robos, hubo drogas, hubo sexo explícito y hubo peleas con puñetazos y rodadas por el suelo de plástico verde vómito que nunca olvidaré.
Y todo eso lo vieron estos ojos míos: imaginad a la chiquilla más ingenua del mundo, ésa a la que ya en el tercer día de clase bautizaron sus compañeros con el mote de "la virgen perpetua" porque se atrevió a decir que ni había tenido ni pensaba tener experiencia sexual. Pues ahora vislumbrad la escena en la que, mañana tras mañana, llegaba la limpiadora al aula y nos decía: "chicos, ¿cuántas veces os tengo que repetir que no cojáis los condones de la papelera, que ya están usados?"
Comprended que para mí, París era el infierno de lunes a viernes. Pero luego llegaba el sábado y nos íbamos a Versalles. al Louvre, ¡a Sephora!: fin de semana tras fin de semana, aprendí a enamorarme de la ciudad.


Publicidad de Sephora en París

Incluso la parte mala, la vivencia dura, tuvo sus buenas consecuencias: maduré.
Descubrí las diferencias. Descubrí mis propias creencias y me aferré a ellas, pero sabiendo ya que no eran las únicas. Me nació la conciencia social al conocer a una chica polaca que, justo en el pupitre de al lado, era tan pobre que no podía comer. Literal. Eso me tuvo sin dormir varias noches, y cuando mi madre me preguntó le dije... "mamá, es que no es Bosnia, ni Somalia... ¡es a mi lado! ¡A mi lado una chica pasa verdadera hambre!" Y nos involucramos y al final supimos que aquella niña llamada Ewa Kaniowska terminó en la Universidad: nos lo dijo la jefa de la cantina del liceo, a la que pedimos que cuidara cuando nos marchamos.
Y descubrí Sephora, que no había llegado aún a España. Y descubrí el rímel, de la mano de "Un coup de théatre" de Bourjois, y el rouge melocotón, de la mano de la barra de labios "Par la vie", también de Bourjois. Y descubrí que el simple gesto de pintarse labios y pestañas te hace sentir poderosa, te hace crecer. Y para dejar de ser ingenua, intransigente o influenciable, para que no me pisaran pero también para aprender a no pisar..., casi como un gesto de supervivencia, comencé a maquillarme en París.


Empecé a maquillarme en París (II)

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Mi verdadera historia de amor con la ciudad del amor comenzó después: de vuelta, de nuevo en el Sur de España, tuve mucho tiempo para pulir mis recuerdos y quedarme sólo con los fines de semana de violines callejeros y luz a raudales a través de las vidrieras góticas. Es la belleza de lo que perdimos y no supimos apreciar en toda su valía, la terrible belleza del después.
Y regresé muchos años más tarde, en una  visita llena de color y de intuiciones geniales..., ya que empecé a maquillarme con productos de Nars en París.

Reloj de la dama del unicornio, regalo de mi madre 

A principios del año 2008, recién estrenada la treintena, me doctoré y mis padres me regalaron una semana en París. Aquellos siete días constituyeron el viaje de mi vida y terminaron por enloquecerme de pasión por la capital francesa. En ese último viaje de ensueño viví el París menos turístico: ya no tenía que subir a la torre Eiffel ni al arco del triunfo, eso lo había hecho en muchas ocasiones ya...

A cambio, repartía las horas embobada entre la sala de la dama del unicornio, del museo Cluny, y el enorme mueble de Nars del Sephora de los Campos Elíseos. Fueron mis dos grandes hallazgos, mis dos epifanías, y creo que al contemplar alternativamente la belleza en un tapiz medieval y en un rubor de comienzos del siglo XXI llegué a la conclusión de que el maquillaje era arte, y me nació el deseo de abrir un blog dedicado en exclusiva a ese mundo, un deseo que se hizo realidad algunos meses después.

Diamond Lil de Stila - Gina de Nars

Nos alojamos en el Colegio de España, en plena ciudad universitaria: si tenéis algún contacto con la universidad os lo recomiendo, es barato, cómodo y muy cálido. Y desde allí fuimos recorriendo iglesias, museos, parques y perfumerías. Me compré mi inolvidable barra de labios Scarlet Johansson de L'Oreal París. Y mi padre me compró en el duty free del aeropuerto el perfume Acqua Allegoria Mandarin basilic de Guerlain, sin duda uno de mis mayores amores olfativos.

En París en 2008 reencontré la firma Stila, que había desaparecido de España en 2006, y descubrí la que a día de hoy sigue siendo mi sombra de ojos favorita: Diamond Lil, poderoso color humo radiante. También me llevé la sombra Cloud, color nube en tormenta, que también me emociona pero no he podido conseguir de nuevo.
Y descubrí el universo Nars. Llevaba un tiempo leyendo maravillas sobre la marca en el foro de belleza Vogue, con Flopsy y La Romana haciéndonos soñar a base de descripciones de auténtica lujuria cosmética... y de repente todo estaba allí, en el enorme Sephora, y yo tratando de reponerme de un repentino ligue en plenos Champs Elysées, y queriendo elegir entre una multitud de coloretes de tonos imposibles. Fui convencional en mi primera compra, me llevé el rubor Gina, que  a estas alturas de 2015 sigue iluminando con su esplendor melocotón mate mis mejillas en un lunes cualquiera.

Mega haul: regalos de Cosuki Naru + unboxing en mi canal de YouTube

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Me hace extrañamente feliz haber ideado un título del que mi abuela sólo entendería las palabras regalos, canal y... las preposiciones. Es el título que da entrada a un relato casi de ciencia ficción, y enfatiza esa sensación de deliciosa irrealidad que me envuelve. Porque el pasado viernes creí por un momento que la Navidad se había adelantado y los Reyes Magos ya estaban aquí, pero no: sólo había una reina maga, Cosuki Naru, del blog My Celebrity Skin.

Es normal que entre bloggers nos hagamos algún que otro regalito. Kitty, de "Mil caprichos", me envió un frasco del perfume Pure DKNY de Donna Karan, Miss Potingues me mandó un lote de maquillaje mineral y un lápiz verde esmeralda hace siglos; y Mareas, de "Con los pies en la orilla", me regaló el labial Dolce vita de Nars al ver que yo había terminado mi ejemplar. Yo misma compré para Morgan, de "Mi maquillaje y otras frivolidades", algunos productos de la colección de Dita Von Teese para Art Decó, al ver cuánto le gustaban, o envié un par de coloretes de Nars a Mareas y a Gadirroja.

Paquete de Cosuki Naru 

Es una de las alegrías de tener bitácora propia y visitar otros espacios vecinos, una muestra de compañerismo que marca el inicio de una amistad, ya que en muchas ocasiones no nos conocemos de nada, tan sólo de leernos. Y se crean unos lazos increíblemente fuertes: ahora mismo, por ejemplo, tengo un grupo de wassap con Tita Hellen, Subflava y La Tía Maruja, y no perdono el verlas siempre que voy a Madrid, y hace sólo dos años no nos conocíamos de absolutamente de nada salvo de leernos religiosamente cada publicación en nuestros respectivos blogs.

Es justo lo que me sucede con Cosuki Naru: nunca había intercalado palabra con ella más allá de algunos comentarios en su web y en la mía..., y de repente me escribió diciéndome que quería mandarme algunas cosas. Así, por "San Queremos", sin ninguna intención oculta, sólo el agradecimiento por varios años de lecturas compartidas.
La colección de productos bautizada por Cosuki con el eufemismo de "algunas cosas", desfila ante vuestros ojos en mi último vídeo de Youtube, en el que me atrevo con un "unboxing": abrimos juntas el mega paquete en un vídeo plagado de exclamaciones emocionadas, porque esto no es el típico regalito entre bloggers, no: esto alcanza ya otro nivel:



En esta entrada sólo pretendo enseñaros los productos y dar mis primerísimas impresiones, pero me gustaría ver en comentarios vuestras peticiones, si queréis un post dedicado a algo en concreto.
En primer lugar, Cosuki me envía en un coquetísimo sobre color lila dos productos ecológicos para limpiar mi rostro: el exfoliante facial suave a los frutos rojos de Bio Beauté, la firma orgánica de Nuxe, y la mascarilla reequilibrante de L´Ocittane. Ambos son aptos para piel sensible y los he probado una sola vez. Últimamente veo que mi cutis necesita una mayor limpieza por lo que me ha venido de perlas el regalo. El exfoliante huele de vicio aunque es muy pronto para saber si de veras le sentará bien a mis rojeces. La mascarilla me ha enamorado, por lo limpia, fresca y confortable que deja la tez, ¡justo ahora que se me estaba terminando el tubo de arcilla rosa de Cattier!

Bio Beauté de Nuxe- L´Ocittane- Esdor

En el capítulo corporal, Cosuki me ha dejado con la boca abierta regalándome el exfoliante de la línea Vid Divin de Esdor. Mañana mismo voy a estrenarlo junto con una incursión en la bañera: me apetecía horrores probar esta marca porque compré una crema de la casa en Bilbao y me ha desaparecido en extrañas circunstancias.
Pasamos al terreno de las fragancias, y aquí llega una de las grandes sorpresas del paquete: encontré uno de los frasquitos de la línea básica de The Body Shop, en concreto la perteneciente a la gama de frambuesa, y pensé: "esto tendré que donarlo graciosamente, ya que será demasiado dulce para mí..."

The Body Shop

Pero la he probado y, además de durar todo el día como sucede con su homóloga la colonia de Karité, tiene un punto ácido que la vuelve completamente adorable. Con el tiempo daré mi opinión definitiva pero por el momento, mucho me temo que de regalarla, ni hablamos.
Junto a la colonia venía un labial de la marca de color frambuesa, muy vivo y dulce al mismo tiempo. Y si de barras de labios tenemos que hablar, debo confesar la honda emoción que me ha causado encontrar uno de los ya míticos "Acqua rouges" de Bourjois en el paquete. Se trata de unas barras de labios líquidas, ligerísimas y con tacto acuático en los labios, que hicieron furor en el pasado verano. Me recuerdo a mí misma en varias ocasiones con ellos en la mano, a punto de pasar por caja, y pensando en el último momento: "Rocío, no, que es un capricho y no sabes si te va a funcionar o todo lo contrario"...


