A petición popular, repito la fórmula del anterior post pero aplicada a los productos de tratamiento, tanto facial como corporal: 2015 ha sido un año de madurez, de saber lo que quiero, de mirar la lista de ingredientes y aprender a descifrarla... y de emprendimiento personal, bricolaje cosmético y grandes hallazgos.
Dedico el post a mi mejor amiga, Merl, Galadriel de cabello anochecido, porque hoy es su cumpleaños.
1. Loción hidratante de aloe vera y aceite de almendras dulces aquí, (esto lo conseguí por casualidad y me salvó la piel en verano)
2. Aceite facial de belleza a la camomila aquí, (con este producto me convertí en artesana de verdad. Maravilla de las maravillas, y una creación cosmética que ya posee muchas horas de planificación y mimo detrás)
3. Exfoliante facial Bombón de chocolate aquí, (esto es ya el delirio)
Marca revelación: ya sé que va a sonar a soberbia insuperable y de verdad que lo siento, pero la firma revelación de este año que terminó ya es la mía propia: ¡By Adaldrida!
Tras unos comienzos catastróficos en los que intenté emulsionar aceite de coco o de jojoba, decidí erigir como piedra angular de mi bricolaje cosmético el aceite de almendras dulces puro, barato y sin igual para pieles sensibles. Con esta base he creado tres joyas de las que estoy muy orgullosa, y que puede fabricar cualquier persona porque la formulación es de nivel principiante:
1. Loción hidratante de aloe vera y aceite de almendras dulces aquí, (esto lo conseguí por casualidad y me salvó la piel en verano)
2. Aceite facial de belleza a la camomila aquí, (con este producto me convertí en artesana de verdad. Maravilla de las maravillas, y una creación cosmética que ya posee muchas horas de planificación y mimo detrás)
3. Exfoliante facial Bombón de chocolate aquí, (esto es ya el delirio)
Producto que siempre compro y nunca uso: Caprichos capilares; lacas espumas y aceites que compro tentada por la imagen del pelo ideal, y luego en casa recuerdo que odio, odio, odio la silicona, y estos aerosoles suelen incluirla como primer ingrediente.
Producto que no me llama la atención: corporales de Chanel y en general alta perfumería en mi piel: prefiero comprar en herbolarios y farmacias, no sólo por el precio desorbitado sino por la formulación.
Asignatura pendiente: era el exfoliante facial, ya que desde que retiraron el de gominolas de Kenzoki dejé de exfoliar mi piel sensible. Ahora utilizo el de frutos rojos de Bio Beaute que me regalo Cosuki Naru cuatro días a la semana y tengo la piel como nunca.
Dos productos low cost básicos: Lo tengo muy claro: el agua micelar de Garnier para todos los días y las maravillosas toallitas desmaquillantes de Farline para el gimnasio.
Dos productos no low cost básicos: Ambos de la marca Secretos del Agua: el Agua de lluvia para el cabello y el Agua de musgo para la piel. Cuando dejo de comprar los champús y tratamientos capilares de esta firma, mi pelo se resiente.
Producto que todo el mundo recomiende y yo odio: los tratamientos en cabina. Me parece que son carísimos para lograr resultados puntuales.
Producto que no suele gustar y yo amo: No es que no guste, pero la gente ya no tiene bañera en su casa y no puede apreciar en todo su esplendor las sales epson o disfrutar de innovaciones como el té de baño. Como veis, Treets ha sido toda una revelación aunque me apena que hayan cambiado sus aromas para mejorar sus fórmulas.
Producto comodín: El gel anti granitos, anti rojeces, anti cataclismos y anti todo de Shiseido. Tiene una fórmula sublime, es fresco y calmante y, en verano, imprescindible.
El mayor descubrimiento: cada año descubro un santo grial para hidratar y calmar mi piel reactiva, y cada año es más barato que el anterior: mi Dios cosmético me ha bendecido con este don. En 2013 fue la Créme fraiche de Nuxe, en 2014 el fluido Toleriane ultra de LRP, y en 2015 el Face night elixir de Pure Czesc, que cuesta ocho euros y de veras es una de las mejores cremas que he tenido. De día la aplico sola, y de noche sobre unas gotas de mi aceite de belleza. Es magia, y magia a solo un clic porque Sé happy ya tiene página web operativa: dentro de muy poco le dedicaré post.
La mayor decepción: con productos faciales no suelo equivocarme casi nunca porque ya sé lo que quiero y miro muy bien los ingredientes..., pero he patinado mucho con los productos capilares este año.
2015 ha sido un Bad Hair Year, aunque gracias al corte de pelo en Myshea tuvo un final feliz. Pero en general he vivido en modo ensayo error con champús, y muchos me han decepcionado.
Me defraudó la gama Original Remedies, el champú de Utekram, me han defraudado todos los serums o aceites que he probado, la espuma de Giorgi Line... Y tuve no ya una decepción sino una experiencia dantesca con el champú de camomila de Eugene Perma. Hay que volver a Secretos del Agua y The Body Shop, que no fallan nunca.
Propósito del 2016: volver a mi rutina de elíptica cinco días a la semana + aceite anti celulitis de Weleda: con estos fríos mortales me he dejado un poco.
Propósito del 2016: volver a mi rutina de elíptica cinco días a la semana + aceite anti celulitis de Weleda: con estos fríos mortales me he dejado un poco.
Espero que os haya servido y entretenido este Tag, ya conocéis el ideal horaciano: Dulce et utile!