Bourjois

Gracias a Cosuki Naru obra en mi poder el delicado color "Rosé on the rocks", acompañado por el trío "Rose Boudoir" de las nuevas paletitas de tonos desnudos de la marca que regalaré lo más seguro.
También incluía el paquete un par de productos de la nueva firma Look Expert de Better. Como señalo en el video, tenía muchas ganas de probar esta marca, pero desde ahora declaro que ellos sí que serán regalados porque su textura es sequísima para mí. Prefiero una duración algo menor y un mayor confort a cambio.

Balm stain de Wet´n Wild

El labial que sí me ha cautivado, y mucho, es el tono "See if i carrot" de los jumbos de Wet´n Wild: un vivo y alegre color caramelo de naranja que en el labio se torna amelocotonado, es justo mi tonalidad, resulta muy cómodo e hidratante pero tiñe la piel de la boca. Lo tiene todo.
Por último, venía alguna muestra, un colorete en crema de tono cobrizo de la marca DNI MakeUp, que por lo poco que he podido comprobar en la red se trata de una academia de maquillaje que comercializa sus propios productos, y... ¡mi primer kit para maquillar las cejas!

"Blondes"- Eyelure

De la casa Eyelure, la autora de semejante regalo ha tenido incluso la atención de elegir la tonalidad destinada a complexiones rubias. El estuche trae una cera fijadora, una sombra color ceniza y una sombra luz para iluminar el arco ciliar, gran detalle.
Lo que más ilusión me ha hecho es el cariño y mimo que desprende cada elección de producto: pensados para piel reactiva, en colores pastel y melocotones... Se ve que Cosuki es fiel lectora y eso sí que es un regalo cada día.
Y ya veis que tengo material para escribir otra media docenita de reseñas y crónicas... ¿por cuál empiezo?

Reflexiones en la bañera (XXII: Bomb Cosmetics y Esdor)

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El mes de noviembre es mágico. Se aceleran las ganas de Navidad, el Adviento se huele ya en el aire... Hay recitales poéticos y árboles rojizos en cualquier esquina. Y en las calles aparecen los mercadillos artesanales y los puestos de castañas asadas. Hace frío, apetecen los abrigos y las chimeneas, y llegar a casa y llenar una bañera de agua fragante, y meterse dentro a reflexionar, con buena lectura, una vela y el runrún de la radio de fondo.
Ayer reflexioné acunada por los aromas de la bomba de manzana y frutos rojos de Bomb Cosmetics... y envuelta en el sublime exfoliante Vid Divin de Esdor.

Bomba, velita y Telva...

1. Me he dado cuenta de que todos los productos que utilicé en este baño son regalados: comenzando por la bomba, obsequio de la perfumería Acoris; siguiendo por el maravilloso exfoliante por cortesía de Cosuki Naru, y acabando por la divertida mascarilla de chocolate, que fue un detalle de las chicas de Beautik. Así que me sumergí entre burbujas con un hondo sentimiento de gratitud.

2. Me gusta muchísimo la bomba de manzana y frutos rojos de Bomb Cosmetics, y sin embargo la prefiero entera en mi tocador, como objeto de decoración y ambientación, que derretida en mi bañera. Es algo que nunca me había sucedido, es raro, pero...
Ignoro el precio de esta maravilla porque como digo fue un regalo, pero lo calculo en torno a tres euros. Yo pensaba partirla por la mitad para aprovecharla dos veces..., pero fue imposible. No hay cuchillo que parta esto, por lo que te obligan a disfrutarla de golpe. Y eso significa que cada baño de burbujas te cuesta tres euros. Teniendo en cuenta que una hora y media de circuito hidrotermal en el spa municipal de Lobete en Logroño me cuesta cuatro euros, veo que mi baño de ayer noche me salió algo caro.

3. En cambio, durante diez días ha perfumado mi habitación, sin descanso, sin pausa y sin invasiones extrañas. Me estoy pensando seriamente comprar un par de bombas y repartirlas por la casa, pues desprenden un aroma sutil pero persistente, entreverando el frescor ácido de la manzana verde y la dulzura infantil de las frambuesas. Es un olor que me recuerda a mi niñez, más aún, a las navidades que pasé durante mi infancia en Vitoria, ya que me huele por un lado a las gominolas que compraba en la dulcería Gretel, a la colonia Oilily que usaban mis primas y a las muñecas Tarta de Fresa, ya sabéis, ese aroma a limpio y a golosina que despedía la goma de los muñecos y que tan bien ha sabido emular la Crema americana de Lush.

4. He dejado de llevar libros a la bañera porque acababan hechos una sopa, y no quiero yo que Calderón, Agatha Christie o ni siquiera Puck sufran semejante ultraje. Así que ahora me llevo revistas... y la sensación de desconexión es completa.

Exfoliante Vid Divin de Esdor
Perdonad la calidad de la foto, pero es que así veis su textura

5. Una vez derretida en el baño, la bomba es deliciosamente hidratante. Está compuesta al cincuenta por ciento de manteca de karité y se nota: sobre el agua se forma una bruma que es pura crema. Eso sí, mientras que para el cuerpo es un regalo, para el cabello es un engorro: yo siempre acabo metiendo la cabeza en el agua, y noto que me ha engrasado un poco las raíces. ¿Mi veredicto? Repetiré con ella, pero no como bomba de baño sino como ambientador.

6. Antes de meterme en la bañera, decidí realizar una limpieza de piel profunda y probar el  exfoliante Vid Divin que me ha regalado Cosuki. Y he de decir que me chifla:
Posee una textura fascinante que no es la de la sal en escamas de, por ejemplo, el scrub de naranja dulce de Delarom, ni la del gel granuloso de algunos exfoliantes básicos de TBS o de Sephora que he tenido. Tampoco, ni siquiera, la del aceite mezclado con azúcar de productos increíbles que he probado como el de azúcar moreno de Sephora o como el Himalaya Wisdom de Rituals, que hasta hoy eran mis favoritos. Esto es otro nivel: es una crema bien integrada, untuosa y ligera a la vez, con diminutas partículas en su interior. Rasca pero hidrata, y cuando entras en el agua en vez de notar cierta tirantez como sería previsible, sientes confort. Y huele a dulce de vino, a uvas moscatel en verano a la sombra de una higuera, a bodega en el mes de octubre. Es un aroma tentador que mi abuela ha localizado en seguida, preguntándome "¿esto lo traes para postre?"


Aaaaarg!

7. Y sí, me apetecía finalizar el post con una foto gamberra y me temo que absolutamente improcedente según la opinión de alguno de mis lectores anónimos, pero que resume el estado de relax y de alegría a que me indujo el hecho de llenar la bañera a final de un lunes.
Llevo una semana con unas ganas crueles de chocolate y, como siempre que me baño protejo mi rostro del vapor con una mascarilla, decidí usar un sobrecito de barro al chocolate de Montagne Jeneusse que me regalaron en Beautik. Huele a pura tableta Nestlé, sin más aditivos. No es la mejor mascarilla del mundo... ¡pero es la que más feliz me hizo!

Colección Merry Berry de Essence (o "malos tiempos para la lírica... del maquillaje")

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Anteayer llegó a las tiendas la que es, en mi opinión, la edición limitadamás esperada del año o, al menos, la más esperada del año... por mí: la colección de Navidad de Essence.
Esto es así porque otras colecciones firmadas por grandes casas como Dior o Guerlain despiertan admiración pero hacen tiritar de frío al bolsillo, y en cambio por menos de tres euros la marca alemana me recuerda, con un visual repleto de lujosos tapones dorados y abetos, que ya (casi) es Navidad.
Y la Navidad me vuelve loca de alegría, de siempre: de cuando era niña, de cuando dejé de ser niña y de cuando sigo siendo niña (o sea, ahora). Y el año en el que diciembre me pille de vuelta y me descubra diciendo: "pues mira, me dan igual las luces, me dan igual los abetos, me dan igual los regalos, me dan igual mis padres, tíos, primos y abuela y me da igual que Dios se haya hecho pocket size sólo para mí...", ese día habré muerto aunque no lo certifique ningún médico forense.

Colección Merry berry de Essence- photo by Myriam de Beautik Logroño

Y si un maravilloso pintalabios bautizado con el poético nombre de "Let´s the berry tale begin", que además cuesta dos euros con cuarenta y nueve céntimos, me recuerda que se acerca mi mes favorito y me llena de ilusión... ¿soy rematadamente frívola?

Porque parece que tenemos el deber de estar tristes. Ahora toca. Es nuestra obligación como ciudadanos responsables. Justo anteayer iba canturreando por la calle, y un vecino me preguntó ¿por qué estás tan contenta? y yo, sin pensar, respondí, "la vida es tan bonita..."Él repuso que la vida es terrible y yo me sentí avergonzada, terminé casi reprochándome a mí misma por estar tan feliz, tan agradecida..., y luego lo pensé bien y llegué a varias conclusiones:
La primera: hay gente que te dice si debes ser feliz o no y más aún, señala que la alegría es un síntoma de inmadurez. Así que frente a esa opresión falocéntrica (u ovariocéntrica, de todo hay), me tomo mi propia felicidad como un acto de rebeldía.
La segunda: no ayudo a nadie con mi tristeza, ni siquiera con una indignación que resulta comprensible y muy legítima, y en cambio la felicidad irradia felicidad.
Cada día rezo por París, al escuchar las noticias me envuelve por un momento la oscuridad..., pero también cada día doy gracias por miles de pequeñas luces que brillan casi sin que nosotros reparemos en ellas. Porque siempre venderán más papel cuché los divorcios que las parejas eternamente enamoradas, y los actos de odio arañan más minutos en la tele que las heroicidades grandes o pequeñas que nos inundan a diario.

Y sí, cada día tiene una lámpara escondida en el rincón más imprevisible: unas veces será una luz cegadora, como la noticia de que he conseguido "los ansiados papeles"... y en otras ocasiones será un pequeño chispazo, como por ejemplo un mensaje de wassap anunciando la llegada a tiendas de una preciosa edición navideña, y una fotografía en la que Myriam de Beautik Logroño me muestra un visual en forma de abeto del cual "cuelgan" racimos de pintalabios color baya.

Pink & Perfect- Lets the berry tales begin- foto mía
El iluminador de la colección- foto mía

Porque en este post quería decir que lo que me atrae de la nueva colección de Essence, y lo que he reservado, son sus preciosos labiales color baya, uno rosa fúcsia apagado y otro color mora (en cambio el rojo rosado es mate y la textura no me convence)..., y su iluminador que irradia un halo dorado como de luz de vela, una polvera que grita chimenea y villancico y noche de reyes y cuento de hadas desde su troquelado de estrellas y su tono de oro pálido..., pero me ha salido "esto".

Tercer descubrimiento olfativo del año: Grapefruit & Pink Pepper de 4711 (Y regalo de dos perfumes)

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Llevo un par de años en modo "ensayo-error" con distintas colonias, buscando el perfume de mi vida, ése que sustituya en mi corazón definitivamente a mi adorada (y descatalogada) fragancia Summer de Kenzo... y encontrando propuestas muy agradables pero que no llegan a protagonizar una gran historia de amor olfativo, más bien se asemejan a una prenda cómoda o a una amiga con la que reír y sentirse en casa. Y he llegado a la conclusión de que no todos los frascos que descubro tiene que despertarme un amour fou: ese sentimiento de "amistad" o comodidad hacia una colonia es también muy grato.

Perfumes en mi tocador
En 2014 cometí un par de errores: el más sonado fue la famosa Hierbas de Ibiza, que en mi piel no dura un segundo y que incluso para el verano me resulta demasiado fresca. Tengo más de la mitad del frasco intacto, así que si alguien está interesado, que lo diga en comentarios.

Llegó 2015 y me receté cautela: puede que a las primeras no encuentre el Perfume con mayúsculas, pero si voy a comprarlo, es necesario que dure en mi piel y que me haga sentir como en casa.
Dos premisas que cumplía perfectamente Sun de Lush, cítrica y alegre. Quizás demasiado cítrica para el mes de enero, pero la he terminado acabando porque me chifla lo vitalista que es, tiene una permanencia muy buena y resulta una de esas colonias agradables que merecen un lugar en tu vida, aunque no sea el puesto principal.
Luego descubrí la mítica fragancia Maderas de Myrurgia, que huele a tocador de dama antigua y que me acompañó durante los últimos meses del invierno, abrigando el inicio de la primavera. Es una colonia como de fondo de armario. En verano volví a pinchar con Eau de Kenzo: no digo que sea mala pero es la típica opción sólo de verano, con ese aroma a  playa, salitre y caribe: tengo el frasco casi entero, así que si alguien está interesado, que lo diga en comentarios.

Y justo en pleno verano, en mi visita a Bilbao, descubrí una auténtica joya atemporal, fresca pero femenina: la colonia Grapefruit & Pink Pepper de 4711.
Ya me la había recomendado Tita Hellen, pero no quise obrar de forma  impulsiva y me involucré con este perfume en uno de esos noviazgos largos, antiguos y sabios, repletos de espera e ilusión: la probé en Bilbao, la probé en Pamplona, la volví a encontrar en Logroño. Me encandilaba cada vez más, permanecía en mi piel, me recordaba a mi amada Acqua Allegoria Mandarin Basilic de Guerlain pero con una vuelta de tuerca llena de feminidad gracias a la pimienta rosa... y al final, a comienzos de octubre, legalicé nuestra situación comprándomela. Y no, aún no es el perfume de mi vida... pero me hace sentir feliz y chispeante cuando la llevo puesta, huele cítrica y sensual al mismo tiempo, y sé que la amaré siempre.

Kit de cejas de Eyelure: todo lo que necesitas a diario

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Depilar las cejas es un auténtico infierno.
Me veo venir con las pinzas que se acercan a mí cada vez más y más, y me doy un miedo supremo. Sé que va a doler. Mucho. Y sé que va a ser inútil, porque como no veo ni tres en un burro sé que siempre, siempre siempre quedará algún pelillo fuera de lugar.
Por eso voy a Yves Rocher a que "me hagan las cejas" por seis euros, y durante aproximadamente dos semanas soy feliz porque me veo la zona limpia y despejada. Luego comienza poco a poco a campar por sus respetos el reinado de lo salvaje, y claro que me molesta ver mi look descuidado, pero es que depilar las cejas es un... (vuelva al comienzo del post para completar la frase.)

Kit para rubias de Eyelure 

Al menos, ahora puedo maquillar esa zona para realzar su belleza recién depilada o para disimular un poco y minimizar los daños, gracias al maravilloso kit de cejas de Eyelure que me ha regalado Cosuki.

Yo nunca antes había tenido un kit así porque más bien mi ideal respecto a mis cejas es que no se vieran, cubiertas con el manto de la misericordia cual túnica de Harry Potter o Anillo Único que regala la invisibilidad, pero ahora ya no está de moda la ceja oxigenada ni anoréxica, sino poderosa, y cuando vi este estuche entre los regalos de Cosuki me alegré muchísimo.

No trae pinza, algo que puede ser un inconveniente para el resto de mortales, pero como yo he jurado no volver a acercarme a semejante instrumento de tortura, no me importa su ausencia. Trae un pincelito doble de esponjilla y corte biselado algo basto, prefiero usar un pincel de Martora. Y trae dos sombras y una cera fijadora que son #amordelbueno, entre otras cosas porque la cera fija que da esplendor, y mientras tanto las sombras no sólo sirven para vestir las cejas sino el look de ojos completo para un sencillo miércoles cualquiera.

Selfie retratado by my mum 


La sombra luz parece casi mate y demasiado blanquecina para mí, que prefiero los tonos más vainilla... excepto una época de mi vida en la que caí presa del hechizo del jumbo Milk de Nyx. Pero una vez aplicada, la sombra da la luz oportuna, se integra en la piel y es  #amor.

La sombra ceniza es mate y amable. Sin embargo, más que para definir las cejas la veo perfecta para dar profundidad a los ojos aplicada en el párpado móvil: por mucho que arrase el estilo Cara Dellevigne, yo tras haber usado sombra y cera aplicadas con el pincel que trae el kit, veo que el resultado se hace algo abrumador.
Por eso subo esta imagen en la que sólo utilicé cera, que posee el color y la textura ideales.

El estuche es cómodo, sobrio y coqueto a partes iguales... y un arma necesaria en el bolso de cualquier mujer del siglo XXI.

Cortar por lo sano: nueva visita a la peluquería Mishea y nuevo look

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Ya llevaba yo un tiempo con la idea de un cambio radical rondando por mi cabeza, pero no acababa de darle forma. Y, de repente, mi madre, que tiene también su toque gamberro, me dispara a bocajarro... ¿por qué no un corte de pelo a lo "garçon"?
Y... ¿por qué no? Ando sumergida en época de cambios: primero llegaron las despedidas dolorosas, compañeros y amigos que se mudaban de ciudad, y luego se sucedieron cambios dulces: sueños cumplidos, nuevos proyectos, un nuevo libro a punto de ser publicado... Mi cabello, que se había quedado algo débil en verano, quiso celebrar también tantas novedades y...

Foto by Myriam con su móvil 

Voilà! La tijera experta de Myriam de Mishea (calle Múgica, Logroño), un baño de hidratación y luz con el famoso barro de Secretos del Agua, y mucha, mucha decisión.
Quería algo parecido a un pixie pero con volumen en la parte alta y algo de pelo abrigando la nuca, porque no tengo cuello de cisne precisamente aunque me haya adelgazado también en este último año. Vimos algunas fotos de chicas de cara redonda y corte favorecedor, a lo Ginnifer Goodwin: le di carta blanca a mi peluquera y así comenzó nuestra aventura.

Foto by Myriam de Mishea con su móvil 

Las reacciones no se han hecho esperar:
- Mi dulce (y horrorizada) abuela: "¡Ya te crecerá!" Y... "¡Esas patillas!"
- Mi tía Conchita: "¡Por delante te sienta bien!" Y... "¿Así de corto lo querías?"
- My mum: (vía grupo de wassap familiar) "¡Rompedor y cómodo, me gusta!"
- Mi padrino: (vía grupo de wassap familiar) "¡Qué valor..." y "¡Te queda muy bien!"
- Tita Hellen: (vía grupo de wassap de Blogueras por el mundo) "¡Me gusta, es muy dinámico!"
- Subflava (vía grupo de wassap de Blogueras por el mundo) "¡Mencanta, pareces Campanilla!"

...Yo: "¡Cuánta comodidad!" En unos minutos se seca con difusor, incluso al aire tiene pinta de quedar bien, el rizo sale de forma natural aunque Myriam me ha regalado una generosa muestra del texturizador de Secretos del Agua. Están todos los productos de la firma al 20% de descuento por ciento (por el Black Friday, supongo), y en cuanto cobre me acercaré a por el Agua de lluvia que añoro amargamente, y que traté de sustituir con nefastos resultados como se ve en mi nuevo vídeo de Youtube.




Con este corte de pelo no tengo que andar buscando el santo grial en aceites y productos de peinado que no hacen otra cosa que aplastuciar el cabello. Y, por eso, la única reacción que de veras me importa es ésta:
Yo: "¡Se acabó el pelo pollo por una temporada!" Y también: "¡Sí, era esto lo que quería!"
Gracias, Myriam: quien tiene una buena peluquera, tiene un tesoro.

Tinte labial + bálsamo labial = la nueva chuchería de I love... by Douglas

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Lo último para consentir nuestros labios es sumar en un solo envase el tinte y el bálsamo labial, auténtica paradoja cosmética que me tiene completa y absolutamente rendida. ¿Cómo puede un único producto cuidar la delicada piel de nuestra boca y durar siglos al mismo tiempo? La marca I love..., de venta en Douglas, lo ha logrado.

I love... Dark cherry, 4,99 euros 

El día de mi dulce reencuentro con esa perfumería, (tan dulce que gracias a él mi bañera huele a vainilla y helado de crema), encontré esta novedad en una firma que hasta entonces me había cautivado exclusivamente por sus geles de baño y cremas corporales. Vi estos divertidos y golosos jumbos, en tres tonos (uva, fresa y cereza), y pensé: "por menos de cinco euros me arriesgo a comprar este último". Su color rojo dulce y su envase con tapón en forma de piruleta de corazón Fiesta me arrebataron.

Recién aplicado
Una hora y media más tarde

El tono y el aroma que desprende son, como diría la Tía Maruja, una auténtica chuchería. Es un rojo piruleta, fresón húmedo, un rojo golosina que huele a eso mismo, a las chuches en forma de fresita que compraba yo en mi niñez, y que mantiene un confort y un frescor inigualables: en la segunda foto lo llevaba puesto exactamente hora y media.

¿... y la hidratación? Pensé que no sería verdad, creí que tendría que ayudarle un poco poniendo debajo un producto específico como el coqueto tarrito en forma de labios de Tony Moly... y resulta que el lápiz de I Love le vence por goleada. Supongo que como siempre, el secreto estará en la masa, es decir en los ingredientes. Apuesto cualquier cosa a que la glicerina, la cera y algún aceite o manteca vegetal se han colado hasta los primeros puestos del INCI.

Black Friday (I) Sephora... y haul de Adviento en Tiger

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La noche del Black Friday es mágica. No es sólo una cuestión de consumismo, es que se respira un ambiente de preludio, de pre fiesta que suele coincidir con el comienzo del Adviento... y enamora.

En el pasado viernes veintisiete de noviembre yo estaba derrengada y sin un duro, porque aún no había cobrado. Venía de un congreso magnífico pero bastante intenso en Madrid, de leer una ponencia que me ha costado mucho elaborar (pero ha valido la pena, el CSIC es el CSIC y una invitación así no va a ocurrirme todos los días), luego cuatro horas de viaje para llegar a Logroño antes de las siete de la tarde, ese momento mágico de todos los viernes en el que tengo mi cita semanal con diez niñas de once y doce años, a las que imparto una actividad de teatro en la Asociación Cultural Ayedo (estamos dramatizando la Cenicienta y yo hago el guión, algo que se me da diez veces mejor que dirigir...)

Black Friday en Sephora 

Salí de allí a las ocho y media, con treinta euros en el bolsillo y los ojos cayéndoseme de sueño, y de pronto TODO estaba iluminado.
Las luces en las calles brillaban en todo su esplendor, parecía que la Navidad se hubiera encendido de repente, por sorpresa. Una marea tranquila de personas felices circulaba por las aceras, y todos con bolsitas de cartón negro y blanco de los almacenes Sephora. He aplicado el adjetivo "tranquila" a la riada que invadía las calles aposta, porque tampoco había empellones ni sofocos, todos parecían disfrutar de este ambiente de promesa.

Así que me metí en Sephora pensando en comprar un colorete rosa "algodón de azúcar" (amo el Angelika de Nars en silencio desde hace ¡años!), o reponer el labial que me compré en el anterior Black Friday, el Spice, spice baby de Too Faced que se ha convertido en un favoritísimo del año y que se me acabó hace unas semanas.
Pero antes de fijar mis ojos en ningún producto en particular, me dejé invadir por el ambiente de la perfumería: nueve de la noche, globos negros, alegría a raudales y muchas, muchas novedades.

Colección navideña Let it snow de Sephora

Lo primero que vi fue la colección de Navidad de la marca, que ya está expuesta y se llama "Let it snow". Este año se han sacado de la manga el packaging más bonito del mundo, ya sé que yo soy muy ponderativa y que he abusado mucho del sintagma "de cuento de hadas"(obviamente, porque me chifla ese tipo de literatura), pero es que es lo que viene a mi mente cuando veo esos envases de color azul helado, con nieve cayendo...

La fragancia no es nada plana, no huele a caramelo ni a mazapán. Es un acorde complejo, floral empolvado, y por eso me gusta para crema corporal pero no me acaba de convencer para llenar la bañera: sería como bañarse en perfume, lo cual al menos a mí me produciría una sensación rara.
Huele a jabón de toda la vida, del tipo Moussel, pero con un toque floral, y al final también hay un acorde helado como de menta. Desde la casa lo describen como "una flor emergiendo de la nieve", algo que me recuerda el final de un poema de mi primer libro, Magia:

Cómo callarme cuando el mundo grita
que hay extraños jardines debajo de la nieve.

Detalle de la colección de Navidad de Sephora 

La edición navideña se compone de varias paletas de maquillaje y el tradicional set de neceseres, que este año es aún más bonito que en las pasadas navidades. Su color azul noche estrellada me tienta muchísimo. Y tienen una bolsita con brochas que os recomiendo vivamente, yo la compré en el anterior Black Friday y me han salido unos pinceles buenísimos, sobre todo el de formato lápiz y el delineador.

La otra novedad que descubrí fue el mueble expositor de Marc Jacobs: han traído la firma a Logroño y disfruté contemplando sus polveras, su base de maquillaje Genious gel que posee tonos preciosos y una textura sobrenatural, pero al final son cuarenta y cinco euros de pura silicona...

Marc Jacobs en Sephora 

Lo que más llamó mi atención fue una colección de labiales "nude" en textura gel, de impecables envases beiges y metalizados, y tonos dulces y sanos, nada de borrar el labio sino sublimar su color natural. Mi favorito sin duda es "Eat cake", un tono muy reina María Antonieta, color labio rosado.
Sin embargo, debido a su textura poco duradera, aunque suave e hidratante, no me lo llevé, sino que fui a por el colorete Angelika, que gracias al descuento me costó ¡veintiséis euros!

Angelika de Nars 

Me pregunto cómo he aguantado años y años sin caer rendida ante la increíble belleza de este rubor. Me doy cuenta de que lo único que me retenía era el hecho de que yo antes sólo usaba labiales melocotón y ambas tonalidades no coordinan. Pero ahora que he comenzado a utilizar rouges color baya o piruleta, necesitaba un blush rosa frío y no tenía ninguno. Y así he llegado a poseer este tono algodón de azúcar surcado por mil burbujas plateadas:

Mejillas: Angelika de Nars
Labios: The Body Shop número 14
Ojos: sombra de ojos Mocca de Pierre René

El sábado por la mañana ya había cobrado, pero aún así me receté cautela y regresé tan sólo a por el labial Spice, spice baby de Too Faced, que tiene ese tono brownie tan de moda y que me chifla: se había agotado, y también el Eat cake de Marc Jacobs. Pensé en el Dolce vita de Nars, que desapareció de mi tocador porque me lo ha tomado prestado mi madre, y que posee ese mismo tono entre labio y bombón;  pero al final me decidí por un clásico que lleva tentándome también muchos años: el Rouge Coco de Chanel en el tono Mademoiselle.

Hace años escribí un post en el que pontificaba, desde la ignorancia, que estas barras de labios no valían los treinta euros que pedían por ellas: como castigo, poco después me enamoré perdidamente de este tono ultra femenino, entre rosado y rojizo, de nuevo la idea "my lips but better" pero más subido y sin matices cacao.

Así queda en el labio 

Una de las dependientas me dijo que pediría el Spice spice baby de Too Faced y me aplicaría el descuento del Black Friday. Y la noche del viernes me miraron a los ojos a pesar de la inmensa fila en caja para decirme "¡qué bonito corte de pelo, cómo te favorece!" Son esos detalles los que hacen que me sienta como en casa nada más entrar por la puerta del Sephora de mi ciudad.

Y por último entré en Tiger para comprar un cepillo anti celulítico muy cuco que había visto el día que compré la tartera y algunos adornos de Navidad, que os muestro en mi primer haul de productos de la cadena en YouTube:



Que las montañas se abajen, que se enderece lo torcido, porque... ¡hoy comienza el Adviento!

Black Friday (II) Beautik: novedades de Sleek, Essence y Kryolan

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El pasado sábado recordé que había reservado tres productos de la colección Merry berry de Essence en Beautik y que se me olvidó pasar a recogerlos, santa paciencia tienen conmigo. Y aprovechando que continuaban los festejos del Black Friday, me pasé por la tienda a makimarujear un rato con Mila y Myriam, que nunca defraudan.

Black Friday en Beautik Logroño 

Me hicieron los honores mostrándome mil novedades diferentes: sobre todo Sleek tiene cosas chulísimas. Han lanzado toda una gama de tintes labiales hidratantes (como dije, son el último grito cosmético), que posee colores tan atractivos como el Tutti frutti, un morado tipo Violetta de Mac o Airborn unicorn de Lime crime pero en versión bálsamo, el Marshmallow que es un rosita dulce o uno dorado de cuyo nombre no quiero acordarme y que me llama con cantos de sirena.
También han sacado unos iluminadores líquidos que son de auténtica lujuria cosmética, el más claro me recuerda al Copacabana de Nars...

Paleta A midsummer's dream de Sleek 

...Pero lo mejor de las novedades que ofrece Sleek son sus dos nuevas paletas de sombras de ojos y rubores: una posee un colorete rosa cuarzo, el color del 2016 según Pantone, y la otra es una armonía de melocotones dorados, ciruelas cobrizos y grises empolvados que me obnubiló la razón. Lo único que me salvó de la compra compulsiva fue la textura mate de las tonalidades grises, pero aún así me estoy pensando muy seriamente su adquisiciónen un futuro inmediato.

Barras de labios Essence: 2,49 euros c/u

Paso a detallar mis compras reales de Black Friday en la perfumería Beautik Logroño: había encargado dos de los tres labiales de la edición navideña de Essence; como suele ser lo habitual últimamente, uno para regalar y otro para mi propio disfrute.
Así que por menos de cinco euros tengo dos de los tonos de rouge más en boga en el otoño del 2015, la calidad es yo creo que incluso superior a la de la gama permanente de labiales de larga duración de la firma, el envase es festivo, muy lujoso para una marca como Essence. Metal dorado y plástico ácido en tono grosella o mora, el color de cada labial, envuelven una fórmula cremosa y duradera.

Let 's the berry tale beggins 

"Let's the berry tale beggins" guarda, debajo de un nombre tan poético, un tono mancha de mora realmente encantador. El otro tono es un rosa más común que creo tener ya en mi neceser, así que lo regalaré por Navidad. El tercer producto de la colección que reservé es el top coat dorado: un esmalte de acabado translúcido en el que nadan mil burbujas de oro.

Top coat Essence- Gel liner Lapislazuli de Kryolan 

Presiento que brillará en mis navidades, sobre una de esas bases desnudas que tanto me gustan últimamente.
Por último, fue para mí una auténtica sorpresa ver productos de la marca Kryolan en la tienda. Más allá de las "pinturas de guerra" que trajeron para Halloween, Beautik ofrece varios supracolores (entre ellos el salmón), y varios delineadores en gel: me arriesgué con este azul oscuro casi negro, y le dedicaré crónica junto con el corrector de ojeras que compré en Bilbao, y el cake liner negro que conseguí en Logroño: to be continued, siempre to be continued.

La noche azul estrellada, la frustración y el esmalte Nocturne de H&M Beauty

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La manicura y yo: una fuente de frustración perenne. No me sé pintar las uñas, me salgo por los bordes, los desconchados se multiplican y yo me frustro, me frustro hasta el infinito.
Atravieso distintas etapas cíclicas: si me decido a comprar esmaltes caros porque se les presupone calidad, el resultado salvo honrosas excepciones es la misma frustración y unos cuantos euros menos en mi bolsillo; si elijo marcas baratas por aquello de "total, para lo que me va a servir", éstas me desesperan igualmente sólo que por menos dinero.

Manicura para Tita Hellen 

Mi última desesperación: Essence. Y el caballero de brillante armadura que me ha librado de la frustración: el esmalte Nocturne de H&M Beauty.
Como bien dice Tita Hellen, llega esta entrañable época del año y yo me vuelvo un poco loca por los brillos. En primer lugar porque los acabados escarchados o metalizados siempre me duran más y me quedan mejor, y en segundo lugar porque siempre en diciembre me entran unas ganas tremendas de un esmalte azul noche estrellada, mi color favorito: un azul oscuro como de terciopelo encendido por mil burbujas doradas.
Creí haberlo encontrado en el color Indigo to go de la colección The darks de Essence, que combiné con el topper plateado de la edición de Mr Wonderful de Essie, pero...

Fiasco  (disculpad el despropósito estético)

Sólo un día y medio, ¡un día y medio! después de su aplicación lucían tres desconchados así de hermosos. En esta ocasión sentí más pena que rabia, pues el color me había subyugado de verdad.
Y de repente, cuando estaba en H&M reponiendo básicos (o sea, unos leggins negros y un suéter negro, ambos de algodón casi al 100%), recordé lo mucho que me gustaban los nuevos esmaltes de la marca, porque son fáciles de aplicar y duran años luz en las uñas, y busqué un tono azul noche estrellada...

Nocturne H&M 

Mi nueva laca de uñas se parece a las otras dos que ya tengo de la marca, Precious y Mimosa blosson, en lo cómoda que resulta su aplicación: hay algo en el pincel o en la fórmula quelo hace ligero como pompa de jabón pero duradero como una buena historia de amor.
El color Nocturne parece recién sacado de los cuentos de hadas, de aquellos álbumes ilustrados con filo de oro de mi infancia: un azul noche radiante, surcado por un finísimo glitter de oro. Es facilísimo de aplicar, seca en un segundo y es resistente a los golpes. Puede aguantar cuatro días intacto sobre mis manos. Y cuesta sólo cinco euros... ¡pero vale toda una galaxia!

Paleta "A Midsummer´s dream" de Sleek: review & swatches... y carta alos Reyes Magos

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Queridos Melchor, Gaspar y Baltasar:
Mi tía Eva, que es el mejor paje de Sus Majestades que existe y ha existido, me pidió que escribiera en este espacio mi tradicional carta de Reyes y cumpleaños, y aquí estoy cumpliendo tan dulce orden este año he sido muy buena (como todos) he trabajado un montón (como muchos) y he sido muy feliz (como pocos)... Así que voy a contaros qué me gustaría recibir en la noche más mágica, aunque en primer lugar os voy a relatar qué voy a regalarme yo misma dentro de exactamente once días, cuando cumpla treinta y ocho años:


Paleta A Midsummer´s Dream de Sleek

Cada vez que paso por Beautik me enamoro un poco más de la paleta Eye to Cheek de Sleek en el tono El sueño de un verano, pero me detengo porque no es algo que "necesite", ¡es algo que "quiero"! Y por eso he decidido aguardar y comprármela en esa señalada fecha.
Sobre todo me parece arrebatadora la primera mitad de la paletita: el rubor, melocotón con chispa dorada como el Rose Gold pero con un interesante matiz ciruela, y las dos primeras sombras: una en  tono Marsala, color Pantone 2015, con destello metálico, y la otra en color gris topo mate. El color es despampanante pero, en un principio, el acabado no es precisamente mi favorito.

"Chuaches" de la paleta

Sin embargo, al "meter el dedo" me ha impresionado su textura: es suavísima, sedosa y muy pigmentada. Y precisamente porque no poseo casi sombras de ojos mate (la del kit de cejas regalo de Cosuki Naru, color ceniza, es la única que se aparece en mi mente ahora mismo), creo que completará con lucidez mi colección.
La otra mitad de la paleta es bonita pero más "normal": un colorete melocotón mate bastante básico aunque supongo que favorecedor como buen melocotón, una sombra luz mate y un gris medio que no pigmenta casi. Claro que éste último es el único fallo de una de las paletas low cost más bonitas que he visto en mucho tiempo, que vale cada uno de los doce euros con noventa y cinco euros que cuesta.

Paleta Monarch de Kat Von D- Fuente: página web de Sephora

...Y digo bien "low cost", porque la paleta de lujo que  me arrebata en estos momentos, y el primer deseo de mi carta a Sus majestades, es la majestuosa paleta Monarch de Kat Von D, de venta en Sephora. Es la que tiene dibujada una mariposa naranja: desde que la vi en un vídeo de la youtubber Sara Herrera me encandilé, porque sé que le daría muchísimo uso: tiene una sombra negra mate perfecta, un par de marrones dulces ideales para dar profundidad a ojos color miel, tres sombras luz, varios tonos neutros para todos los días y la joya de la corona: un tono calabaza muy especial y un gris metalizado de esos que tanto me encandilan.


Máscara Audacious de Nars- Fuente. Página web nars


Mi segundo deseo es en cambio, más que capricho, necesidad. Se me ha terminado mi rímel de la marca Bel y necesito reponer máscara de pestañas: y de las novedades que hay en el mercado la que me parece mejor es la última creación de nars, que deja las pestañas muy negras y separadas, sin grumos. Por supuesto, tambiénes sara la culpable de este deseo cosmético.

Trípode iPhone 6S- Fuente: Amazon

Ahora llega la gran noticia, aunque supongo que vosotros tres lo sabíais, ya que sois magos: ¡me he cambiado a IOS, y soy la flamante dueña de un iPhone 6S! Y he pensado que para mejorar la calidad de mis vídeos de Youtube (y básicamente poder operar con ambas manos), necesito en mi vida la presencia de un trípode.
Mi último deseo sí es caprichoso y algo surrealista, no vale reírse (que te veo con el rabillo del ojo, Baltasar):

¡¡¡Un Pequeño pony Vintage!!! (Google Imágenes)

En verano perdí mi Pequeño pony Rain, me lo llevé a Mestu y se ha debido quedar allí a pasar el invierno en los moentes nevados, o eso espero... No sé dónde lo he dejado y mi corazón llora. Si mi madre me leyera le daría un soponcio, ya que de niña no me los compró por suponerlos una cumbre de la horterez. Y desde el punto de vista de la elegancia canónica lo son, no lo dudo, mi buen gusto no he ha nublado hasta ese punto... ¡¡¡pero me recuerdan a mi niñez y los amo!!!
Eso sí, y aquí radica la dificultad de mi petición: no quiero un pequeño pony de los que se venden ahora, que eso sí me parece algo horriblemente kitch... No, yo quiero uno de mi época, (o sea años ochenta o noventa) y a ser posible, un unicornio.

Atentamente, y dándoos mis más sinceras gracias por adelantado, se despide hasta el año que viene

Adaldrida.

Me estreno con Nabla cosmetics: Unboxing, Swatches, Look y opinión

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Tenía muchísimas ganas de probar algún producto de la firma Nabla Cosmetics desde que una lectora del blog comentó que una de sus barras de labios más icónicas fue bautizada con el filosófico y sugerente nombre de "Panta rei": todo fluye... todo, menos este pedido que hice a Maquillalia y que ha tardado ¡un mes! en llegar a mis manos.

Claro que la culpa es mía: mi proverbial despiste me ha jugado una mala pasada. Para empezar, el día que hice el primer pedido estaban agotados casi todos los productos que me tentaban: no se podía conseguir la paleta color agua marina, por lo que elegí el color rosa fresa. Tampoco tenían (entonces) el labial Panta rei, ni los tonos de sombras más anhelados por mí: ni Dreamer, un color antracita, ni Citron, una sombra entre oro y verde lima muy muy especial.

Mi pedido a Maquillalia

Aún así pedí la paleta y las sombras Sandy, Babylon y Pegassus y me senté a esperar la llegada del paquetito en un par de días, como siempre suele ocurrir. Me avisaron desde la empresa de mensajería que mi pedido llegaba..., pero no, no llegó.

Les llamé y me dijeron: "su paquete está en Sevilla, pero no encontramos la dirección que usted nos da". Conmoción. En el momento de pedir escribí claramente La Rioja. Vuelvo a revisarlo... y ahí brilló mi tradicional despiste: tengo tan interiorizado mi anterior código postal que lo había escrito en vez del nuevo, y no sé si desde Maquillalia o MRW obviaron el dato de "La Rioja" (que estaba escrito y bien escrito), se guiaron por el código postal, y mandaron mis tres sombritas a Andalucía. Entonces me reclamaron el pago de la devolución y de un nuevo envío, y como tenía que hacerse mediante transferencia y yo no tenía tiempo, tardé... Al fin todo terminó bien, y justo el día que se hizo efectivo el pago, consulté la página de Maquillalia y vi que ¡ya tenían el labial Panta rei!Y la sombra Aurum, la más parecida a mi ansiada Citron. Ambos paquetes llegaron a mi casa solo un día después, y aquí os ofrezco el unboxing y primeros swatches que ayer subí a mi canal.



La barra de labios es muy cremosa, de hecho durante la grabación del vídeo le di un leve golpecito y le chafé la punta (yo que soy tan fetichista de los labiales aún sin estrenar, me parecen tan sensuales y elegantes, intento aplicármelos sin desfigurar su línea...) Las sombras y la paleta en cambio me parecieron deliciosamente sólidas:
La paleta imantada es de cartón duro y cubierta translúcida de plástico duro también. Dados los materiales aguardaba un producto endeble... pero no lo es. Y me entusiasma la sensación de libertad y creatividad que supone el poder combinar distintos godets en ella, sobre la base de imán... Crea la ilusión de estrenar nueva paleta con solo comprar una sombra distinta.

Sombras Nabla

Debo decirlo sin más dilación: de estas sombras adoro su textura aterciopelada y sus tonos sublimes, pero la pigmentación me ha decepcionado y mucho. Hacen falta varias pasadas de pincel o dedo para conseguir el color deseado. Estoy acostumbrada a sombras que transfieren sin problemas, y no estoy hablando de mis adorados ejemplares de Stila o Too faced, que pertenecen ya a la alta cosmética: si el precio de estos godets es de seis euros y medio, las sombras de H&M Beauty y Pierre René son un euro más baratas y pigmentan que es un primor.
Los colores sí merecen la pena:

Babylon

Desde siempre me ha atraído el tono petróleo: un azul misterioso y oscuro que muchos confunden con el verde botella. Babylon es así, aunque no brilla como yo quisiera, es satinado y hay que insistir para conseguir un acabado uniforme.

Pegassus

Pegassus es una sonbra luz con matiz lila y tornasol verde: se parece mucho a la sombra Vex de Mac pero carece del tono gris piedra de aquélla. Y como la sombra Vex tiene una textura escarchada que a mí me parece algo difícil para trabajar sin una buena base.

Aurum

Hasta aquí las decepciones: ahora reseñaré las alegrías: Aurum es una sombra dorada con reflejo verde oliva. Es sutil pero poderosa, se trabaja con una evidente mayor facilidad que las anteriores y ha supuesto una alegría, aunque sigo queriendo comprar la preciosa sombra Citron.

Sandy

Sandy es un maravilloso tono topo. Es tan brillante, metalizado y pigmentado que me gusta muchísimo más que la sombra Satin Taupe de Mac. Es una sombra neutra, dulce y misteriosa, que aporta profundidad a la mirada. Sin embargo, para este  look he utilizado sus otras tres compañeras de paleta, eso sí, utilizando como "primer" el número catorce de los jumbos resistentes al agua de Deborah Milano:

Look Nabla

Por cierto, éste es mi primer look elaborado con sombras nabla, pero también mi primer look desde que me corté el pelo y el primero fotografiado con mi nuevo iPhone. Tres estrenos en uno: en la tez llevo el maquillaje Toleriane teint de LRP mezclado con una punta de alfiler de crema hidratante Toleriane Fluide de LRP. En las mejillas llevo el rubor Angelika de Nars, y en los labios llevo el rojo suave y cremoso Panta rei de Nabla: es casi milagroso, cuando entra en contacto con el labio pierde su fragilidad y se hace eterno. Su acabado es semi mate, puro terciopelo, y dura tres horas en la boca sin necesidad de retoques.

Detalle del look


Peiné las cejas con el roll on de aceite de caléndula de Thermal Teide y las maquillé con el lápiz de color ceniza de Flormar. Apliqué la sombra Pegassus en el lagrimal y en la primera mitad del párpado móvil, la sombra Aurum en el centro y Babylon en las esquinas para dar intensidad. No exagero si digo que nunca había logrado un look tan colorista.

¿Cuál es mi conclusión final? Seguiré pidiendo en maquillalia, por supuesto. Respecto a Nabla, me chifla el formato tanto de la barra de labios, que parece de juguete y puede almacenarse fácilmente, como de la paleta y los godets. No me emociona ni me convence la textura de ninguno de los dos, pero me enamoran sus tonalidades. ¡Y pase lo que pase, conseguiré la sombra Citron!

Celebrando la Inmaculada: azul y radiante con el gel liner Lapis lazuli y el supra color salmón de Kryolan

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Hoy es un día muy importante, ya que los católicos celebramos la Inmaculada Concepción de María, es el santo de las múltiples Inmas y Conchas que conozco, y es uno de los primeros puentes que no disfruto en Sevilla... sino en Haro (la Rioja.) Desde el balcón de la casa de mi abuela se puede ver la basílica de la Vega, lugar en el que la Vigilia resulta (casi) tan bella y sobrecogedora como la catedral de Sevilla.

Outfit de Inmaculada

Y como el azul no sólo es mi tonalidad favorita sino el color de la Virgen, para celebrar su día he optado por el vestido azul parisino que me compró mi madre en otoño: firmado por Ba&Sh, lo combino con cuello vuelto negro de H&M, medias de Filodoro y botines de charol negro. Y de repente se encendió la chispa de la creatividad en mi mente, y me dije... ¡es el momento ideal para estrenar mi delineador en gel color azul noche de Kryolan!


Mis productos de Kryolan

Como veis, me hice al fin con el cake liner en tono negro, que al contacto con una gota de agua se convierte en una pasta negra brillante que al secar matifica pero no se cuartea. Deja un trazo ligero pero bastante resistente, que además se puede ahumar, y me gusta mucho, pero como auguraba una de mis comentaristas me gusta aún más el marrón, queda mucho más natural.
Pero todavía mucho, mucho más me gusta el gel liner azul, tiene un color que hechiza:

Gel liner Lapis lazuli de Kryolan

Tiene también una textura curiosa, mucho más blanda de lo que yo pensaba, lo cual unido al hecho de que he olvidado mi magnífico pincel biselado fino de Martora en Madrid y he tenido que usar uno de Ecotools mucho más grueso presagiaba catástrofes... pero no.
Una vez aplicado en el párpado, incluso con inexperiencia y pulso temblón, este producto hace gala de sus maneras absolutamente profesionales: se queda en el párpado, a ras de pestañas, y si lo dejas secar 8al principio puede transferir un poco), dura lo que no está en los escritos. Yo iba con miedo porque el pigmento azul tiende a migrar, me ha ocurrido con la sombra Deep truth de Mac y con un lápiz azul petróleo de Korres. Sin embargo, aplicado encima de una ligera base (jumbo water resistant número 14 de Deborah Milano + sombra Sendy de Nabla), ha aguantado durante toda la jornada festiva.

Gel liner + supra color salmón

¿Y qué decir del color? Una sola línea de color azul noche, a ras de pestañas, junto a un vestido en idénticas tonalidades y un maquillaje muy neutro, es capaz de iluminar un rostro entero... y prepara el alma para contemplar la belleza más absoluta, en una sencilla pero preciosa basílica de un encantador rincón riojano.

Basílica de La Vega (Haro)
Y por fin he conseguido estrenar mi compra veraniega y bilbaína, el corrector salmón de Kryolan, ya que últimamente duermo menos que antes y hoy por la mañana lucía algo parecido a las ojeras, una ligera sombra azulada que quería inoportunamente combinar con el vestido y el delineador. He aplicado una pizca del supra color en el lagrimal, extendiendo hacia el exterior con los dedos limpios, a toques diminutos. La unión de gel liner y corrector es una auténtica combinación ganadora: es magia. Aporta a los ojos una luz sobrenatural, ¡inmaculada!

La hora del té con fresas (II): té verde y rooibos africano

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Ha transcurrido todo un año desde que me compré mi querida taza de té en un bazar chino de Madrid, junto a una cuchara colador y cien gramos de la infusión "Pesadilla antes de Navidad" de Teterimundi... Desde entonces mi romance con esta bebida tan inglesa, tan sana y tan de moda se ha ido afianzando al modo de un largo noviazgo de los de antes, y he descubierto que mis variedades favoritas son el té verde y el rooibos africano.

Jarra de Natura

Cuando bebo un té verde, a media mañana en la oficina, junto a una sabrosa ración de fruta fresca troceada, o cuando saboreo un rooibos de noche, tirada en el amoroso sofá azul frente a un capítulo de El mentalista...  me siento bien. Muy bien.
Ambos tienen un sabor agradable, y ambos poseen vitaminas a raudales y amplias propiedades antioxidantes, diuréticas y diz que adelgazantes. Y otro gran poder del té verde es que sabe muy bueno frío, por lo que en septiembre volví a las buenas costumbres y retomé el mundo de las infusiones, que había abandonado con consecuencias cuasi catastróficas. Eso sí, dejé en hibernación la taza china y me  compré en Natura esta preciosa jarrita retro con pajita y tapadera, para poder introducirla en el frigorífico o llenarla de cubitos de hielo...

Té verde exclusivo de La tacita de té

Necesitaba un té frío para contrarrestar los calores sofocantes, había comprado "La sandía de Shakespeare" en Teterimundi y "Jardín de rosas" en Café té arte y ambas me fueron mal en el sentido de que no me acabaron de gustar y no me motivaban, luego no bebía té (y a mí el té me soluciona muchos momentos tontos... ) Así que hice una excursión a La tacita de té y encontré esta maravilla. Me temo que sólo se vende en esta tienda de Logroño, de ahí el nombre de "exclusivo". Es una mezcla de té verde Sencha con flores de aciano y fruta de la pasión deshidratada que lo convierte en una delicia, un refresco de verano.

Té verde menta moruno


Ya entrado el otoño, descubrí la tienda Sé happy de logroño y el té verde menta moruno, que comencé a beber caliente: éste es de la marca El reloj, comprado en el mencionado local, pero que también se consigue por internet. Marcó un antes y una después, ya que por vez primera un té no saborizado me gustaba per se: me enamoró la mezcla de frescura (por el aroma) y calidez (por la temperatura), y el sabor a caballo entre el chicle Boomer de mi infancia y la hierbabuena que aderezaba las bebidas de mi viaje a Puerto Rico... Es tan fresco, tan enérgico, un chute de vitaminas. Y sin embargo...

Mezcla by Adaldrida



Terminé haciendo de las mías, porque tenía un culín de té negro chocolate del Mercadona que ya me parece un aguachirli indecente y me dije, ¿y si creo un buen matrimonio juntando un tercio de esto con dos tercios de aquello? El resultado es puro After eight líquido: para cerrar los ojos de deleite y no volverlos a abrir hasta que llegue Navidad.
Y hablando de Navidad...

Rooibos en latte de Teterum


Estuve en Madrid, invitada a un congreso del CSIC, y me escapé con La Tía Maruja a la calle Fuencarral. Terminamos en Natura comprando té de la marca Teterum, ¡por fin! Me llevé una infusión de cacao, café, té negro (20%) y rooibos sudafricano (59%). Es como sumergirte en un baño caliente y luego entrar en una chocolatería, en una tarde navideña... Y con esta infusión y los fríos de noviembre regresé a mi taza china "de toda la vida":

Rooibos en latte de Teterum

No se puede tomar todos los días porque ¡se acaba! No, en serio, lo alterno con el té moruno porque esta infusión sí que está profusamente saborizada: contiene caramelo, crocante y hasta un uno por ciento de merengue que yo suelo retirar para no pringar el colador... y para quitar hierro al asunto, digo, azúcar al té. 
Sabéis que Teterum es una marca comprometida, que contrata a discapacitados para que empaqueten sus tés y los bautizan con el genial título de "artesanos con cariño": el mío se llama Raúl, ¡gracias!

...Y llegamos al momento más bonito del año, y acabo de descubrir las infusiones orgánicas de Yogi tea, que protagonizarán la tercera entrega de la saga (fuga) "La hora del té con fresas (o con piña..., o con mandarinas)". To be continued, ¡siempre to be continued!

Bricolaje cosmético: Aceite facial de belleza y aceite corporal "ByAdaldrida"

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Hace mucho, mucho tiempo... hombre, me ha quedado una introducción al estilo de los comienzos de un cuento de hadas, con esas palabras rituales de las que hablaba Elena Fortún....
Una compañera de UNIR me regaló un frasco (de los de mermeladas Hero) repleto de flores de manzanilla recién recogida del monte. Maravilla de las maravillas con la que hice un tónico, grabé el proceso de elaboración y ése fue el primer vídeo de mi canal de Youtube.
Durante el verano compré en el corte inglés de Bilbao un bote hermoso de aceite de almendras dulces, y hace un mes, en una de esas inspiradoras mañanas de domingo, de lectura en la cama y luego misa y vermú, me dije: "estaría bien fabricar un aceite facial que sea un auténtico elixir de belleza..."

Aceite facial a la camomila "By Adaldrida"
Aceite corporal a la mandarina "By Adaldrida"

Y ya que estábamos, y me quedaba aún mucho aceite, me lancé alegremente a la piscina de los estractos aromáticos por el proceso de maceración.
Tenía el líquido elemento y tenía el "perfume" ideal para aderezarlo: ¡mandarinas! Porque en invierno me obsesiono con esta fruta: me gusta desayunarlas, tomarlas como postre y sobre todo comerlas a media mañana junto a una taza de té. Dejan en mis manos un aroma embriagador que me evoca la época dorada en la que usaba el perfume Acqua Allegoria Mandarin & Basilic de Guerlain. Y de repente, en aquella mañana, después de preparar la manzanilla con el aceite en un vaso medidor, me pregunté, "si pongo una de estas mondas de mandarina a macerar en  otro vaso de aceite, ¿acabará impregnándose de su aroma?"

El proceso...

Ahora puedo responderos que sí, lo hace, pero el tiempo de maceración debe ser largo. He tenido tres largas semanas, en un lugar "fresco y seco, apartado de la luz solar", sendos recipientes de cristal tapados con un paño: en uno había cuatrocientos mililitros de aceite de almendras dulces Marnys con la piel de una mandarina dentro, y en otro había doscientos mililitros de ese mismo aceite con más o menos el mismo peso (doscientos gramos) de flores de manzanilla flotando en él.
El resultado son dos aceites de belleza exquisitos. Una de las propiedades que más ha llamado la atención es el aroma tan conseguido (y absolutamente natural) que desprenden ambos, y la otra, lo luminosos que son, parecen haber atrapado el sol en su interior:

Ambos aceites

Pasemos a describir el olor y las propiedades del elixir facial a la camomila.
Lo enriquecí con una ampollita de vitamina E y con cuatro gotas de aceite de árbol de té, y he estado probándolo en mi piel durante toda una semana como sérum o debería decir como crema de noche, porque no me aplicaba nada más.También lo aplicaba en el contorno de los ojos, tecleando con el dedo como se dice y se cuenta que se debe hacer, y veo las mismas mejoras y el mismo nivel de hidratación que con mi contorno de La Roche Posay. En cuanto al resto de la piel, la deja muy suave, profundamente hidratada y como "sana", es una delicia, y a mí no me ha dado nada de grasa: y eso que mi cutis reacciona mal al exceso de aceite, pero el de almendras dulces es un auténtico bálsamo (de Fierabrás).
Y estoy enamorada del aroma que desprende: huele a campo, a excursión al monte, a naturaleza embotellada. Para que os hagáis una idea, el aceite de árbol de té que a mí me fascina tien un olor penetrante, mentolado y como a químico se quejaba mi tía una vez, y siempre que lo he añadido a alguna crema ha predominado... pues en este precioso aceite multi todo se ha diluido, apenas se puede apreciar. Creo que el acierto ha consistido en usar tantísima flor de manzanilla.

El proceso

Por último, el aceite a la mandarina me ha sorprendido. Confieso que cuando llevaba macerando una semana me pudo la curiosidad y decidí "probarlo": no olía a absolutamente nada y pensé, "estoy haciendo el tonto", pero aún así lo dejé en su sitio para cumplir el ritual de las tres semanas. Lo he estado utilizando durante esta semana calentándolo un poco en el microondas y masajeando luego con él los codos y las manos, deja las cutículas geniales.
Pero lo mejor es el olor. La cáscara de mandarina ha hecho bien su trabajo y le ha traspasado al aceite un aroma cítrico y a la vez dulce, como de caramelo de naranja, absolutamente natural.

Ambos tarros

Como el aceite de almendras dulces de por sí huele neutro, no interfiere con las notas cítricas, todo lo más le aporta un toque a limpio, como de sábanas recién planchadas. Os muestro el vídeo que he subido a YouTube hablando un poco más de este nuevo experimento:



Estoy francamente contenta con mis dos nuevos bricolajes cosméticos. Siguen si alcanzar la categoría de formulación porque no he comprado aún la balanza, las bandas de PH, el Cosgard..., pero si con mis anteriores intentos de cosmética casera me quedaba siempre un poco chafada, no dudaría en regalar a mis seres queridos una botellita de cualquiera de estos preciosos elixires.

Renascence: Treets renueva sus productos y desembarca en Logroño

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De la misma forma en la que me detuve frente al escaparate de la peluquería Mishea, hace ya un tiempo, al ver en sus anaqueles productos de una firma entonces inédita en tierras riojanas, hace varios días un nuevo escaparate en la calle Jorge Vigon de Logroño atrajo mi atención, cuando iba camino del gimnasio: no sólo me sedujo la estética y el nombre del local, a mí que soy una enamorada de la pintura, la literatura y la música renacentistas, sino ver juntas todas las líneas de Treets, esa marca inglesa que descubrí en Murcia durante la pasada primavera.

Renascence en Jorge Vigon 15, Logroño

Ya entonces me quedé prendida de su línea de jazmín y mango, que había escuchado alabar a Arro en uno de sus vídeos de YouTube y que huele a maravilla. Estuve investigando y supe que en Logroño sólo la perfumería Acoris vendía algún que otro productos de la marca, un corpus muy reducido en el que destacaban las sales Epson que compré, agoté y repuse.
Y de repente veo, tras un prístino cristal y junto a un elegante abeto de Navidad, todos los productos de la firma pero con nuevos envases, como si fueran una versión 2.0 de lo que conocí en Murcia.

Estaba dudando si entrar en aquel paraíso o seguir la llamada del deber, cuando salió la encargada a la calle ... y me abrazó. ¡Era Edurne, la antigua encargada de Rituals!
Confieso que me dolió dejar de verla allí porque sé lo mucho que luchó por esa casa, y la verdad, desde que no estaba perdí un poco de interés en la tienda a medida que subían los precios y bajaba el nivel de hidratación o la persistencia del aroma en algunos de sus productos. 

La tienda por dentro

Y aunque ha sido discretísima en su no-relato del final de esa aventura, me alegra infinito verla renacida, con una tienda que es suya (ni franquicia ni nada), en la que ella misma elige absolutamente todos los productos que desea ofrecer al público, y que cuenta con un sobrio ave fénix en blanco y negro como logo.

Efectivamente, Edurne me dijo que Treets se ha renovado, buscando ingredientes cada vez más naturales, retirando parabenos, siliconas y sulfatos de sus líneas y manteniendo precios competitivos (seis euros con noventa y nueve céntimos la espuma de ducha, nueve euros con noventa y nueve céntimos el exfoliante corporal...)
A mí me daba miedo que en el camino de tan loable viaje se hubiese perdido el embriagador aroma del mango dulce y jazmín, pero Edurne me mostró su línea naranja (el mismo color que tenía antes), que ahora se llama "Nourishing spirits", posee aceite de baobab y melón de kalahari pero no huele a chuche de melón sino a esa mezcla sensual, dulce y limpia, afrutada pero almizclada al mismo tiempo. Es un aroma dulce pero no dulzón, sutil pero nada débil. Un aroma embriagador.
Vi que había también una gama de eucalipto, en color azul noche, una delicada línea rosa con la flor reina como protagonista,y que la tradicional lavanda no ha caído en el camino, afortunadamente, siendo una de las líneas mejor dotadas, incluso con una bruma de almohada que me tienta y mucho.


Probando Treets traditions: regalos de Edurne


Edurne me abrumó a regalos, siendo así la primera en felicitarme por mi cumpleaños. Para empezar se empeñó en que me llevara una espuma de ducha: "ya sé que no te convence el formato", decía, "pero esto lo tienes que probar". Eso es lo bueno de las dependientas altamente profesionales: retienen tus gustos y tras muchos meses parece que fue ayer cuando compraste la crema Honey Touch y le dijiste que no lo acompañabas con la crema de ducha porque el aerosol no te convencía. Sin embargo, en cuanto ella inició el añorado rito de lavarme, exfoliarme e hidratarme las manos con productos de la línea naranja tuve que darle la razón: la espuma de Treets es mucho más manejable y deja la piel suavísima.

Otra característica de la buena vendedora es que recuerda perfectamente las texturas que te van y las que no: "la crema corporal de la línea naranja es muy mantecosa, mejor te regalo un tarro de la línea turquesa". Sin embargo, ahí se equivocó: en invierno no me importa que la crema corporal tenga textura de manteca... y el aroma de la línea naranja me gusta cien veces más que el de la gama turquesa, que se llama "Energising secrets" y tiene como ingrediente principal tamanu del Amazonas. Si no sabéis qué es el tamanu, yo tampoco. Esto sí que huele muy dulzón, excesivamente frutal para mí, es un poco como el frangipani que sí me gusta pero virando a golosinas, no digo que no me convenza porque se ve que es un aroma complejo, elegante y de calidad, no es el Monogotas de melón del Mercadona (con todos mis respetos...) Pero no es mi olor favorito de entre os que ofrece la marca. Eso sí, el resto de características del producto es impecable: el tarro viene muy bien precintado y la textura es efectivamente una delicia.

Por último me surtió de muestras de las cremas faciales bío y así, en el último momento y por si había sido escueto el regalo, añadió un set de viaje de la gama violeta, que se llama "Healing in harmony" y que huele a pura lavanda, nada sintética. No existe mejor "translador" ni máquina del tiempo que un perfume bien logrado: al aspirar su aroma, cerré los ojos y me vi rodeada de espliego en una de mis excursiones de verano a la mágica montaña alavesa.

Regalos de cumpleaños, receta de guacamole suave y decoración navideña

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¡Hoy es mi cumpleaños!
Cumplo treinta y ocho navidades y soy muy feliz. De todas las cosas por las que debo dar gracias a Dios (y son muchas) la mayor es mi familia y mis amigos (en  realidad son una sola cosa), y en el día de mi cumple y siempre me miman y me quieren, y me llenan de toneladas de... ¡regalos!

Regalos de Navidad bajo el árbol :)

Ayer, a las doce en punto de la noche, mi amigo Lord Scutum me enviaba un ramo de rosas virtuales, y una preciosa foto de su hija. Mi amiga Merl me felicitaba con varios mensajes de voz escalonados. Y mi amigo Enrique García-Máiquez me regalaba todos los villancicos que ha escrito en las últimas navidades, en chritsmas artesanales, escaneados, para ayudarme en un recital de Navidad que daré mañana ¡en mi Sevilla!
Pero antes de toda esta fiesta de fuegos artificiales por wassap, había recibido en casa a una gran parte de mi familia, en una alegre celebración de vísperas en la que no faltaron los regalos cosméticos... ni mi tradicional cuenco de guacamole con nachos para abrir la merienda:

Guacamole suave

Este año lo he hecho suave, sin cebolla, para que mi abuela pudiera disfrutarlo también. Aquí tenéis mi receta de guacamole suave:

Ingredientes:
2 aguacates maduros
1 tomate rojo pequeño maduro
sal
tabasco
hierbabuena fresca
unas gotas de limón

Troceo los aguacates pelados y los pongo en el vaso de la batidora. Exprimo acto seguido medio limón por encima para que no ennegrezcan. Añado la pulpa del tomate, sólo la pulpa para que quede muy suave. No añado ningún otro aceite más porque si los aguacates están verdaderamente maduros sueltan el suyo propio. Añado sal, hierbabuena fresca y unas gotas de tabasco. Bato todo con el minipimer. Lo vierto en un cuenco, rectifico el punto de sal, bato con cuchara hasta que quede liso y brillante, y añado unas últimas gotas de Tabasco.

Y después de la merienda, llegaron los regalos:

Regalos cosméticos

Mi tía Pilar me regaló una de las nuevas colonias de Weleda, (prometo crónica.) Mi tía Ana, el aceite anti celulitis de la misma casa (prometo crónica.) Y mis tíos Javier y Eva... ¡la paleta Monarch de Kat Von D! (¡¡¡Prometo crónica!!!)

Regalos no cosméticos

Mi abuela me dio dinerito, mi tía Concha trajo las tortillas de patata (quedamos en que su regalo era en especie), pero al final me sorprendió con un precioso cuaderno del Tiger. Y mi primo el del iPhone me trajo una amorosa mantita de lana del Primark que llevaré a la oficina.
Por supuesto, he disparado las fotos de los presentes junto al Árbol de Navidad que hay en mi salón. Como no podía tener un abeto, hace ya cuatro años me compré este arbolito invernal con luces led en Alcampo, me costó tan sólo treinta y cinco euros y lo adorno en rojo y oro con bolas y manzanitas.
¿Queréis ver una panorámica de mi salón en esta época?



Mi salón en Navidad


Allí están los ciervos que me compré en Tiger, junto al Niño Jesús. ¡Él es mi mejor regalo de cumpleaños!

Colección Treasure trove de Catrice: un tesoro para regalar en Navidad

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La nueva colección de Catrice, tachonada de estrellas y cubierta de charol dorado, es puro lujo para la noche de Reyes. Y es que acabo de tener una de esas intuiciones luminosas que te encienden y te llenan de sabiduría cosmética: he descubierto que las ediciones limitadas de Navidad de Essence y de Catrice constituyen un regalo perfecto, original y a un precio más que razonable.
Sí, porque cuando contemplas una colección recién llegada al local de Beautik en Logroño, radiante,  piensas: es tan bonita que me lo llevaría todo a casa... pero por textura o color sé que luego no voy a utilizar la mayoría de sus productos", y el último resorte de sobriedad que queda dentro de ti ruge: no lo necesitas... Pero, en cambio, necesitas regalarlo.

Paleta de la colección Blaze of glory de Catrice

Es lo que me ha sucedido al ver la lujosa paleta "Blaze of glory", con su envase en blanco impoluto salpicado de estrellas y ese interior donde las tonalidades piel bailan con los dorados, los topos y un marrón oscuro mate. Es un conjunto muy bien diseñado pero al que yo sacaría poco partido, por un lado porque la textura mate no es mi favorita, y por otro porque las sombras satinadas o metálicas me recuerdan mucho a la paleta "All about bronze" de Essence de la que sí hago uso y abuso... Pero precisamente su presentación espectacular y su precio ajustado (creo recordar que no llega a los siete euros), lo convierten en el regalo ideal, y nada más vislumbrarla pensé en mi prima Claudia, ahora que ha entrado a trabajar en una tienda elegantísima y la veo peinada y maquillada de forma impecable cada vez que paso a saludarla.


Iluminador

Si por algo destaca estar firma, en mi opinión, es por sus labiales y sus iluminadores. Yo tengo una de sus polveras minimalistas, de plástico translúcido y con una maravillosa pastilla dorada-perlada, de una edición anterior y es una oda a la luminosidad sin perder la delicadeza. En esta ocasión es un tono más cálido aunque casi metalizado, y lo veo fantástico para cualquiera de mis tías.

Colorete Caviar and champagne

El rubor que acompaña a esta colección tiene una chispa dorada evidente que recuerda mucho al colorete Rose gold de Sleek, pero con una base coral rojiza en lujar de rosada amelocotonada. Enciende los pómulos, aporta esa viveza y frescura que solemos asociar con las mejillas campestres, y tiene un relieve de estrellas realmente sublime. Lo veo fantástico para mi ahijada.

Labiales de la colección

... Sin embargo, si me conocéis un poco ya habréis imaginado que lo que supone una auténtica tentación para mí son los labiales: bajo un empaque dorado propio de una leyenda medieval, residen tres tonos que podrían definir el carácter de tres mujeres muy diferentes: un burdeos para una protagonista moderna, atrevida e irreverente, un "nude" para una mujer fuerte, generosa, barroca y sobria al mismo tiempo, y un melocotón para... mí.

Caviar and champagne

Sí, lo confieso. Vi este color y me dije, ¿cuántos labiales melocotones posees, Rocío? Y pasé de largo, pero con el alma ya prendida y los sentidos cautivados. Luego, en casa, al hacer recuento, vi que tanto el Princess peach de Catrice como el Peachy de Lola Make Up se me han terminado... y envié un mensaje de wassap a Myriam para que me lo reservara. Voy a colocarlo en mi plato de Nochebuena, recordando los buenos, viejos tiempos en los que mis abuelos nos regalaban en esa noche de paz.
Como me lo probé puedo deciros que deja unos labios muy bonitos, como sonrojados, pues su acabado es sólido y su textura cuasi mate pero sedosa. Las barras de labios de Catrice derrochan calidad a raudales.

treasured twinkless

No hay nadie en mi familia que yo visualice con este tono vino, exceptuando quizás mi tía Eva a la que ya  regalé un labial por su cumpleaños. Si lo viera mi amigo Lord Scutum me lo regalaría él a mí, pues anda obsesionado con la idea de que mi color es el "color sangre de toro", pero yo sé que no lo utilizaría tanto, y de rojos ando servida. Y como tampoco se me ocurrió nadie a quien regalárselo, allí lo dejé no sin antes disparar una fotografía, ya que me parece un burdeos impresionante. Acabo de pensar en mi mejor amiga, Merl: le iría de fábula. Si lo encuentro aún por el centro de Sevilla antes de quedar con ella esta noche, se lo compro.

Jewl Daze

Y por último, "Jewel daze" es un tono desnudo pero rotundo, cremoso y algo tostado: perfecto para mi madre. Fue verlo y pensar en ella: es un color que la ilumina sin restarle un átomo de su elegancia natural.
Este año, con tiendas como Tiger, Sé happy y Beautik voy a poder regalar sin arruinarme. Y particularmente me gusta regalar maquillaje: la edición navideña de Catrice es todo un tesoro... que deslumbra aún más cuando se comparte.
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